Estimado lector, si usted vive en México, espero que comparta conmigo estas reflexiones.
La pregunta es: cuando usted transita por las calles de nuestro país, desarmado y con la conciencia tranquila ¿se siente hoy más seguro que antes, cuando pasan a su lado convoyes de policías, soldados o marineros apuntándole con ametralladoras y toda clase de armamento de alto poder? No es que yo no le agradezca a los cuerpos policiacos o militares que velen por la seguridad de nuestra nación. Simplemente, algo me hace pensar que las cosas andan muy mal en México para tener encañonada a la ciudadanía con rifles de grueso calibre. Y, la verdad es que siento escalofríos cada vez que un reportero publica una noticia donde se comunica que el gobierno federal, emanado de un partido ultraconservador, está haciendo uso faccioso de la justicia, más con ánimo de sacar a sus rivales de la jugada que de resolver los graves problemas que aquejan a nuestro país.
Cuando estudiaba leyes, leí en el libro del criminólogo Quiróz Cuarón una curiosa estadística referente a la incidencia de los delitos. Se relacionaba el tipo del delito con la situación económica del país. Y se llegaba a la conclusión de que, a mayor pobreza, mayor incidencia de delitos contra el patrimonio o contra la salud y menor incidencia en materia de delitos pasionales. Por el contrario, en tiempos de bonanza económica, se reducía drásticamente el número de delitos contra el patrimonio y crecía el de los delitos pasionales, los cuales, creo, nunca llegaban a tener la incidencia de los económicos en tiempos de crisis y desempleo. Estoy citando de memoria, pero no creo equivocarme.Tal vez sea un poco maniquea mi conclusión, pero creo que es mejor que la situación económica de la mayoría de la población sea confortable aunque suba un poco la incidencia de los delitos pasionales, a que el uno por ciento de la población detente el 99 por ciento de la riqueza económica del país y los demás estén desempleados o subempleados y pobres, aumentando la incidencia de delitos contra el patrimonio así como los delitos contra la salud, provocando que se disparen a niveles tan graves que sea necesario tener a todas las policías, el ejército y la marina apuntando a la población civil con armamentos modernos de grueso calibre. Y si no es así ¿con qué intención se infunde miedo a la población?
Otra pregunta para reflexionar es ¿Porqué ahora un joven con estudios incluso de postgrado prefiere delinquir en lugar de ejercer su profesión? ¿O porqué quiere evadirse de la realidad consumiendo drogas?¿Es que no tiene expectativas de desarrollo como profesionista, científico, artista o deportista?¿Tan mal están las cosas? Y probablamente no sólo sean jóvenes los integrantes de las bandas del crimen organizado o de la gran cantidad de drogadictos que mantiene a la poderosa industria del narcotráfico.
La crisis económica que padecemos en la actualidad no es exclusiva de los mexicanos. Y ha provocado que rueden cabezas gubernamentales en muchos países, socialistas unos, como Zapatero en España, dictadores otros, como Kadaffi y trae en jaque a unos más, de ideología conservadora, como Sarkozy en Francia, Calderón en México.
Un antiguo profesor de música me hacía reflexionar sobre el concepto "violencia". Me decía: "la violencia sólo engendra más violencia". No importa aquí quien empezó el problema, si los talibanes y Al Qaeda o el ex presidente George C. Bush. La guerra sólo nos ha traído miseria y más violencia.
Es tiempo de elecciones es muchos países: Francia, Estados Unidos, México. ¿Qué pasará? Lo más probable es que los pueblos le pasen la factura a sus partidos en el poder y habrá cambios: de derecha a izquierda en algunos lugares, en sentido inverso en otros, según el caso.
Por lo pronto, el que estas líneas escribe deambula por las calles de su ciudad rezando porque alguno de estos defensores de la ley no dispare contra él o contra su familia por equivocación. La cifra de muertes inocentes en la guerra contra el narcotráfico ya rebasa los 70 000.