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martes, 23 de enero de 2018

Todos contra Hipólito

A escasos veintitrés días de haber tomado posesión como Presidente Municipal  Hipólito Rodriguez Herrero ya se ha desatado una santa cruzada contra él y la Universidad Veracruzana: se dice que frente al Palacio Municipal está la Universidad abierta, por la gran cantidad de universitarios que ahora ocupan un cargo dentro de su administración; pero, por otra parte se le reprocha que hizo a un lado a los xalapeños, pues declaró que para algunos cargos los aspirantes locales no contaban con el perfil y se trajo a fuereños a ocupar estos cargos. Con intereses aviesos, claro está.
Pero la acusación más ridícula es que mi cuñada Maria Helena Hernández, secretaria Académica de la Universidad Veracruzana lo mangonea. Sé que mi cuñada tiene carácter firme y es una luchadora infatigable, pero afirmar temerariamente, como lo hace una tal Claudia Guerrero Martínez, que mi cuñada "Interviene en las decisiones del Ayuntamiento" es una acusación que se debe sostener con pruebas y no creo que haya prueba alguna. Es decir, es una acusación notoriamente frívola: No sólo conozco desde hace años a mi cuñada; también conozco a Hipólito desde hace varias décadas. Y si de algo se puede acusar a Hipólito es de su orgullo, que raya en la soberbia, y no creo que Hipólito se preste a ser "títere" de mi cuñada... o de Sara Ladrón de Guevara. De ser así, ya le estaría hablando a mi cuñada para que me otorgase un "hueso" dentro de la administración actual. O me dieran mi "chayote" para echarle porras desde aquí.
Y hablando de cucurbitaceas, al parecer, el error de Hipólito fue decir que en su administración no habría dinero para "chayotes". Y es que Américo no dejó nada. Presumió que dejó alrededor de ocho millones de pesos, pero los dejó etiquetados para el colector de aguas fluviales (si no me equivoco) y nada más. Dejó a Xalapa llena de socavones y luminarias fundidas o en mal estado y bajo una espada de Damocles llamada "gasoducto". Pero eso sí, se apresuró a decir que los nueve difuntos descuartizados que tiraron el sábado 13 de enero del 2018 en el fraccionamiento Lomas del Tejar casi casi eran culpa de "los dos locos que nos gobiernan" ¿Quienes? ¿Yunes e Hipólito? ¿Yunes y Winckler? ¿O qué otro par de locos?
El arte de los sofistas se inventó para que los políticos tuviesen discursos para hacerse del poder. La retórica es buena para eso. Consiste en el arte de engañar a través del discurso. Dice un verso de El Barbero de Sevilla "la calumnia es un veneno que penetra en la sangre y se distribuye por todo el cuerpo". O, como dice el dicho "calumnia, que algo quedará".
Es probable que algunos de los cruzados contra Hipólito sean militantes del propio partido Morena que se quedaron fuera de la jugada y que, ahora, convertidos en auténticos Yagos (ver "Otelo" de Shakespeare) se dedican a la labor de pasillo para cobrársela. ¡Ah que la política! En todas partes se cuecen habas. Y como dijo el preciso "ningún chile les embona". ¿Saben cómo perdió México la guerra del 1847? Se los dejo de tarea. Yo, por mi parte, me siento a esperar a ver cómo gobierna Hipólito y esperaré un año para ver resultados. Por lo pronto, la primera autoridad que atendió el llamado de los vecinos de Lomas del Tejar a raíz del macabro hallazgo de los nueve cadáveres descuartizados fue el H. Ayuntamiento de Xalapa, quien nos atendió y le ha estado dando seguimiento con lo que puede hacer dentro de su ámbito de competencia. Se le nota la disposición de trabajar. Lo cierto es que a un año de labores habrán pasado las elecciones del 2018; las cuales, pienso, son el fondo y el meollo de todos estos asuntos. Ya se verá todo a su debido tiempo.

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