Hace tiempo que no escribo aquí. Mi silencio en parte era el de los poetas, y en parte porque las exigencias de la vida me apartaron de este lugar. No obstante, hoy me llegó la inspiración y les compartiré un poema. Un poema posmodernista, no traten de encasillarlo en moldes antiguos, pues aunque no los ignoro, tampoco los busco. Si tiene rimas, es por casualidad. Si tiene endecasílabos, también, lo mismo que si no los tiene.
Lo único que quiero es que contemplen la belleza de la maldición. Ya que la venganza es un privilegio de los dioses, quede para los humanos al menos la esperanza de una justicia divina.
Respecto a la ley del talión, yo ya estoy tuerto. Voy por el ojo de los corruptos y de los tiranos.
NI PERDÓN NI OLVIDO.
Yo te maldigo, sátrapa corrupto.
Yo no soy poeta.
Por eso no callaré ante tus atrocidades,
Y afilaré mis palabras,
Para que las escuches con toda claridad:
Quiero que todo el mal que has engendrado
caiga sobre tu cabeza mil veces amplificado.
Deseo que tu estirpe sea estéril
Y que tus propios hijos te maldigan.
Deseo que exista el infierno
Para que habites en él
Y te pudras ahí por toda una eternidad.
Y yo prefiero irme al infierno
Antes que perdonar tu iniquidad.
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