CRÓNICAS PANDÉMICAS.
CAPÍTULO 24.
Mientras Javier Berlanga y Don Catrín de la Fachenda están siendo torturados en un calabozo improvisado en el Convento de Churubusco, el agente Derek Chauvin coloca su rodilla sobre el cuello del afroamericano George Floyd hasta que lo asfixia. Poco después, casi todos los integrantes del Batallón de San Patricio son colgados de la horca, con la excepción de su capitán, al que se le marca la cara con un hierro candente, para que lleve toda la vida la infamia de la traición. Pero él era irlandés y al pelear del lado mexicano hizo lo correcto. La diferencia entre ambas situaciones es que la patria mexicana estaba derrotada y nadie castigaría a los agresores, en tanto que en el siglo XXI se desató una ola de protestas en todo Estados Unidos, protestas que se dispersaron por otros países al igual que el coronavirus: Inglaterra fue uno de los primeros países en adherirse a las manifestaciones.
–Déjalos descansar–, ordenó el General Robert Lee al torturador–. Quiero que les saques la información, no que los mates.
Así lo hizo el verdugo improvisado, un soldado alto, ancho de hombros, barbudo y pelirrojo. Salieron de la mazmorra, la cerraron con candados. Javier frota la hebilla de su pantalón y aparece un holograma. Tal vez pueda hacer una transferencia electrónica de época a través de su máquina del tiempo móvil. Lo teclea pinchando imágenes fantasmagóricas en el aire. Su saldo se ha agotado. Pague su adeudo.
–Ay güey–, dijo.
Siguió pinchando las imágenes aéreas de los hologramas. Entró a métodos de pago. Añadió su tarjeta “Saldazo” de OXXO. Rezaba porque ésta tuviese dinero suficiente. Hacia el dos de mayo la policía veracruzana detuvo al joven Carlos Andrés Navarrete, quien murió en el cuartel de San José. La policía dijo que el joven de 33 años murió de un infarto. Los familiares no lo creen. Sospechan que murió víctima de la tortura.
En Jalisco, en un intento desesperado para evitar los contagios por el COVID19 se decreta el uso obligatorio del cubre bocas, so pena de arresto y encarcelamiento hasta por 36 horas. El problema es que los policías de Ixtlahuacán de los Membrillos actuaron con violencia hasta que asesinaron a Alejandro Giovanni López Ramírez. Y las protestas callejeras no se hicieron esperar. Estados Unidos, México, Inglaterra.
–Soros está financiando a los revoltosos de ANTIFA que buscan cualquier pretexto para desestabilizar a Trump –Me dijo Ezequiel Matías a través de su Whatsapp–. Y en tu país a AMLO.
Ya no sé qué pensar. De un policía se espera que sea enérgico con los verdaderos delincuentes, pero ¿Qué tal si George Floyd había sido víctima de un timo y por eso pagó con un billete falso? Claro, uno debe tomar sus precauciones. Pero hay gente muy viva que tarde o temprano nos hace caer en una trampa. Por eso yo quisiera que esta novela se llamase mejor “La insoportable complicación del ser humano”, en vez de la levedad del ser de Kundera.
Por un tipo listo que se pasa de lanza, alguien falsifica un billete, o te clona una tarjeta bancaria o te hackea tus redes sociales. Protestas, acudes a cuanto árbitro o tribunal hay a tu alcance, a veces ganas, a veces pierdes. Y siempre pierdes un montón de tiempo tratando de solucionarlo. Los bancos y el internet endurecen sus políticas, y para poder hacer una transferencia electrónica, te preguntan series interminables de números. Te piden tu nombre, se los das como están en tus documentos oficiales y te responden que no coinciden con tus datos. En la lógica post moderna, cero es diferente de cero y uno es diferente de uno, por lo tanto el nombre y la fecha de nacimiento de Javier Berlanga Verlaine-Rimbaud, del 3 de agosto de 1958, nacido en Coatepec, Veracruz, México, son diferentes a los de Javier Berlanga Verlaine-Rimbaud, nacido el 3 de agosto de 1958, en Coatepec, Veracruz, México.
–Podría tratarse de un homónimo–, dijo por teléfono la asesora financiera del banco de Javier Berlanga–, sentimos mucho la molestia que esto le ocasiona. Espere en la línea, veré si puedo resolver su problema. No cuelgue.
En el pasillo aledaño a la celda improvisada del Convento de Churubusco, se oyen pasos y la voz del general Robert Lee. Para suerte de Javier y su acompañante, se mete a otra celda.
Digo que tal vez George Floyd fue víctima de un falsificador de billetes y el policía lo revictimizó; pero, aún en el caso de que realmente hubiese sido culpable, un fraude por veinte dólares no amerita la pena de muerte y sin juicio. No es la primera vez que la policía de Estados Unidos atenta contra la vida y los derechos de un afro americano ni tampoco la primera vez que a estos abusos se contesta con manifestaciones y desordenes sociales. En 1962, los Panteras Negras. En 2014 pasó algo similar: Michael Brown y Eric Garner, según el sociólogo James Nolan. No recuerdo si en los ochenta o noventa del siglo pasado volvió a ocurrir lo mismo. Me impresionó la imagen de un automóvil que se detuvo en un crucero y cuatro negros bajaron al conductor, un hombre blanco, delgado, con camisa de manga larga bien planchada y corbata. Podría ser un científico o un profesor universitario. Parecía ser alguien educado y pacífico. Pero a los agresores no les importaba como tampoco a la policía del momento no le había importado privar de la vida a otro hombre de tez morena. Lo sacaron del coche y lo patearon, al igual que los policías habían hecho con su víctima, hasta matarlo. Una chica de quince años es golpeada por la policía de la Ciudad de México, por estar en la manifestación frente a la embajada de Estados Unidos, con tal saña que acaba con una conmoción cerebral. La violencia siempre engendra más violencia.
En otra parte del mundo, los policías de un país europeo que no son los culpables del homicidio, se arrodillan para pedir perdón por un homicidio que no cometieron, ante un contingente de seres humanos que tampoco son ni los culpables ni las víctimas. En Jalisco las manifestaciones dañan la imagen del gobernador fifí, en Veracruz la del gobernador chairo. En Xalapa un grupo de anarquistas se lanza a la calle no sólo a manifestarse, sino a causar destrozos.
–La propiedad privada es un robo.
Las letras de la ciudad destruidas a golpes. Vidrios rotos, escaparates de negocios y de un banco también. En la ciudad de México unos individuos reclaman algo a la policía. Uno de ellos mete las manos por la ventana del conductor, forcejea. Evidentemente trata de sacarlo, hasta que su compañero de atrás dispara. Rompe la ventana de la puerta trasera y la bala se aloja en la cabeza de uno de los hombres, quien de inmediato cae al suelo, probablemente herido de muerte. Se acercan periodos electorales importantes en México y los Estados Unidos. La política ya no se hace a base de propuestas. Se culpa a Soros, un judío. Algunos judíos han destruido sistemas económicos y sociales; o, por lo menos, han cambiado estilos de vida, empezando por uno llamado Yeshua, seguido de otros cuyos nombres y apellidos son Baruch Spinoza, Carlos Marx y Sigmund Freud, por citar unos cuantos ¿Se les puede reprochar que acaben con sistemas opresores?
El problema con muchos líderes mesiánicos es que son muy buenas personas cuyas ideas están encaminadas a resolver un problema del momento, solución que es específica para una situación concreta, y que sus futuros seguidores, empoderados, las aplicarán para mantener un nuevo sistema opresor y de manera dogmática, traicionando la buena voluntad del profeta primigenio. El camino del infierno está empedrado con buenas intenciones. Por lo pronto, al día 89 de la cuarentena, las cosas se están poniendo muy feas. Y todo México está pintado de rojo, pues así lo indica el semáforo pandémico. Nosotros ya nos preparamos para reiniciar labores en Epifanía el 10 de agosto. Siempre y cuando las cosas no sigan empeorando. Me duele desde anoche la parte baja de mi pulmón izquierdo.
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Muy buen artículo, muy bien extrapolado los ejemplos de las crisis sociales con lo que está sucediendo en todo el mundo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario favorable, pero tengo que hacer una precisión: si bien una de las historias se nutre de las noticias periodísticas, lo que comentaste es el capítulo de mi novela "Crónicas pandémicas", novela por entregas. Por eso se extrapolan las épocas históricas y se cuela la fantasía. Es una de las características de la novela, que en ella pueden caber varios géneros: poesía, cuento, ensayo, cartas, diarios íntimos y artículos periodísticos. Gracias por leer y comentar. Saludos.
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