El miércoles 24 de julio me presenté en la sala 9 del
complejo multicinema “Cinépolis” de la Plaza Américas de Xalapa. El cine es cultura y la empresa citada es un
ejemplo de gestión cultural sumamente exitosa y rentable. Cuenta con varias
alianzas estratégicas: situada en Plazas comerciales y en malls, se ha convertido en un elemento clave para distribuir la
llamada cultura mainstream. Lo cual
no le impide transmitir cine de culto. Me pude percatar que hay una sala
exclusiva para “cine de arte”; sin embargo, no todo el cine de culto o de arte
está privado de un porvenir comercial. La película que fui a ver, El llanero solitario, se exhibía en
varias de las salas comerciales. Como valor agregado a esta película, se
anunciaba la obertura Guillermo Tell
de Rossini. Y, es que sin las brillantes notas musicales de aquel compositor
italiano del pasado, el clímax de la película perdería el 75% de su fuerza. Esta
historia y esta música, son ejemplos de gestión cultural exitosos de tiempos
pasados que siguen ganando batallas en el presente: la historia de El llanero solitario primero se
popularizó en una revista de comics
que a mediados del siglo pasado tuvo tal porvenir comercial que tarde o
temprano apareció como serie televisiva, la cual también alcanzó niveles muy
altos de audiencia. Pero la calidad de la publicación de este comic, sobre todo la de los números más
antiguos, también alcanzó el estatus de una publicación de culto. La rúbrica de
dicha serie de televisión era la segunda parte de la obertura de Guillermo
Tell, estableciéndose, a partir de ese momento, una alianza duradera entre
historia, imagen y sonido. Y es que, en
los momentos de mayor tensión, la cabalgata de esta obertura sugiere
apresurados y violentos galopes de caballo, muy adecuados para un Western, género cinematográfico que hoy
es de culto, en tanto que las fanfarrias de los metales y las descargas de la
percusión le imprimen un carácter belicoso y subversivo muy adecuados para
acompañar las aventuras de un par de justicieros solitarios y románticos, cuya
historia está narrada con algunas dosis de muy buen sentido del humor.
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