Por fin llegaron las tan cacareadas elecciones. Cada cual irá a votar o abstenerse. Y, si se abasteció a tiempo, después de hacerlo, podrá tomarse unas copitas de licor. Pues si le gusta hacerlo y no fue previsor, se tendrá que enfrentar desamparado a la ley seca que rige el día de hoy (ja ja).
Por las últimas encuestas que realicé en este blog, para la gente es más importante que mis obras artísticas el saber quién será la persona que nos niegue los permisos para hacer nuestra actividad primordial, o nos cobre exagerados impuestos por hacerlo. Tal vez sólo nos muestre una gran indiferencia o, si nos sacamos la lotería, hasta puede que nos facilite un entorno positivo para desarrollarnos como seres humanos. Hay el riesgo de que mentes atolondradas voten por aquellos que pondrán a remate nuestras áreas verdes, parques y jardines "por ser espacios ociosos e improductivos".
Algunos candidatos serán promotores de la violencia institucional (ojalá que pierdan), otros "ni nos perjudicarán, ni nos beneficiarán, sino todo lo contrario" (tampoco deseo que ganen), otros más, nos darán atole con el dedo (id.). Sin embargo, confío en que ganará "la o él" (aunque suene a frase de Fox) que represente la mejor opción para los xalapeños. Así que ¡a votar! (Y a rezar).
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