Hoy dió inicio la temporada de manifestaciones de 2016. Se prevée que va a durar al menos hasta el 1º de diciembre. Quizá ahora no llegue hasta el 23 de diciembre como en los dos años anteriores, si tomamos en cuenta que a partir del día 1º de diciembre habrá un nuevo gobernador para el Estado de Veracruz. Por lo pronto, hoy se juntaron dos manifestaciones: una, la de los jubilados, pues todavía hay muchos a los que no se les ha pagado; otra, la de los 400 pueblos, visitantes recurrentes de las capitales del Estado y del país. ¿Se irán a encuerar con el frío que está haciendo? Hagan sus apuestas.
La idea es que se empaten las festividades religiosas con las manifestaciones, a fin de que la economía se vea entorpecida de manera permanente a lo largo del año, ante los embotellamientos de tráfico. No sé que gana el gobierno actual teniendo al Estado de Veracruz paralizado; pero, me imagino, algún provecho para alguien habrá. Desde luego, a la ciudadanía no le conviene: unos no pueden llegar a tiempo a su trabajo; otros, tienen que estar parados horas y horas en la plaza pública soportando las inclemencias del tiempo. Sobre todo los adultos mayores, a quienes se recomienda cuidarse de resfriados y pulmonías, no deben estarse exponiendo a tales salvajadas.
En el 2015 no solo se empataron las manifestaciones con la temporada de las posadas, sino que incluso llegaron a las vísperas de Navidad; y, como consecuencia, la nueva temporada inició este 6 de enero, apenas terminando la visita de Los Reyes Magos. Genial. ¿A dónde iremos a parar? Bueno, no hay que ser negativos: Duarte ya dijo que ahora sí hay mucho dinero para Veracruz con el presupuesto para 2016, que le va a alcanzar para pagar todo lo que debe y que lo va a ejercer de manera responsable. Ojalá. Porque ya estoy hasta la madre de manifestaciones. De por sí me molesta no poder ir a arreglar mis asuntos con prontitud a causa de los bloqueos. Y más me molesta cuando yo tengo que unirme a los contingentes de manifestantes; además, me da miedo, pues se sabe que éste es un gobierno proclive a las represiones violentas.
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