Si bien a estas alturas ya hay al menos dos óperas de nombre "Tropical", la mía es la más antigua y la más reciente es de un alemán. Otra cosa que tenemos en común los compositores de ambas óperas es el nombre "Santiago". Ante todo, voy a hablar de la mía, porque de la otra no tengo tanta información, aunque se ve que está divertida: me hizo bastante gracia cuando uno de los personajes cantó "quiero vivir en Sudamérica" (Parodiando a "I want to live in America").
Ahora que presentamos "Tropical, la ópera veracruzana", aplicamos una encuesta de salida a los espectadores de las funciones de los días 26 y 27 de septiembre de este año. O sea, (como diría "El Pirruris", personaje que ojalá y pronto vuelva a la escena, porque era muy cómico) estamos hablando del año 2015. Del tercer milenio. ¿O el segundo d.C:? Depende del uso del cero para iniciar la cronología de la era cristiana.
Ya entrando en materia, la mayor parte de públicos que asistieron a nuestra Tropical (y que además marcaron su preferencia) tienen un rango de edades de entre 51 y 69 años. Esto es, Tropical gusta a los baby boomers. Claro que ahora, lo de "baby" ya es un decir. Tiene lógica: yo también soy un boomer, pues nací en 1952. Lo sorprendente es que el segundo segmento más fuerte fue de públicos de la Generación X, que se supone que tienen gustos diametralmente opuestos a los boomers.
También hubo bastantes espectadores de La Generación Silenciosa, aquella que reemplazó a Agustín Lara por The Beatles en materia de gustos musicales. Esto me parece curioso, porque la temática de la ópera gira en torno al Agustín Lara de 1930. Quizá otro factor es la perfilación del público que nos visitó: la proporción de encuestados tuvo una relación aproximada de dos mujeres por cada caballero y su nivel de estudios, principalmente era de Licenciatura y en segundo lugar de Postgrado (sin precisar si eran Maestros o Doctores). El tercer segmento importante fueron los Millennials, jóvenes de entre 16 y 29. Desde luego, los representantes de La Generación Grandiosa, la Interbellum o La Generación Perdida no estuvieron presentes, porque ya no están sobre la superficie de este planeta. (QEPD).
Lo interesante es que el personaje protagónico, Toña la Negra, generacionalmente es de la Generación Interbellum (1900-1913), según una clasificación, o de la Generación Grandiosa (1901-1925), según otra clasificación. Agustín Lara, según si se le considere de 1897 o de 1900, sería o de La Generación Perdida, o de la Interbellum.
Estas clasificaciones están pensadas más para públicos norteamericanos, pues en México se podría decir que sólo hay una Generación Perdida que inició en 1821 y continúa hasta la fecha (estoy bromeando).
El encanto de las generaciones Perdida e Interbellum es que vivieron los alegres años veintes y la depresión económica del 29. Les gustaba el jazz. Quizá algunos son abuelos de varios de la Generación X. Por algúna razón, la generación que tuvo su primera etapa productiva o sus primeros triunfos entre 1920 y 1930, es una generación tan encantadora como la que lo hizo en la década de los 90 del siglo XX. Me atrevo a pensar que por esta razón Tropical, la ópera veracruzana también interesó a públicos no boomers.
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