Stabat Mater

Hay vidas breves que dejan una huella perenne. Una de ellas fue la de Giovanni Battista Pergolesi, quien nació el 4 de enero de 1710 y murió el 16 de marzo de 1736.  En tan sólo 26 años de edad logró componer 10 óperas y ocho misas, obras de gran envergadura, así como otras piezas de música de cámara y música sacra. No obstante, sólo con una de ellas logró tener un gran éxito: La Serva Padrona, con la cual logró tener un gran impacto, más allá de las fronteras de Italia. Con esa obra cambió el curso de la Historia de la Música: abrió paso a los Bouffons franceses y la línea podría decirse que llegó hasta las óperas italianas de W.A. Mozart. Sus demás óperas no corrieron con la misma suerte y probablemente Pergolesi quedó tan desalentado que enfermó del pecho. Se refugió en un convento de Franciscanos, en Pozzuoli, donde murió, al poco tiempo de escribir los últimos compases de su Stabat Mater. Como muchos otros músicos de antaño, su cuerpo fue echado a la fosa común. Un siglo después, se colocó una lápida para recordarlo. Estos hechos le dan un significado todavía más profundo a su última obra, siendo equiparable al Requiem de Mozart, también escrito por un joven compositor con un pie en la tumba.

El Stabat Mater de Pergolesi inicia con una serie de disonancias al estilo de la vieja escuela madrigalista veneciana, recurso empleado por ellos para desgarrarnos el alma, para trasmitirnos una situación dolorosa y Pergolesi logra comunicarnos ese estado emocional con dicho procedimiento. Es la pieza con la que inicia el primer vídeo que les ofrezco.

Aún no encuentro la manera de subir al you tube vídeos mayores de 15 minutos, de modo que me vi forzado a dividir el material en tres vídeos.

Mi cámara es una Nikon D3000, semiprofesional, a la que se le calientan los circuitos como a la media hora de uso (o antes), de tal suerte que no pude grabar todo el concierto que les anuncié el martes 19 de marzo de 2013; solicito una disculpa por no poder trasmitirles la misa completa. Particularmente doloroso fue el corte del tercer vídeo, cuando mi hija cantaba y creo que lo estaba haciendo bien, sin temor a equivocarme. Así es la vida.

La cámara reinició labores hasta que el coro cantaba el "Amen" final; sin embargo, con los tres vídeos que les ofrezco creo que podrán apreciar tanto la belleza de la obra como el magnífico trabajo de los artistas ahí involucrados, desde la valiosa labor de la Maestra Sanabria, profesora y directora de los niños del coro, así como directora del ensamble y arreglista de esta versión, hasta el papel de las solistas Patricia Ivison y Rosaura González Ramírez cuyas voces engalanaron la Catedral Metropolitana de Xalapa.
Otra labor encomiable que debe destacarse, es la del Instituto de Música de Veracruz (el ISMEV), pues tanto el coro de niños como el ensamble instrumental están siendo preparados con un alto nivel de profesionalismo.