Mi nuera china insistía en que comprásemos
alimentos congelados, enlatados, cubre bocas, papel de baño y que nos
preparásemos para un largo encierro. Su familia se había ido a la casa de
montaña de un tío y sólo bajaba una persona a comprar cada cinco días. Pinches
chinos, ¡qué alarmistas y miedosos! Ya mero voy a estar haciendo compras de
pánico por algo que está pasando al otro lado del mundo. Además, como los
mexicanos hemos pasado por tantas enfermedades tenemos un sistema inmune muy
fuerte. Yo he sobrevivido a los tacos del metro de Pantitlán ¿Qué me puede
pasar? ¿A poco crees que los chinos son diferentes? Ellos comen murciélagos,
serpientes y pangolines y por eso pescaron el virus. Si ella y mi hijo tienen
tanto miedo ¿Por qué siguen trabajando en una empresa de chinos? No podemos,
nos quedaríamos sin trabajo. No sean burros, vénganse a vivir con nosotros y ya
luego buscan otro trabajo. No, no y no. Tenemos un contrato de arrendamiento.
Mira, habla con el casero. No entenderá. Bueno ¿Qué es primero? ¿La vida o el
dinero? No podemos. Sí pueden. No. Entonces son unos pinches alarmistas ¿Para
qué nos quieren meter miedo? Lo del virus es verdad. Pues ya saben que tienen
las puertas abiertas. Podemos aguantar un poco en Veracruz, mientras la
pandemia esté lejos. De acuerdo. Pero mientras sigan trabajando con los chinos,
no les creeré una sola palabra.
Incrédulo, seguí proyectando la estrategia
de mercado de Epifanía, la academia de danza de mi esposa. Se avecinaban los exámenes de
admisión a la Universidad Veracruzana. Me había ido mal con un curso de
preparación a la de música: se metió un troll
a nuestras redes sociales para confundir al público objetivo y lo logró. Por
otra parte, yo ya estoy cansado de la docencia musical, tengo otras carreras
más interesantes. La música es muy
bonita cuando la oyes o cuando ya sabes tocar. Pero el solfeo lo lleva hasta en
el nombre: Solfeo = Solgacho = Solhorrible. Total, las clases de danza yo no
las voy a impartir.
En cambio, diseñar la estrategia de mercado
sí me permite aplicar lo aprendido en mis dos maestrías. También tengo una Licenciatura en Derecho.
Si. Bueno. Soy neorromántico. Me gusta vivir en cualquier lugar y en cualquier
momento, menos en el aquí y en el ahora. Por eso no me desarrollé en la
docencia musical. Fui una mosca pegada en la pared de la Facultad de Música de la Universidad Revolucionaria y Conservadora de Veracruz (la UCRV)
hasta que me jubilé. Y, para entretenerme, estudié de todo: Leyes,
Comunicación, Mercadotecnia, Producción Artística, Cine. Literatura y hasta
Ajedrez a nivel de competencia. Tal vez si me hubiesen pagado por componer
música habría tratado con más respeto a la música, pues mi primera licenciatura
la obtuve como compositor. Pero, como dijo Sancho Panza “oficio que no da de
comer a su amo, no vale dos habas”. Claro que podría citar la canción cuyo
verso más importante dice “me lo dijeron mil veces, pero no quise comprender”.
Hijito, estudia una carrera ¡Voy a ser compositor! Por eso, estudia Leyes,
Medicina, Ingeniería… ¿Estás insinuando que Composición Musical no es una
carrera? ¡Te aseguro que un compositor tiene que dedicarle más horas de estudio
a su carrera que un abogado! ¡Y qué ironía! Acabé estudiando Leyes y eso me
ayudó a trepar en la Universidad Revolucionaria y Conservadora de Veracruz hasta que los compañeros de
trabajo vieron burro y se les ofreció montar: queremos que seas el secretario
de conflictos y del trabajo del sindicato. Nunca debí de haber aceptado. Me
convertí en una especie de Jimmy Hoffa tropical y de bolsillo. O sea, el
villano de la telenovela.
No sólo caí de la gracia de las autoridades
universitarias, sino que un amigo tuvo a bien nombrarme Jefe del departamento
jurídico de su asociación de ajedrez, con la cual acabé malquistándome con otro
tipo de autoridades. Pero benditas sean las leyes. No todo es litigar. El
capítulo de los Derechos Humanos es tan delicioso como la leche con miel. Y
sirve para todo. Ya les platicaré más adelante.
El caso es que cuando diseñaba el curso para
ingresar a la Facultad de Danza, la secretaria de nuestra academia nos pasó una
convocatoria de la Subsecretaría de Cultura. Era una licitación para apoyar a
espacios culturales independientes. Yo ya estaba enterado de que el 2019 cerró
con una recesión económica mundial y que para México las proyecciones a fines
del 2020 eran muy pesimistas. De modo que pensé “ese billete tiene que ser para
nuestra academia”. Nuestro curso de preparación es caro y seguramente vamos a
competir contra otras academias. Vamos con todo tras el recur$o. Así que,
además de los protocolos y formalismos requeridos tanto por la institución
convocante por los de la técnica, añadí razones humanitarias. Y la necesidad de
apoyar a estratos sociales de niveles medios y bajos. Fue mi yo abogado que dijo
“cita al artículo 1º de la Constitución”. “El estado tiene que garantizar que
los ciudadanos puedan realizar su proyecto de vida” ¿Cómo una chica pobre y
talentosa podría dedicarse a la danza si las academias que la prepararían al
ingreso son fifís?
Nuestras síntesis curriculares son muy
competitivas, estamos hablando de postgrados y décadas de experiencia
profesional y docente, más muchos cursos de actualización. Pero ya vimos que
eso no fue suficiente para obtener algo en la administración anterior. Pero esa
administración era fifí y la actual es emanada de la 4t, así que es cuestión de adecuar el lenguaje. Incluimos
folklore, facilitamos el acceso a la cultura a familias de escasos recursos y
lo que no alcance lo vamos a aportar nosotros. Pero el capítulo más bello lo
diseñó mi yo abogado: Estamos hablando de Derechos Humanos, de implementar la
felicidad contra la violencia. Nuestro país está desgarrado por la violencia
pero los mexicanos somos violentos porque ya no estamos en el primer lugar de los
países felices. Se abusó del mexicano una y otra vez: estaba bien jodido y aún
así conservaba su buen humor. Y lo hizo por décadas. Pero ya no. Desde hace
unos años se amargó y se volvió violento. Esto fue por la desesperanza, por el
hambre, por la incertidumbre, por la distribución inequitativa de la riqueza. Y
también por los medios de comunicación: cada vez que un mexicano ve una
película norteamericana compara el nivel de vida de los primos del norte con el
suyo y la película de Hollywood se vuelve tremendamente subversiva, pues
muestra un mundo idílico al que sólo es posible acceder teniendo un montón de
dinero.
Este proyecto lo armamos y discutimos en
equipo. Nos decíamos “está bien chingón, si no nos lo dan es porque la 4t es la
misma porquería que el blanquiazul”. De repente, leí el encabezado de una
noticia: el empoderado hermanito del gober andaba expropiando instrumentos
musicales a los miembros de las orquestas infantiles y juveniles que estaban a
su alcance. Esta noticia me la compartió una amiga fifí. Estaban felices
mostrando como AMLO y la 4t son comunistas y están bajo las órdenes de Maduro y
de la Agenda de Sao Paulo. Y por ahí empezaban. Chin. Resulta que ese
hermanito, cuando era mi alumno, escribió un libelo en mi contra en una revista
estudiantil. Valió madre. Hasta ahí llegaron nuestro proyecto chingón, nuestros
postgrados, nuestra experiencia docente y profesional. Estamos igual que con
los blanquiazules. O peor. Porque una de las razones profundas por las que no
nos apoyaron en la administración anterior, es que el jefe de la institución
que nos debía dar el apoyo era el hijo de mi peor enemigo en la Facultad de
Música. Así es México. Pero no. Para mi sorpresa nuestra academia fue seleccionada.
Ya la hicimos, le podremos dar buenos sueldos a nuestros profesores y podremos
llegar a un público mayor.
Tengo tres amigos fifís que seguramente son
operadores del partido blanquiazul. Al poco de sabernos ganadores, me
compartieron otra noticia: se aprobó una reforma al artículo 22 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “Artículo 22. ...
No se considerará confiscación la aplicación de bienes de una persona cuando
sea decretada para el pago de multas o impuestos, …” . Y de esa reforma se
derivó la actual Ley de Extinción de Dominio. O sea que si un empleado de Javier Duarte te
chingó con el pago de una tarjeta de circulación que te robaron, fuiste a
renovarla, ellos se equivocaron y te dieron puro chile, te quedaste sin tarjeta
y no pudiste verificar tu automóvil por años, ya eres acreedor a multas y
recargos, por lo que ahora el Estado te puede quitar tu casa y bloquear tus
cuentas bancarias sin que seas un criminal organizado. Así que me puse a
regularizar la personalidad jurídica de mi academia. Fue un calvario. Para
colmo, mi madre tuvo una grave enfermedad respiratoria en la Ciudad de México y
tuve que ir a hacer guardia al hospital. Saliendo mi mamá, fue mi papá el que
se enfermó.
Cuando esto sucede, nos turnamos: un hermano
hace guardia en el hospital y el otro atiende al progenitor que se quedó en
casa y luego invertimos los roles, a fin de estar ambos con los dos
progenitores. Pero eso significa suspender todas nuestras labores
profesionales. Y, dormir en la casa de mis padres, es asistir a un concierto de
toses y estornudos toda la noche. Los más característicos son los de la mayor
de mis hermanas: es una tos acompañada de un sentimiento de fastidio e
impotencia. Una tos que cae muy gorda, que nos ha acompañado toda la vida. Mi padre
nació en España y casi creció con todo el siglo pasado ¿Habrá pescado la gripe
española? ¿Será que siempre hemos padecido la gripe española y la hemos
esparcido por todo el mundo?
Mi padre nació en 1926 y llegó a México con
los niños de Morelia, gracias a San Lázaro Cárdenas y a su igualmente bendita
esposa Doña Amalia Solórzano. Y, desde luego a San Gilberto Bosques y demás
hombres santos que salvaron millones de vidas arriesgando la propia durante la
Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. Pero aquí estamos hablando
de la Primera Guerra Mundial, en la que se practicaban tanto la guerra
bacteriológica como la química: se atacaba al enemigo con gas mostaza y se le
enviaba correspondencia cuyas cartas estaban infestadas de ántrax. Lo más
estremecedor de esa pandemia es que los gobiernos de los ejércitos en pugna
callaron para no asustar a sus tropas, las que murieron como moscas a causa de
la pandemia. Solamente España, que no estaba en guerra, dio cobertura a la
guerra contra la pandemia y por eso se le conoce como “española”. Pero
probablemente llegó de América o de China. Otra vez de China. Desde Marco Polo
nos están llegando enfermedades terribles desde China. Un conspiranoico diría
que son virus y bacterias creadas en laboratorios. Y se basará en que en alguna
parte del libro El arte de la guerra de Sun Tzu (544 a.C.-496 a.C.) se recomienda
atacar al enemigo con enfermedades. La chingada pandemia española duró de 1918
a 1920 (seis años antes de que naciera mi padre) y fue causada por un virus
tipo A H1N1 el cual nos ha fastidiado a los mexicanos no hace mucho tiempo. ¿Cómo
saben que mi padre no la contrajo si el virus A H1N1 de 2009 sigue matando
personas hoy en día?
Calderón se la pasa criticando a AMLO por lo
mal que está llevando el sistema de salud y el trato que se le da a la ciencia
y la investigación, ambas cosas claves para detener la letalidad de una
pandemia, cuando, la verdad, es que él hizo lo mismo en 2009: redujo el
presupuesto al sistema de salud, al Conacyt, etc., y la dichosa fiebre porcina
nos agarró atados de pies y manos. Gracias a Dios que la libramos, como espero
que salgamos de esta. Yo celebraba el eslogan de campaña de AMLO cuando decía
“eso no es seguro ni es popular” porque era verdad. Hasta que me llegó un meme
fifí que dice que el INSABI tampoco es seguro ni es popular, pero ahora no tiene
medicinas. Quizá eso explique el silencio de los chairos. Le creo a AMLO cuando
dice que los gobiernos fifís dejaron así al sistema de salud mexicano. Pero
cuando mi nietecita me da a entender que en el cuarto de la planta baja vio a
un monstruo montando un caballo bayo se me eriza la piel. Pues dicen que los
niños chiquitos tienen una percepción paranormal superior a la nuestra. Y a lo
mejor vio pasar al cuarto jinete del Apocalipsis, al que vamos a enfrentar con
una resortera.
Si te gusta como escribo y quieres apoyar mi creatividad, conviértete en mi mecenas. Haz click en este botón, regístrate y selecciona el plan que más convenga a tus intereses: Become a Patron!
Muy buen capitulo de su novela: es el primero que leo, completo y de un solo jalón. Buena historia, reflexiva y pertinaz. Estaré, en lo posble, pendiente de las próximas entregas. (Y en su buzón, en contraparte, le dejaré en su buzón, una de mis canciones relacionadas con la pandemia. Con el reto de crear una por semana... ¡y ya llevo cinco!) . GRACIAS!
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado. Si quieres ver el primer capítulo aquí está el link: https://ecdajedrez.blogspot.com/2020/05/cronicas-pandemicas-novela-por-entregas.html
EliminarPor mi parte, escucharé tu canción. Y si te suscribes a este blo, a lo mejor te llegarán en automático los demás capítulos. Es un buen reto crear algo continuado durante la cuarentena, y quizá sea bueno para nuestra salud mental. Un saludo desde Xalapa Veracruz.
Hola. Soy Luis, de la Luis Buñuel.
ResponderEliminarRecuerdo conversando con usted que me dio la impresión que era anti morenista. Jaja.
Yo no voté, pero de alguna forma también celebré la alternancia de hace 2 años. Pero como usted insinúa, creo, la 4t se está cayendo poco a poco por la ineptitud de Andrés.
Me gustó que platicara sus trabas con el gobierno.
Me gustaría que comentara más cosas turbias que ha vivido en la bella Xalapa.
Hola Luis, gusto en saludarte. Como dijo Luis Echeverría, no estoy a favor ni en contra de Morena, sino todo lo contrario, ja ja. Es una dialéctica barroca pero tiene sentido. Depende de la situación concreta, je je.
EliminarBueno, como novelista tengo que ser imparcial y darle voz a chairos y fifís con igualdad de derechos, así como a los que están de acuerdo con la cuarentena y los que no. Debo mostrar y que el público saque sus conclusiones. Lo único que estoy haciendo es soltar mis demonios, ja ja. Gracias por leer y comentar. Saludos.
ResponderEliminar