El espectáculo multidisciplinario Lunas de octubre se presentará en la sala Dagoberto Guillaumín (también conocida como la "sala chica") de Teatro del Estado, en Xalapa, Veracruz, el día 27 de octubre a las 19 horas, en lugar de la función programada el 18 de octubre, en El Ágora, a las 20 horas, como estaba previsto, debido a causas ajenas a la organización Katarsis, Música y Danza.
Por lo pronto, los artistas han retomado su trabajo y cada quien ensaya su parte intensamente. Conforme vayan avanzando en su trabajo, iremos mostrando "probaditas" de ese avance. Por lo pronto, el día de hoy, la bailarina Julia Tapia y la mezzosoprano Rosaura González ensayaron Iter criminis. La música es de quien esta líneas escribe en tanto que la coreografía es de Angélica Ramírez.
Iter criminis es una de las piezas más raras que he compuesto. La concebí cuando estudiaba Leyes y, al mismo tiempo, me aprendía la primera Suite Francesa para clavecín de Juan Sebastián Bach. Como no tenía piano, lo hacía con un teclado marca Casio de los años ochenta, simulando que era un cello. Los sonidos MIDI de estos aparatos, distaban mucho de parecerse a los cellos, pero yo me imaginaba que estaba escuchando a Pablo Casals tocar las notas que yo le ordenaba. A veces, para aprenderme la melodía de una u otra mano, dejaba al aparato tocar la parte correspondiente mientras leía mi libro de Derecho Penal. El resultado era bastante siniestro, considerando que, para aprenderme bien el material, le ordenaba al aparato tocar la melodía lo más lento posible. Estaba estudiando el tema del Iter criminis, es decir, de la trayectoria que sigue el delito desde que es ideado en la mente del criminal hasta su manifestación externa y las posibilidades de castigarlo. Lo cual, mientras no ocurra esta manifestación, es imposible. Es decir, estaba estudiando la teoría de los delitos en grado de tentativa. El libro de Raúl Carrancá Rivas mezclaba los conceptos en lengua castellana con frases en latín, lo cual aproveché en mi composición, para hacerla más siniestra. Como también era profesor de análisis musical, ha menudo era el sinodal del maestro Eugenio Slezyak, el profesor de composición musical. (Como ven, tengo amigos polacos). Un buen día, un muchacho presentó una composición para soprano, cello y contrabajo. La Bella y la Bestia se quedaba corta, pues, en este caso, la delgada voz de la soprano, la novia del compositor, cantaba acompañada por las sonoridades graves, grotescas y secas del cello y el contrabajo. Así que tomé esta instrumentación, la forma de la suite barroca de J.S. Bach, diseñé una serie dodecafónica he hice un entramado para el cello y el bajo. Pero, la voz humana, en vez de llevarla de acuerdo a la ortodoxia dodecafónica, traté de resolverla con contrapunto al estilo de Palestrina. Lo cual, dado el contexto cromático de las cuerdas, era imposible. Pero salió algo medio tétrico y lúgubre. De ahí mi imaginación voló a pensar que la mujer o era un ángel, una magistrada de justicia o una profesora de derecho penal. Cuando los alumnos de la maestra Lidia Kusielczuk (otra amiga polaca)
la presentaron en público, un crítico musical local la elogió, debido a la atmósfera de tensión y suspenso que generaba esta rara composición musical. En esa ocasión, la parte vocal la cantó la soprano Guadalupe Colorado. Posteriormente, la soprano Giselle Pacheco de la Rosa la volvió a cantar, esta vez en Radio Universidad Veracruzana y, en seguida, la grabó en un CD.
Mis ex-compañeros de la Facultad de Leyes me han dicho que desean escucharla. En especial, la pidió mi amigo Clemente Bazán, quien, a su vez, es padre de un talentoso pianista que por estas fechas anda becado en Europa.
Las fotos que acompañan este artículo, fueron tomadas con mi viejito teléfono celular (móvil) (anterior a 2009 y sigue funcionando). Logré captar unos momentos interesantes donde Julia Tapia ensaya su papel. En la versión de la coreógrafa Angélica Ramírez, la bailarina representa a la acusada, en tanto que la cantante representa a la fiscal, a la parte acusadora.
Esta pieza pienso añadirla como parte de mi segunda ópera, la cual se llamará tentativamente "Historias tristes", con poemas de Jaime Renán y un libreto elaborado on-line por diversos talentosos escritores de varios países.
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