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sábado, 13 de marzo de 2010

...y sigue la yunta andandooo

¿Se acuerdan cuál fue el primer tema que abordé en este blog? El 13 de abril de 2009, inicié este blog para expresar mi irritación por la situación que prevalece en la Asociación de Ajedrecistas Veracruzanos. Entre otras cosas, ese día éxpresé lo siguiente "Tal vez la crisis del ajedrez veracruzano no es más que una expresión de la crisis nacional e internacional. La Asociación de Ajedrecistas Veracruzanos tiene dos presidentes, uno "espurio" pero que es el que ha estado haciendo las cosas, tanto las buenas como las malas, y otro, que es el legítimo, que lleva más de seis meses sin poder actuar porque está desconocido (muy probablemente de manera ilegal) por ciertas instituciones."
Bueno, pues Jaime Elpidio Bretón Diaz Mirón, el Presidente Legítimo, desconocido, abandonado por casi todos y quejoso ante la Suprema Corte de Justicia, al final, como héroe de película motivacional gringa, ganó. Se salió con la suya: el Tribunal Colegiado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación le otorgó el Amparo. De modo que sigue siendo el Presidente legalmente constituído de dicha Asociación.
Después de un proceso que duró cerca de dos años y medio, con resoluciones contrarias a sus intereses a lo largo del camino, excepto al final (el que ríe al último dicen que rie mejor), acabó viendo moros con tranchetes por todas partes.
Y es probable que, como buen ajedrecista, busque darle jaque mate a alguien. Esperemos que el que se la deba se la pague, y que Jaime no esté buscando quien se la pague aunque no se la deba.
Los usurpadores realizaron y/o avalaron muchos eventos, algunos muy interesantes. Pero a cada momento surgían las anomalías: torneos en los que se había cobrado por anticipado la inscripción (por internet, por ejemplo) y que después no se realizaron pero tampoco se devolvió al cuota de inscripción a los ajedrecistas que cayeron en esta trampa, o torneos donde no se entregó la premiación. Chantaje emocional para que una niña que había ganado su lugar en el tablero para representar a nuestro Estado cediera su lugar a la hija de un personaje influyente que no pudo ganárse ese lugar en la competencia, escándalo que llegó a los medios de comunicación, etc., etc.,
La pregunta es ¿porqué las autoridades deportivas involucradas no dejaron trabajar a Jaime Bretón y permitieron estas anomalías? Pues Jaime apenas tenía seis meses de haber sido elegido Presidente y se le regateó el apoyo e incluso se validó una conspiración en su contra a todas luces ilegal. Lo peor del caso es que se le brindó poder y dinero a manos llenas a gente que estaba procediendo al margen de la ley. Y que salió con malas cuentas.
Yo soy un ajedrecista independiente. Estoy jubilado y soy autosuficiente económicamente. Y cuando me retiré de mi trabajo para dedicarme al ajedrez de cuerpo y alma, suspiré de alivio (equivocadamente) pues pensé que había dejado atrás la politiquería de bajo nivel moral (la grilla, como decimos en México), las intrigas palaciegas y los pinochetazos, los cuales padecí desde mis tiempos de estudiante en el Conservatorio Nacional de Música y los viví a lo largo de toda mi vida profesional, siendo de particular intensidad los sufridos en los treinta años y medio que trabajé en la Universidad Veracruzana.
A Jaime Bretón lo conozco desde 1980 y he participado en muchas aventuras ajedrecísticas junto a él. Me divierte su estilo excéntrico y marrullero. Pero sobretodo me gusta el valor que otorga a la amistad y a la lealtad. De modo que no puedo permanecer impasible cuando otras personas e incluso algunos instituciones tratan de dañar al amigo.
De Jaime Bretón como ajedrecista sé que ha caído en el Mate de Legal jugando contra un Profesor de Filosofía más malo que la gripe asiática, siendo Jaime la única víctima del torneo de este singular personaje, quien aprovecharía el caso para dar una lección a sus alumnos "sobre las contingencias de la vida" (cosas que no deberían suceder, pero suceden). También lo he visto con una pieza de menos y el Rey sin protección frente a niños de 1400 de ratting (para, al final escaparse como Houdini y ganar). Todo mundo saborea sus anécdotas, como aquella cuando llegó a la final por el primer lugar en un torneo y se presentó en la última ronda, sudando, jadeando, sin zapatos y sin camisa, porque se quedó dormido y llegó un minuto después de que el árbitro marcara el default, implorando vanamente por que lo dejaran jugar.
Pero también recuerdo que desde hace años vence en el tablero jugando al tú por tú a Maestros Internacionales y a Grandes Maestros, cuando nadie daba un cacahuate (maní) por él. Y esto lo traigo a colación, porque en los desplegados de prensa que publicaron en su contra sus adversarios, lo acusaron de ser un pseudoajedrecista. Acto por demás cobarde, porque ninguno de los que firmaron ese artículo es rival en el tablero para Jaime.
La cosa es que yo estoy como un personaje de canción de José Alfredo Jiménez, casi casi "en el rincón de una cantina" lamentándome por mi suerte "profunda y negra" porque ya viene el próximo campeonato nacional y Jaime me ha nombrado su representante legal para realizar algunos trámites, aprovechándo que voy a la lejana ciudad de Monterrey. Es decir, no voy a jugar concentrado exclusivamente en lo que ocurra en el tablero. Sino metido en un lío gordo que a mí casi no me compete pero del cual no puedo estar al margen porque Jaime es mi amigo y el ajedrez mi actividad favorita. "Orita (ahora) no sé si tengo fe" (Otra canción de José Alfredo).
Y voy prevenido de que, a pesar de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha amparado a Jaime, tal parece que algunas autoridades insisten en mantenerse en el desacato a las leyes y hacer que el lío se vuelva más gordo.
Lo más absurdo del asunto es que, seguramente algunos personajes me tienen envidia porque Jaime me nombró representante legal de la Asociación ("Yo no voy a matarme por nadie. Te la dejo, por Dios te la dejo", continúa cantando José Alfredo). Es decir, parece que me saqué la rifa del tigre.
La cuestión es que hace unos días, antes de saber el resultado del juicio de Amparo promovido por Jaime, le preguntaba a otro amigo ajedrecista (quien por cierto no se lleva bien ni con Jaime ni con Osiris) que "ahora que estaban desconocidos Jaime y Osiris ¿con quien se van a tramitar las credenciales del SIRED?" Bueno, pues ya me llegó la respuesta, conmigo. Acepto el cargo por ayudar a los colegas ajedrecistas veracruzanos.
Pero si se me complican las cosas por intentos de fraude, conspiración, envidias o revanchas, les renuncio al cargo y a ver cómo le hacen. ("Siempre caaaigo en los mismos errooores. Otra vez, a brindar con extraaaños". Perdón, me equivoqué de canción, la que quiero citar es "si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida, ...si nos dejan, nos vamos a vivir a un mundo nuevo ...yo pienso que tú y yo podemos ser felices todavía... si nos dejan, ... buscamos un ricón cerca del cielo y hacemos con las nubes, teeercipelo... si nos dejan... " y ojalá no tenga que cantar "me cansé de rogarleee, me cansé de decírle, que yo sin ella, de pena mueeerooo...."). Hasta la próxima. Sean felices. Y lean el libro de Stephan Covey "Los hábitos de la gente altamente efectiva" y pónganle especial atención al capítulo donde habla de la actitud de "ganar-ganar". En la partida de ajedrez es importante el "yo gano y tú pierdes". Pero incluso en el ajedrez a veces es mejor conformarse con una tablas que perder el partido y el torneo por no saber negociar. No sea que José Alfredo les cante "Cuando nadie te quiera, cuando todos te olvideeen, volverás al camino donde yo me quedeeee, volverás como todas, con el alma en pedazooos, a buscar en mis brazos, un poquito de fe. Cuando ya de tu orgullo, no te quede ni gotaaaa... y el destino implacable quiera ver tu final, yo estaré en el camino, donde tu me dejaste ...porque quiero que sepas, que no se de rencoreees...." Y es "que no somos iguales, dice la gente, que tu vida y la mía se van a perder, que yo soy un canalla, y tu eres decente... yo no entiendo esas cosas de las clases sociales... vámonos, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal, vámonos alejados del mundo, donde no haya justicia, ni leyes ni nada, nomás nuestro amoooor. Que no somos iguales, dice la gente". Si estoy perdiendo la razón y me comporto como loco, solicito comprensión, porque esta situación y la de mi país, probablemente sí me están volviendo loco. Bueno. Adiós.