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domingo, 24 de septiembre de 2017

Los ensayos no son escritos científicos concluídos

La entrada anterior de este blog fue para plantear mis sospechas de que la actividad sísmica tan frecuente que ha habido en Xalapa (y por ende, en el resto de México) tiene una frecuencia nunca antes vista. Pues los sismos fuertes que he presenciado antes del 2017 ocurrieron, tanto en Xalapa como en la Ciudad de México. En 1956 yo tenía 4 años de edad pero aún recuerdo las calles llenas de escombros, el Ángel de la Independencia caído y los comentarios de la gente, así como las noticias. También estuve en los de 1972 y de 1985, el primero en el DF, el segundo en Xalapa. Del 56 al 72 transcurrieron 16 años, del 72 al 85, 13 años, del 85 al 15 de febrero de 2017,  32. Y sé que hubo uno muy fuerte en Xalapa en 1926. Desde esta fecha hasta el año 1956 hay otros treinta años. Y de 1926 al 15 de febrero de 2017 ocurrieron 5 sismos en un lapso de 89 años, con un intervalo que osciló entre 13 años como mínimo  y 32 como máximo. Pero de febrero 2017 a la fecha han habido sismos el 15 de febrero, otro en mayo y ya llevamos tres en septiembre. De modo que en siete meses ha temblado tantas veces como de 1926 al 15 de febrero del 2017. Esto me sugiere que el cambio de frecuencia se debe a la actividad irresponsable del ser humano. Y al investigar sobre la técnica de extracción del gas natural me enteré que se rompen capas de roca cuyas fracturas pueden provocar desplazamientos de placas tecntónicas se me desató la paranoia.
Contra mi paranoia ya se alzan desde voces doctas que alegan desde la falta de pruebas científicas aducidas en mi ensayo, hasta voces reactivas que se limitan a ofenderme diciéndome "chairo" y sin mostrar argumentos en contrario. Les recordaré la frase de Galileo, vigilado al final de su vida por la Santa Inquisición, quien dió una patada al suelo mientras decía "y sin embargo se mueve". Por favor que algún grupo de científicos no comprometidos con el sistema capitalista trasnacional o con el mexicano corrupto nacional, desarrollen este tema y con pruebas contundentes (y no con falacias sentimentales y subjetivas) y me demuestren mi error. Porque, al igual que los otros mexicanos, estoy aterrado. No es agradable estar tocando el piano ni escribiendo en la computadora siguiendo al teclado que se balancea de un lugar a otro porque la tierra está temblando. Tampoco despertarse a media noche o en la madrugada porque hay una alerta sísmica. Y, si esto está provocado por la mano del hombre, hay que parar de inmediato la actividad depredadora y reparar el daño donde ya se haya hecho. No lo echen en saco roto. Más vale descartar una opinión eqivocada que seguir la política del avestruz y morir en un cataclismo que se pudo evitar pero del que no se quisieron tomar las precauciones pertinentes.
En una de las primeras entradas de este blog me quejaba de que un huracán, en 2009 había inundado el puerto de Veracruz y dejado sin el patrimonio de 30 años de trabajo a una de mis tías. Y que el gobierno de Fidel Herrera no les había dado una cantidad monetaria suficiente para que se recuperaran del daño pero que la inundación ocurrió en parte porque una de las bombas para extraer agua se había llevado al sur del Estado, porque se pensó que por ahí entraría el huracán. ¿Porqué en el sur no había bomba? Porque el dinero para comprarla seguramente se había desviado para otras finalidades. De ahí los medios de comunicación oficiales y oficialistas empezaron a rasgarse las vestiduras -al igual que ahora- para que la ciudadanía no hiciera caso de comunicadores "irresponsables" (como yo, seguramente). Y, en vez de caer el gobierno de Fidel, éste fue sucedido por el de duarte, quien lo superó con creces. Éste es el link de la entrada, edel año 2010: https://ecdajedrez.blogspot.com/2010/09/ajedrez-y-huracanes.html
Para sustentar lo que digo en esta publicación de mi blog y en la anterior, me remito a lo dicho por este otro sitio, donde ya se denunciaba el peligro de incrementar la actividad sísimica a causa del fracking: http://www.plumaslibres.com.mx/2016/03/06/es-el-fracking-estupidos/
 El fracking incrementa la actividad sísmica

martes, 19 de septiembre de 2017

Sismos y traición a la patria

Hace unos minutos acaba de temblar la tierra otra vez en Xalapa, con bastante fuerza. En Xalapa sí ha habido sismos, el más letal ocurrió en 1926. Pero en Xalapa temblaba con una frecuencia de un sismo cada once o quince años. Hoy, en lo que va del año, la tierra ha temblado desde el 15 de febrero en varias ocasiones. No acaba de pasar un sismo bastante fuerte y ya padecimos otro. Afortunadamente para mi familia y mis vecinos sin consecuencias graves o notorias, aunque es seguro que nuestras construcciones están sufriendo un daño.
Hace varios años, cuando estudiaba un diplomado en cine, ví varias veces las películas de China Town con Jack Nicholson, la primera además con Roman Polansky. Parte de la trama es la ambición de las compañías petroleras y su escaso compromiso con la naturaleza y las comunidades. Allá en la California norteamericana, empezaron a ocurrir sismos con demasiada frecuencia, como acá, y el detective encarnado por Jack Nicholson descubrió que se debía a los procesos que empleaban los petroleros para extraer el oro negro. No en valde Ramón López Velarde escribió en la Suave Patria, hacia 1910 "El Niño Dios te escrituró un establo y los veneros de petróleo en diablo".
Hace unos meses inicié una campaña para obtener firmas y solicitar un amparo contra el gasoducto en Xalapa, pues ví los comentarios y las noticias que hacían otras personas; entre otras, otro abogado. Por consiguiente, me puse a investigar en las redes sociales y encontré bastante información de cómo se obtiene el Gas Natural con la técnica del fracking, la cual implica fracturar capas de roca volcánica y uno de los efectos colaterales de esta técnica es que, la fracturar las capas de roca, propicia desplazamientos de capas tectónicas. También me enteré que parte de las tan cuestionadas reformas del presidente Enrique Peña Nieto, dentro de su reforma energética está el proyecto de llenar todo el mapa de México de tuberías y sitios de extracción de Gas Natural.
Esto favorecerá a grandes empresas como son la Nestlé, la Coca-Cola o Wallmart, que abaratarán costos. Pero a los mexicanos nos pone en riesgo de morir aplastados y de ver como nuestro patrimonio se ve derrumbado en unos cuantos minutos de terror. El amparo 665/2017 radicado en el Juzgado Primero de Distrito del Séptimo Circuito (Veracruz) no parece ir bien para los ciudadanos. Aún en el supuesto de que se resuelva favorablemente hacia la ciudadanía xalapeña, el proceso tomará su tiempo y faltará por ver si en otras partes se les otorgó el amparo a los ciudadanos. Lo más probable es que no y que en muchos lugares del país ya se esté empleando esta técnica con los resultados consecuentes.
Los blogs son el sitio ideal para darle rienda suelta a la conspiranoia y hoy yo no voy a ser la excepción y le voy a dar vuelo a mi propia paranoia: Tengo otras tres hipótesis: 1.- Al declarar "persona non grata" al embajador de Corea del Norte en México y ordenar su expulsión, los norcoreanos lanzaron un misil cerca de las costas mexicanas del oceáno pacífico, con las consecuencias ya registradas. En este caso, quizá ya van dos.
2.- Los Coreanos lanzaron el misil antes de esta declaración y las autoridades mexicanas no lo informaron para no desatar una ola de pánico y por eso declararon "persona no grata al embajador de Corea del Norte".
3.- No fueron los Coreanos, sino Donald Trump, que odia irracionalmente a los mexicanos y ordenó activar en nuestro perjuicio el programa H.A.A.R.P. justamente en septiembre, el mes de nuestra patria.
El hecho es que no es normal que haya tantos sismos en Xalapa. Aún no sé de cuanto fue la magnitud ni dónde el epicentro, lo que sé es que estaba tocando mi piano y el teclado empezó a moverse más de lo normal. Por eso me dí cuenta. Además, nosotros tenemos el agravante de que una poderosa funcionaria universitaria excavó cerca de la parte trasera de nuestra casa y se ha negado a construír un muro de contención, con la anuencia o la omisión de la Juez 4ª de lo Civil, el Director de Desarrollo Urbano de Xalapa y la Juez Primero de Distrito. Sí, la misma que está llevando el amparo 665/2017 contra el gasoducto en Xalapa. ¿Cómo la ven?
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lunes, 18 de septiembre de 2017

Feminicidios ¿Cómo decirlo?

Todos los días desayunamos con noticias estremecedoras que llenan de vergüenza y oprobio no sólo a nuestro país, sino al sexo masculino y a casi todas nuestras instituciones. Generalizar no está bien. Nunca he estado de acuerdo con la política de hacer pagar justos por pecadores, pues estoy convencido que ésa es una estrategia más para dividir, criminalizar, manipular y gobernar desde la corrupción y la impunidad. No se puede decir que el asesino de Mara sea un animal, pues es más que eso: es un monstruo.
Yo no sé si alguna fiera sea capaz de hacer eso; pero, lamentablemente, el ser humano, ser con conciencia y libre albedrío, sí lo es. Porque el asesino de Mara no es el único: está el conductor de la pesera de la Neza que raptó en presencia de su padre, mató y violó a Valeria, una niña de once años, y los casos de las hijas de varios amigos míos que se casaron con la pareja equivocada y fueron ejecutadas junto con sus hombres, más las muertas de Juárez, las víctimas de Las Poquianchis y las víctimas de una larga serie de criminales que florecen en nuestro país como los hongos en tiempos de humedad desde tiempos inmemoriales.
¿Cuáles son las causas? En primer lugar, la educación (más bien, la falta de una educación de calidad, no sólo en la escuela, sino en la familia y en las comunidades, sean religiosas, sean de amigos, sean de lo que sean). Hoy en la mañana escuchaba los comentarios de un joven conductor, excelente conductor, quien sacó a la luz algunos comentarios súmamente desafortunados de algunos personajes. Entre otros, el de un Rector de una universidad poblana, para quien que el asunto era una cuestión de "descomposición social", en lo cual, en primera instancia estamos de acuerdo. Pero ¿Qué es lo que este hombre entiende por "descomposición social"? De sus tuits el conductor dedujo que para este ilustre académico "descomposición social" no es que los criminales proliferen y anden libres, sino que las mujeres tengan libertades.
El problema de este hombre, en mi opinión,  es ser mocho y olvidar las enseñanzas de La Biblia y las palabras de Jesucristo: "No matarás" dicen claramente los diez mandamientos. "No desearás a la mujer de tu prójimo", se dice por otro lado en las Sagradas Escrituras. "No fornicarás", es decir, no tener relaciones sexuales fuera del matrimonio y violar es la peor forma de hacerlo, pues no cuentas con la anuencia de la persona sometida por la fuerza a tus bajos instintos.
Quiero citar a Jesucristo, por boca de uno de sus apóstoles: “Sabéis que se dijo: No cometas adulterio. Pero yo os digo: El que mira con malos deseos a la mujer de otro, ya está adulterando con ella en el fondo de su corazón. Así que, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo lejos de ti. Más te vale perder una parte del cuerpo que ser arrojado entero a la gehena. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti. Más te vale perder una parte del cuerpo que ser arrojado entero a la gehena” (Mateo 5:27-30).
De las palabras de Cristo se puede deducir una realidad que tenemos que asumir los varones: no andan tan equivocadas las "Feminazis" cuando generalizan diciendo que todos los varones somos violadores en potencia. Y por tanto, también feminicidas. Pero la mayoría de los varones no andamos violando y matando mujeres. De hecho, nos indigna y nos aterra que nuestra madre, nuestra hermana, nuestra hija o nuestra nieta sean víctimas de tales aberraciones de la naturaleza humana. Y nos llena de espanto cuando la familiar de un amigo ha pasado por tales monstruosidades.
Entonces, en el caso del Rector poblano en comento hay una mala lectura de las escrituras cristianas, en el caso de que este hombre profese el cristianismo. O tal vez se trate de una deficiencia del Twitter como medio de comunicación: debido a la limitación de escribir el mensaje con 150 caracteres, los emisores del mensaje se exponen a decir ambigüedades que pueden resultar en lo contrario de lo que quisieron decir. Me explico: si voy a tratar un tema tan delicado y espinoso como el de un feminicidio, yo recurro al Twitter para compartir una entrada de mi blog, donde puedo dejar de manera más clara y detallada mi opinión y mi posición y no trato de decirlo todo en 150 caracteres. Y aún así estoy expuesto a cometer errores o a decir cosas impertinentes.
Mas la cuestión de fondo es que las violaciones y los feminicidios no tienen sustento moral ni jurídico alguno: son dos delitos muy graves y juntos agravan la culpabilidad. Y la culpa no es de las mujeres por ser bonitas, por andar solas o acompañadas a altas horas de la madrugada, por usar minifalda, por tomar cerveza o ejercer sus libertades y sus derechos; en fin, por ser mujeres. La culpa es del varón violador homicida y del sistema político-económico-religioso-comunicativo que lo mal educó.
Otro grave conjunto de errores comunicativos es la forma en que la empresa de taxis Cabify llevó el asunto. Y también en Twitter. Estos errores le van a pasar la factura y va a ser muy costosa. En mercadotecnia se sabe que la comunicación "de boca en boca" es la más efectiva. Pero si es en contra, es la más letal. Esta empresa ahora tiene un serio problema: del "boca en boca" se pasó a la viralización en las redes sociales y de ahí al trend topic en los medios de comunicación tradicionales. Están fritos. Obviamente, sí fue un problema de contratación, pues el chofer asesino no fue detectado por los contratadores. También fue una combinación de errores comunicativos, primero por no ver lo que estaba haciendo su conductor, y luego por atender de manera deficiente y con palabras vacías la gravedad del caso.
Pero ¿Qué tal que la música clásica, la música de creadores cultos contemporáneos, la filosofía, la ética y la literatura, entre otras disciplinas, están seriamente amenazadas por el sistema actual? Las universidades ya no hayan cómo deshacerse de estas materias, los medios de comunicación saturan el ambiente con canciones de contenido feminicida y apologético de la violencia y del narco. Los juzgados y las fiscalías no reaccionan con rapidez si no se les soborna, por donde quiera que se le vea el asunto es un desastre: los legisladores están miopes pero enriquecidos, los partidos políticos se llevan más dinero que el que se requiere para atender a los damnificados de los desastres naturales, la distribución de la riqueza es súmamente asimétrica, los medios de comunicación venden con imagenes sensuales de mujeres hermosas (donde el subtexto es que si adquieres ese producto vas a tener todas las mujeres hermosas que desees; cuando, en realidad, lo único que vas a obtener es una frustración por cada vez que seas impactado por un anuncio así).
¿Qué podemos hacer? Lo primero, cambiar en nuestros interiores. No es que sea yo un mocho, mas yo creo que no andaban tan equivocados los medievales al señalar siete conductas humanas como graves pecados. Entre ellos: la lujuria, la envidia, la soberbia, la ira y la avaricia. Hay estudios psicológicos que revelan con una explicación científica que estas conductas están latentes en cada uno de nosotros por estar asociadas a instintos de sobrevivencia. El problema es cuando se salen de control y se convierten en deformidades monstruosas que no sólo ponen en peligro la existencia de los demás, sino la nuestra. Sugiero que la ética se incorpore de nuevo a la educación formal, en todos los niveles. Porque no es seguro que una persona se comporte conforme a normas éticas mientras una gran mayoría anden como bestias desbocadas sin el menor control ético. Pero debe ser una ética bien pensada, libre de fundamentalismos y aberraciones emanadas de malas interpretaciones intencionales dictadas por quienes detentan el poder para perpetuarse en él.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Recuerdos del embeleso


Oscuridad. Soledad. La oscuridad del subsuelo. Se oyen al lado las gotas de agua que golpean lentamente a un cacharro. La más fría oscuridad. Las gotas de lluvia golpean como mis lágrimas a la soledad. Los golpes del destino. Escondido en un rincón. Los golpes del implacable destino desgarran las entrañas de lo que más quiero. Las gotas de lluvia aún caen en mi interior. La lucha perdida contra el destino. Las gotas del agua del exterior. Unos pasos en la oscuridad. Soledad agónica. Muerte. Silencio. La muerte acecha por todas partes. Mejor cállate. No sé quien te invitó a esta danza macabra. A nadie le importa. Observa. Presta atención. Las gotas de agua. Frío de soledad. Amor no comprendido. Recuerdos del embeleso. No temo pero me duele. Ya se que a ti no te importa. El viejo edificio. Hielo. Lloro a solas. No tiene importancia. Fíjate bien. El verde de tus ojos dialoga con tus cabellos dorados. Las gotas de agua. Gozaste con mi sufrimiento. Vivo en la soledad más gélida del mundo. Recuerdo tu rostro.

martes, 12 de septiembre de 2017

Tan sólo cenizas...

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Estoy de un ánimo sereno, aunque un tanto nostálgico. El día está nublado. Mi nietecita Minerva, de seis meses de edad, también tiene el blues: al aporrear el piano desde hace unos días, ha dejado de hacerlo con entusiasmo y ahora toca unas notas aisladas, espaciadas en el tiempo, con la cabeza agachada. De hecho, hoy ella estaba de un humor francamente negro y quién sabe por qué. Sonaba el tren a lo lejos, sus trompetas hacían vibrar un acorde de séptima de sensible del modo mayor, acorde muy dramático según el profesor Dionisio Ceniceros.
 En lo que sale mi hija para que la lleve a trabajar al coro me puse a tocar en el piano mis composiciones de la suite Las Inevitales Despedidas. Estoy escribiendo esto en un café que está en el rinconcito de una plaza comercial. Me distrajo la mesera y olvidé que primero quería anotar que para motivar a mi nietecita empecé a tocar el acorde del tren con un motivo jazzístico de dos notas. Yo procuraba que el acorde tuviese al menos una nota en común con las teclas que ella oprimía. La nena entendió y captó que tanto el ritmo como el acorde estaban en sintonía con su estado de ánimo y le encantó el resultado. Repetimos nuestras ideas musicales varias veces, siguiendo en la línea oscura de los últimos días, yo tocando el acorde del tren y ella aderezándolo con más disonacias, de las que alcanzaba a producir con sus manitas.
El caso es que los acordes que logramos me recordaron mis composiciones de Las Inevitables Despedidas y cuando mi nieta regresó a los brazos de su madre, me puse a recordar la primera pieza, en lo que mi hija acababa de vestirse para ir al coro. Me aprendí el pasaje de la mano izquierda de la primera pieza. Cuando la toqué con fluidez y algo de interpretación, me dí cuenta de que no me quedó tan mal; de hecho, me quedó muy bien y funcionaría en guitarra sin la parte de la mano derecha. Estas piezas las compuse en 1973, en plena castidad. Según el Maestro Dionisio Ceniceros, fueron mis últimas piezas compuestas en tal estado de ánimo tan peculiar, muy bueno para la creatividad musical y poética pero lamentable para los deseos de un joven veinteañero. Estaba a punto de conocer a Amaranta, con quien perdí no sólo la castidad, sino la soltería y la libertad.
­                  -En lo sucesivo tus composiciones van a ser vulgares, como las de los demás-, me dijo el maestro Ceniceros.
 La primera composición que hice para un ensamble instrumental la hice con la misma técnica que Las Inevitables Despedidas, con armonía cuartal, y su frivolidad pareció confirmar la profecía del maestro, pues no alcanzó la misma calidad. El asunto aquí es, ¿fue la pérdida de la castidad o fue la falta de pericia en el manejo de los instrumentos orquestales? Las piezas para piano me salieron bien porque yo sabía algo de piano; y de los otros instrumentos, nada. Tener sexo antes y después de casarme me reveló una serie de situaciones emotivas que antes sólo imaginaba pálidamente. Para mí no son sentimientos vulgares sino normales.
La primera vez que rompí con Amaranta escuché de otro modo el primer movimiento del cuarto concierto para piano de Beethoven. Fue una experiencia mucho más intensa que todo lo vivido con anterioridad. Beethoven, el solterón, se llevó muchos desengaños amorosos, pero es probable que llegase tan lejos como yo en algunas aventuras amorosas. Los desencuentros duelen. No sé cómo se metió Amaranta a cada una de las notas de ese concierto, el caso es que el oboe me recordaba su voz, el clarinete a la habitación donde hacíamos el amor, las cuerdas su perfume y el piano su piel, sus labios, sus ojos. Afortunadamente lo estaba oyendo en la sala de mi departamento y a solas, pues me solté llorando como una Magdalena y si hubiese hecho eso en una sala de conciertos todas las miradas se habrían dirigido hacia mí, como si fuese un bicho raro.
Hoy Amaranta está muerta. Yo vi cómo mi hijo mayor cargaba la urna con sus cenizas. El otro día apareció frente a mi zaguán un polvo extraño, como si a alguien se le hubiese derramado un kilo de azúcar o de harina color de hueso. Cuando mi esposa y yo lo descubrimos había unas cucarachas alrededor de él y pensamos que un perro había defecado ahí y un alma piadosa había cubierto el desperfecto con cal. Pero no era ni cal, ni harina, ni azúcar, sino una sustancia pegajosa, difícil de remover y que con la lluvia se volvió chiclosa y muy adherente ¿Será que la última voluntad de Amaranta fue que tiraran sus cenizas frente a mi portón de entrada? ¿Como Servilia, la enemiga de Atia, quien se suicidó frente a su casa para lanzarle una maldición? ¿A poco la Amaranta me quiso tanto como yo la quise?
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lunes, 11 de septiembre de 2017

El gatito cantante.

EL GATITO CANTANTE
A la memoria de La Titi

Por Francisco González Christen.

Había una vez un gatito que vivía en un parque ecológico cercano a un conjunto de departamentos habitados por humanos. Le gustaba vivir bien, no le gustaban los lugares húmedos, como el bosque. Un día decidió meterse en la casa de Rosita, una niña que se pasaba todo el día frente a la televisión, porque sus papás iban a trabajar temprano y regresaban muy noche. Rosita, al ver que un gatito estaba en su casa y quería ser su amigo, se puso muy contenta.


-Miau –le dijo a Rosita.

-Qué bonito gatito –respondió Rosita -¿qué haces aquí?

-Miaaauuu.

-¡Ah! ¡Entiendo! ¿Quieres vivir aquí?

-Miau –dijo y se le frotó contra las piernas.

-Bueno, le voy a pedir permiso a mis papás para que te quedes a vivir conmigo. De hoy en adelante, tu nombre será Tito.

-Purrmiau –agradeció Tito, el gatito.

El duende Puk era el tío de Tito. Era irlandés, vino con su hermana el Hada Puka a México, con los piratas ingleses del Caribe. México les gustó a los Puk para vivir: se hicieron amigos de los chanekes, unos duendes mexicanos. El Hada Puka se casó con Ocelotl, un nagual. Eso no le gustó a su hermano, quien hubiera preferido que su hermana se casara con un duende irlandés. Ocelotl era un brujo muy guapo, que podía transformarse en un hermoso ocelote. Porque los naguales son seres humanos que pueden tomar la forma de un animal. El duende Puk, celoso, cuando su hermana y su esposo le estaban transmitiendo poderes a su hijo, escondió la varita mágica del Hada Puka y le dio otra con la misma forma, pero con los poderes equivocados. Cuando el Hada Puka tenía su varita mágica verdadera, a donde apuntaba caía el hechizo, pero cuando no la tenía las cosas no le salían como quería. Esa era la razón por la que Tito no tenía completos sus poderes y sólo podía permanecer en forma humana por tiempo limitado, y estaba resignado a pasar la mayor parte de su vida en forma de gato. Ocelotl y el Hada Puka estaban muy contentos porque su hijo ya había adoptado a una familia de humanos.

-Está muy bonita la casa de Rosita –decía Ocelotl –además está muy cerca del bosque.

-Y se ve que guisan muy bien –contestaba el Hada Puka.

-Hay que avisarle a nuestro amigo Puk que Tito ya adoptó a unos humanos –dijo a sus amigos uno de los chanekes, quien observaba la escena escondido entre las hierbas del bosque.

-¿Quién trajo aquí a este gatito? –Preguntó el Papá de Rosi.

-Llegó solo –decía Rosita -¿me puedo quedar con él?

-¡No! –dijo su Papá, quien al ver la carita de tristeza que puso Tito se sintió muy incómodo. –Bueno, solamente si…

-Solamente si tú lo cuidas –Le dijo su mamá.

-¿Qué podré hacer para que Tito se aleje de Rosita? –pensaba Puk, quien no quería mucho a su sobrino porque era hijo de Ocelotl. -¡Ya sé! Le voy a decir a la gatita peleonera que Tito es un impostor que usurpa el lugar de los gatos verdaderos. Por eso es que Brunilda, como la nombraría Rosita, se apareció en su casa, adoptándola de inmediato.

-¿Otro gato? –protestó el papá de Rosita.

-No es gato, es gata, y Tito necesita una novia –reclamó Rosita.

-Tiene razón la niña –dijo su mamá. –Total, un gato más, un gato menos, qué más da.
Y así fue como Rosita y sus papás adoptaron a Brunilda, una gatita esbelta y muy ágil.

-Comiuarr –le dijo Tito a Rosita, para que le diera de comer.

-Aquí está, gatito bonito.

-¡Ngau! –dijo Brunilda, y le quitó la comida a Tito.

Tito poco a poco iba pasando de hablar un lenguaje gatuno a uno humano, a fin de que la niña no se asustara. Puk trataba de que Rosita no le hiciera caso, tirando cosas y haciendo ruido, para que se distrajera cuando Tito le hablaba. Y Brunilda, cada vez que Rosita no la veía, atacaba a Tito.

-¡Pelea cobarde! –Lo retaba –tú no eres un gato verdadero. Si quieres ser mi novio, me tienes que vencer en combate.

Tito era muy sensible, era un verdadero artista. Y no era un gato, era un nagual con poderes limitados. De modo que, aunque Brunilda era mucho más pequeña y esbelta que él, todos los zarpazos que lanzaba arañaban la cara de Tito. Ella peleaba con series de “combos” finta-zarpazo superior-finta-dos zarpazos inferiores-cabezazo para esquivar el zarpazo del contrario-finta-tres zarpazos a la cabeza. Lanzaba el combo en fracciones de segundo, todos sus zarpazos hacían blanco y ella salía intacta, no recibía uno solo rasguño. Él solamente podía arañarla en la cara una vez, si la tomaba desprevenida. Tito detestaba la violencia, y cuando Brunilda se acercaba, él prefería retirarse discretamente del lugar.

Un día, mientras Rosita estaba aburrida viendo la televisión, Tito se le acercó. Con mucho cuidado posó sus garritas en el vestido de la niña y lo jaló suavemente varias veces, para llamar su atención. La niña volteó a mirarlo, admirada por la inteligencia del gatito.

-Yo te puedo enseñar a cantar –le dijo Tito.

-¡Ah! ¡Puedes hablar! –dijo Rosita, asombrada.

-Y cantar también –contestó Tito, con seguridad.

-¿Podré cantar tan bien como Filippa Fenicia? –preguntó Rosita.

-Lo podrás hacer mejor –respondió Tito.

Filippa Fenicia era una mujer rubia y muy bonita que cantaba en la televisión. Su canción favorita era “una voce poco fa” en estilo moderno.

-Mira esto, no te vayas a asustar –le dijo Tito a Rosita y se transformó en un muchacho gordito, de cabellos negros, ondulados, cejijunto y con abundante barba.

-Una voce poco fa, cui nel cuor mi risuono –Tito empezó a cantar, una vez pasada la sorpresa.

-Oye ¿y por qué cantas con voz de mujer? –preguntó Rosita.

-¡No es voz de mujer, ignorante! –Contestó enojado Tito –soy un contratenor. ¿A poco no canto mejor que Filippa Fenicia? Mira, ella no puede hacer este pasaje y yo sí. -Tito se puso a cantar una especie de acrobacias vocales que dejaron a la niña con la boca abierta.

-Yo quiero cantar así.

-Primero tienes que hacer vocalizaciones.

-¿Qué es eso?

-Son ejercicios para cantar mejor.

-¿Cuándo empezamos?

-Hoy en la noche, antes de que tus papás regresen.

Llegó la noche y Tito no estaba para darle su clase de canto a Rosita.

-Tito, pst, pst, pst –Lo llamaba Rosita con preocupación, pues el gatito no aparecía por ningún lado. Cada noche lo buscaba, llorando y llorando porque no lo encontraba. Pero cuando Rosita se sentaba a cenar, Tito se aparecía.

-Comiaurr –decía Tito.

Rosita le daba alimento para gatos.

-¡Ngau! –Protestaba Tito –Dame pescado frito con tocino o no te doy tu clase de canto –exigía. Rosita se desvelaba todas las noches, porque Tito se escondía cada rato, para que Rosita se desesperara y sacara los filetes de salmón. Rosita iba al refrigerador, tomaba un filete y lo ponía en el sartén.

-Por favor ya dámelo –decía Tito.

-¡Espérate, que se está guisando! –protestaba Rosita.

-Miaargggh –decía Tito, y se tiraba al suelo, con gran dramatismo, para hacerle creer a Rosita que se estaba muriendo.

-¡Está bien, cómetelo! ¡A ver si no te quemas la boca por desesperado!

-Mmmh, ¡está delicioso! –decía Tito, comiéndose apresuradamente el platillo antes de que Brunilda la envidiosa viniera a quitárselo.

-Bueno, ya te di de comer, ahora dame mi clase.

-Voy a distraer a Brunilda –decía el Hada Puka, viendo que Brunilda se dirigía hacia Tito. Tomó su varita mágica, la correcta, e hizo aparecer un ratón cerca de las narices de la gatita.

-Y yo voy a hacer que el ratón se dirija al piano, -decía Puk -para que Brunilda se pelee con Tito –mientras chocaba un tarro de cerveza espumeante con sus amigos los chanekes.

Pero Ocelotl capturó al ratón y salió corriendo hacia el bosque, perseguido por Brunilda.

-¿Quién canta tan bonito? –decían los papás de Rosita, cuando llegaban al departamento.

Brunilda acorraló a Ocelotl, quien era un gato tan grande que más bien parecía un leopardo.

-Te invito a que me devuelvas mi ratón pacíficamente o no respondo por mis actos –le dijo la valiente Brunilda al gatote. Ella estaba muy segura de sus habilidades guerreras. Pensaba lanzarle a Ocelotl su combo favorito a la velocidad del rayo. Si hubiera competencias de peleas de gatos, Brunilda sería la campeona.

-Aquí está –le respondía Ocelotl, liberando al ratón –no sabía que era tuyo, discúlpame.

Realmente, Ocelotl no comía ratones, le daban asco. Ya que había logrado su propósito de atraer a Brunilda al corazón del bosque, no tenía por qué pelearse con la gatita. En lo que Brunilda se comía al ratón y regresaba a la casa de Rosita, Tito ya le había dado la clase de canto a Rosita.

-¡Grrr! –gruñía enojado Puk –esta vez se salieron con la suya. Ahora voy a esconder todos los filetes de salmón, para que sospechen de Tito y lo corran de la casa.

-Muchas gracias, Tito, -Agradecía Rosita -mañana me vas a enseñar las notas del pentagrama y yo te voy a preparar un filete de salmón con tocino. Y te tienes que apurar, porque dentro de poco va a habrá un concurso de canto en el que quiero participar. Pero Rosita no era la única que quería participar en ese concurso.

-Quiero participar en el concurso de canto de ópera y oratorio en México –dijo la cantante Filippa Fenicia.
En algún lugar del bosque, un grupo de singulares criaturas tenía un animado banquete.

-Mmmh, está delicioso este pescadito –Decía Chane, un chaneke que se estaba comiendo el salmón que Puk le robó a los papás de Rosita.

-¡Y sabe mejor con cerveza irlandesa! –Dijo Cheneque, otro chaneke.

-¡No es cierto! –Contestó Chane –sabe mejor con cerveza mexicana.

-¡Mentira! –Corrigió Aluxob, un tercer chaneke –es más sabroso si la cerveza mexicana la mezclas con whisky irlandés.

-¡Cállense, borrachos! –Los interrumpió el Hada Puka -¿de dónde sacaron el salmón con tocino?

-Nos los dio tu hermano Puk -contestaron a coro todos los sinvergüenzas chanekes.

-Mmmh, seguro que ya hizo otra fechoría –Y diciendo esto, el Hada Puka hizo un pase mágico con la varita equivocada. –Abracadabra, que regrese el salmón a sus dueños originales.

-Ja, ja, jaa –reía Puk –en vez de enviarle el salmón a los papás de Rosita, se lo enviaste a Filippa Fenicia.

-¡Ay malvado! –Contestó furiosa el Hada Puka –deja que te alcance y me las vas a pagar todas.

-Ja, ja, jaa, eso si es que me atrapas –y diciendo esto se esfumó entre las hierbas del bosque.

Entretanto, en la casa de Rosita había una pequeña discusión.

-Quiero que me lleven a la ciudad de México, voy a participar en un concurso de canto –le ordenó Rosita a sus papás.

-¿Estás loca? ¡Nos va a costar un dineral! ¡Y tú ni siquiera sabes cantar!

-¡No es cierto! ¡Tito me enseñó!

Al decir esto, el gatito movió la cabeza afirmativamente.

-Estás loquita niña. Es ópera y oratorio, es muy difícil de cantar.

-Tito, enséñales.

Tito dio un par de saltos y se colocó en la parte superior del piano. Se paró sobre sus dos patitas traseras y empezó a cantar “una voce poco fa”. Los papás de Rosita quedaron muy impresionados.

-Bueno, él sí sabe cantar, pero tú no –dijo el papá.

-¡Ja! –Contestó Rosita desafiante –Tito, vamos a cantarles el Stabat Mater de Pergolessi.

Ella cantaba la parte de la soprano y Tito la del contratenor. Los papás de la niña comprendieron que tenían un tesoro en las manos y decidieron apoyarla. Tito sabía que para asesorarla correctamente, tendría que hacerlo con su forma humana. Fue a ver a sus papás, a ver si ellos lograban ayudarlo.

-Pá’, necesito poder mantenerme más tiempo como humano –le dijo Tito a Ocelotl -Tengo una misión muy importante que cumplir –agregó.

-Realmente no sé cómo hacerle. Tal vez tu mamá te podría preparar algo que te ayude.

Mientras Tito y su papá deliberaban sobre el concurso, los papás de Rosita también lo hacían.

-¡Es un milagro que canten así! –dijo el papá de Rosita.

-Sí, Dios es muy generoso con nosotros –confirmó la mamá de Rosita.

-¡Mira que feliz está esa familia! ¿No es hermoso? –Decía el Hada Puka a su hermano, viendo la escena a través de la ventana.

-¡Bah! –Gruñó Puk -¡Puras cursilerías!
Cuando sus papás se retiraron y Tito volvió a casa, Rosita acarició al gatito, quien ronroneaba.

-Hoy en la noche continuaremos mis clases de canto y te daré tu platillo favorito

–Le prometió Rosita a Tito.

-Purrmiau –contestó Tito.

-Mieou, comiuarr –Dijo Brunilda, quien en ese momento se acercó a Rosita, jalándole el vestido suavemente con sus garritas.

-A ti también te quiero mucho, gatita –Dijo Rosita y se levantó para ir por un sobre de comida para gatos.

Brunilda aprovechó ese descuido para lanzarle un combo de zarpazos a Tito, quien salió corriendo como rayo. Brunilda lo persiguió tenazmente hasta que Tito se subió al tejado de la mansión abandonada, frente a la casa de Rosita.
En Italia, Filippa Fenicia pensaba “Tengo muchos admiradores, pero éste es el más raro”, mientras observaba su frigorífico y la tarjetita con el mensaje de su admirador Puk. “En vez de flores, me llenó el refrigerador de filetes de salmón y tocino. Está bien loco.”

-¿Y ahora por qué están tan generosos conmigo? –Le preguntó Ocelotl a los chanekes, desconfiado.

-Siempre te hemos estimado –Dijo Chane.

-Sí –decía Cheneque, mientras le servía un tarro de cerveza con whisky irlandés a Ocelotl.

-¡Salud! –Brindaba Aluxob.

Los chanekes planeaban distraer a Ocelotl para que Puk pudiera hacer de las suyas, en tanto que Tito desesperaba.

-Brunilda –imploraba Tito –déjame bajar de aquí, no seas mala.

Tito, aún en el tejado de la mansión abandonada, tenía que darle sus clases de canto a la niña, pero Brunilda lo vigilaba y no lo dejaba bajar. En cuanto tuviera a Tito al alcance, le iba a dibujar un crucigrama en la cara. La luna se ocultaba entre las nubes. Eran las dos de la mañana. Rosita llamaba desesperada a Tito. No encontraba los salmones que Puk le había enviado a Filippa Fenicia, entonces abría una lata de atún tras otra. Tito maullaba desde lo alto del tejado para que Rosita lo ayudara, pero la noche estaba muy oscura y la casa abandonada daba miedo, estaba muy alta. Cuando Rosita se distraía, Puk desaparecía la lata de atún y Rosita iba por otra y otra, hasta que se acabó todas las latas que tenían sus papás en la alacena. Puk le enviaba las latas a los chanekes, quienes seguían disfrutando de su banquete con Ocelotl, borracho como estaba, no se daba cuenta de los apuros que estaba pasando su hijo Tito.

-Anda, Brunilda, déjame bajar de aquí ¿Qué no ves cómo está sufriendo Rosita?

-Tendrás que pasar sobre mi cadáver –le respondía la aguerrida felina.

-No seas así. Anda, mira, que eres una gatita muy bonita.

-¡Ngau! –contestaba Brunilda.

Mientras, Filippa Fenicia y su ayudante hacían sus maletas para viajar a México.

-¡Rosita! –Le preguntaron sus papás -¿Qué estás haciendo a estas horas en la calle?

-¡Necesito que llamen a los bomberos! Tito está en la azotea de la mansión abandonada y no puede bajar –imploraba la niña.

-¡Ya bajará él solo, niña, vente a dormir! –le aconsejó su papá.

-¡No! ¡Yo sé que le pasa algo! ¡Ayúdame! ¡Llama a los bomberos! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!

-Niña ¡No seas imprudente! –decía la mamá de Rosita, tratando de hacerla entrar en razón –los bomberos están dormidos, son las tres de la mañana.
¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! –Suplicaba desesperada Rosita. Era tal la insistencia que el papá tomó el teléfono.

-¿Bueno? ¿Hablo con el departamento de bomberos?

-Sí ¿qué se le ofrece?

-Tenemos una pequeña emergencia.

-Sí, ¿de qué se trata?

-Ejem, mire, no es una emergencia normal, pero es una emergencia.

-Lo escucho. Dígame de qué se trata y adónde es.

-Es que… el gatito de mi hija está en el tejado de una casa abandonada y no puede bajar. Ustedes, con sus escaleras, lo pueden ayudar.

-Mire Usted, sí tenemos escaleras. Pero en este momento el cuerpo de bomberos está dormido. Le sugiero que espere hasta mañana, y si a las nueve el gatito no ha bajado, nos vuelve a llamar. Que pase buenas noches. Click.

-¿Qué dijo? ¿Qué dijo? ¿Qué dijo? –preguntó Rosita, quien no podía calmar sus nervios.

-Que lo más probable es que el gatito se baje solo, que te vayas a dormir. Y si mañana sigue ahí, que entonces los volvamos a llamar –Le dijo su papá, de la manera más persuasiva y tranquilizadora que pudo.

-¡No! ¡No! ¡No! -¡Esto no es normal! ¡Yo sé que le pasa algo! ¡Tienes que hacer algo, Papá!

-No niña. ¡Ya acuéstate! Yo me voy a dormir. A los gatos les gusta estar en los tejados –dijo, furioso.

Nadie pudo convencer a Rosita: se estuvo vigilando la mansión hasta las cuatro de la mañana. Afligida, no podía dormir. No lo haría hasta que Tito estuviera a salvo. No se había dado cuenta de que Brunilda era la responsable.

-¿Qué hiciste con los filetes de salmón de la familia de Rosita? –Le preguntaba el Hada Puka, furiosa, a su hermano, el duende Puk.

-No sé de qué me estás hablando –respondía el sinvergüenza duendecillo.

-¡Te voy a convertir en calabaza si no me dices la verdad! –Le decía, agitando su varita mágica.

-Huy, que miedo –se burlaba Puk –de seguro vas a tirar el hechizo por un lado y te va a salir por otro.

-¡Te equivocas, torpe duendecillo! ¡Ya me di cuenta adónde habías escondido mi varita mágica! ¡Abracadabra, que Puk se convierta en una cabra!

-Beee –dijo Puk, convertido en un hermoso cabrito.

-Oye, (hic) ¿Dónde está Tito? –Preguntó Ocelotl al Hada Puka –me dijo que hablaría contigo (hic) porque necesita permanecer más tiempo como humano.

-¿Te fuiste a emborrachar con los chanekes? –Regañó el Hada Puka a su marido sin oírlo –ya te he dicho que no son una buena compañía.

-Si no son tan malos (hic). En serio, Tito necesita que lo ayudes a permanecer más tiempo como humano.

-Voy a consultar mis libros de magia. Tal vez si le preparo un salmón encantado…

-Brunilda ¿dónde estás? –preguntó Rosita, al ver que Brunilda tampoco aparecía. –Brunilda –pst, pst, pst.

-Purrmiau –dijo Brunilda, olvidando a Tito, al ver que Rosita la llamaba con una lata de atún abierta, la última que le quedaba.

Entre tanto, Filippa Fenicia y su asistente llegaron a la ciudad de México. Descansaron. Posteriormente visitaron el teatro donde habría de ser el concurso.

“No soporto estar convertido en un chivo, no puedo hacer nada” Pensaba Puk.

-Creo que a nuestra hija se le zafó un tornillo –le decía el papá de Rosita a su esposa.

-Sí, creo que exagera con sus gatitos –dijo la mamá.

“Ahora que Puka está dormida, le voy a quitar su varita, ojalá no se despierte” pensaba Puk, mientras jalaba con la boca la varita mágica de su hermana, quien parecía despertarse a cada instante. Pero Puk era muy paciente, se quedaba quieto, esperaba y daba otro jaloncito, y otro, y otro, hasta que consiguió quedarse con la varita. Rosita se quedó dormida y Tito bajó del tejado, como si nada hubiera pasado.

-Miau –le dijo Tito a Rosita, con sencillez.

-Gato malo, me hiciste desvelarme y no pudimos ensayar, ya pronto es el concurso.

Entre tanto, los chanekes estaban tan borrachos que Ocelotl se les había escapado y ni cuenta se dieron.

A los dos días siguientes, se inició el concurso de canto de la ciudad de México. Rosita y Tito cantaban el Stabat Mater de Pergolessi y Filippa Fenicia una versión moderna de Una voce poco fa de Rossini. Aunque había cantantes de todo el mundo que lo hacían muy bien, Rosita, Tito y Felippa Fenicia ganaron en la etapa preliminar, luego en semifinales y, por fin, eran los únicos finalistas.

-Con el salmón encantado que preparé – le decía el Hada Puka a Ocelotl -Tito podrá permanecer más tiempo en su forma humana.

Rosita quería que sus papás la vieran cantar en la final, pero ese día salieron más tarde de su trabajo de lo acostumbrado.

-¡Qué tráfico más espantoso! Parece que no vamos a llegar a tiempo al concierto

–Dijo el papá de Rosita.

-Te dije que saliéramos más temprano –Le reclamó la mamá de Rosita.
Mientras, durante el concurso, no todos los que estaban presentes eran seres humanos.

-¡Aguas! ¡Mira quién viene! –Previno a sus amigos Chane, el primer Chaneke.

-¡Cuidadito y le hacen trampa a Rosita y a Tito, Chanekes del demonio! –Les dijo Ocelotl -¡Los tengo bien vigilados!

-Huuy, ¡Qué desconfianza! –Le contestó el Chaneke segundo –Si nada más pasábamos por aquí ¿Verdad Aluxob?

-Sí, Cheneque –Contestó el tercer chaneke.

-¿Alguien anda ahí? –Preguntó Filippa Fenicia, al oír las vocecitas de los chanekes.

Brunilda, que vigilaba a Tito, lo había seguido hasta el teatro.

-(Rosita canta muy bien, pero tú eres un farsante) –le decía Brunilda a Tito atrás de los bastidores del teatro – (Y cuando salgas de aquí verás la tunda que te voy a dar).

-(Te equivocas. Vamos a ganar.) –le respondía Tito en secreto, cuando no le tocaba cantar.

-Quando corpus morietur –cantaban a dúo Rosita y Tito, como un par de ángeles celestiales.

“Debo hacer algo para quitarle el salmón encantado ¿Qué veo? ¡Mira quién viene llegando a estas horas!” pensaba Puk al ver a los papás de Rosita llegando tarde al evento.

“Debo tener listo el salmón encantado, aunque ya vamos a terminar y todo nos esté saliendo muy bien” pensó Rosita. “No creo que Filippa Fenicia nos pueda ganar”.

-Pssst, Rosita… –murmuraba en secreto Puk –tus papás apenas vienen llegando.

-Fac ut animae donetur –cantaba Rosita, buscando a sus papás entre los espectadores del teatro

“Se está distrayendo Rosita, esto no es bueno” pensaba el Hada Puka, con preocupación.

-¡Qué bueno que llegamos a tiempo para oír a Rosita! –Le dijo el papá a la mamá.

-Sí, -contestó la mamá de Rosita –espero que no se haya dado cuenta de que llegamos tarde.

“¡Ay! Creo que ahora sí me van a ganar. Qué bien cantan los dos” pensó Filippa Fenicia.

-¡Ya está! –dijo Puk, aprovechando el descuido de la niña para quitarle el salmón.

“¿Qué está haciendo ese malandrín?” pensó Brunilda cuando vio lo que estaba haciendo Puk.

“Ya empiezo a sentir hambre y no hemos terminado de cantar el Stabat Mater” pensó Tito con aflicción. “¿Y si Rosita olvida darme el salmón encantado por estar tan concentrada en su canto?

-Rosita y Tito son los que cantan mejor –dijeron a coro los chanekes- pero no saben la que les espera, ge, ge, gee.

-¡Qué bien canta mi hijo! ¡Seguramente que van a ganar! –Le comentó Ocelotl al Hada Puka.

-(Rosita ya es hora que me des el salmón encantado) –le dijo Tito en secreto, mientras ella cantaba.

-Amen, miau, amen –Cantaba Tito, mientras ocurría que se transformaba en un hermoso gatito.

-¡Oh, no! –Gritó Ocelotl alarmado.

-(Dame el salmón encantado) –le pidió Tito a Rosita, en secreto, mientras ella cantaba.

-(No lo encuentro) –le contestaba Rosita, en secreto, cuando él cantaba.

-Amen, miau, amen –Cantaban Tito y Rosita el final del Stabat Mater de Pergolessi.

-¡Cómo se ríe el público con esta transformación! –celebraba Puk con los chanekes.

-El Stabat Mater es una obra muy seria –decía el papá de Rosita –no creo que ayude ese truco.

-Ellos siguen cantando como si nada hubiera pasado –decía la mamá de Rosita -¿Les gustará a los del jurado? De todas maneras es como un milagro.

-Oye Puk, no seas mal amigo e invítanos a comernos ese salmón –comentaba Chane.

-Sí, no seas gacho –añadían Cheneque y Aluxob.

-Parece que es el fin de la carrera de Rosita –Decía Filippa Fenicia.

-No me gusta que traten así a Rosita –gruñía Brunilda –ella es mi amiga y se merece más respeto.

Cuando terminaron de cantar, Rosita y el gatito salieron del escenario.

-¿No le diste el salmón encantado a Tito? –Le preguntó el Hada Puka a Rosita.

-¿Dónde está el salmón encantado? –Preguntaba Rosita con desesperación.

-ja, ja, ¡Ya me lo comí! –Se reía Puk, mientras brindaba con un espumoso tarro de cerveza helada.

-Después del desastre que tuvo la tal Rosita –dijo Filippa Fenicia a su asistente –ya no tengo rival.

-Tito, parece que ya no va haber más salmón con tocino para ti, ja, ja –se reían los malvados chanekes.

-Te equivocas –les respondió Tito –el tramposo siempre cae al pozo.

-Huy sí – ¡Mira cómo me da miedo la oscuridad del pozo! –se burlaba Aluxob.

-¡Qué bien canta la tal Fenicia! –decía el papá de Rosita.

-Sí, y siempre lo hace igual –decía resignada la mamá de Rosita –Ni se adelanta ni se retrasa. En cambio Rosita y Tito, unas veces hacen más rápido este pasaje, en otra lo hacen más lento.

-Sí, los grandes artistas son seres sobrenaturales –contestaba el papá de Rosita.

-Nada puedo hacer ya –decía el Hada Puka –no tengo la varita mágica correcta.

-Alguien tiene que hacer algo, por favor –imploraba Rosita, desesperada.

-Ya no es posible –respondía Ocelotl –porque Tito recuperará su forma humana hasta mañana.

-¿No se les hace extraño que Filippa Fenicia siempre cante igual? –Preguntó Tito, con sagacidad –voy a investigar cómo le hace.

-Te concedo una tregua –le dijo Brunilda –a mí también me gusta cómo canta Rosita. Por tu bien, espero que encuentres la solución.

-Brunilda ¡No lo permitas!-ordenó el duende Puk, desesperado –Brunilda, no seas así ¿qué ya no somos amigos? ¡Brunilda! Brunilda…

-Parece que ya no te oye –Dijo Rosita con regocijo.

-Una voce poco fa… -empezó a cantar Filippa Fenicia, pero, repentinamente, se quedó moviendo la boca sin emitir sonido alguno.

Cuando se dio cuenta que no estaba saliendo su voz de las bocinas del teatro, abrió inmensamente los ojos. Sentía que la tierra se la tragaba. O más bien, que el teatro estaba lleno de monstruos que la abucheaban y no tenía adonde esconderse. Cuando giró su cabeza haciéndole una seña a su asistente para que conectara el reproductor de discos compactos, lo único que vio fue a un lindo gatito jugando con el cable del aparato. Al público le dio mucha risa ver a su asistente correteando al minino por todo el escenario. El jurado se dio cuenta de la trampa de Filippa Fenicia, por lo que inmediatamente quedó descalificada. Y así fue como Rosita ganó su primer concurso de canto, con la ayuda de Tito, el gatito cantante. La moraleja de este cuento es “en esta vida no hay que hacer trampas, porque el tramposo, tarde o temprano cae al pozo”.

domingo, 10 de septiembre de 2017

Tiempos apocalipticos

Me he desconectado un rato porque tuve que enfrentar una racha muy difícil, de esas que lanza la vida de vez en cuando: desde abril una poderosa dama de nombre y apellidos Alicia Eguía Casis tuvo a bien excavar un terreno vecino al mío dejando en riesgo de quedar colgadas de la brocha a mi casa y a las de tres vecinos. Como un par de vecinos le exigieron que construyera un muro de contención, la prestigiada dama que dirigía o dirige las finanzas de una prestigiada universidad veracruzana, hizo un berrinche y dejó abandonada la construcción. Tras gestiones desesperadas primero de los vecinos y luego también mías, pasamos de las peticiones orales a las escritas y nada. Pasamos al siguiente nivel: dos demandas civiles, dos demandas de amparo, un periodicazo, algunas balconeadas en las redes sociales y lo único que obtuvimos fue la complicidad de las autoridades con la poderosa dama, tanto municipales como judiciales, a quien apoyaron en su afán de derrumbar nuestras casas con su conducta omisiva y negativa.

Y todo esto en coordinación con el traidor alcalde Américo Zúñiga quien otorgó junto con otras autoridades municiaples (con la sola honrosa excepción del Edil de Movimiento Ciudadano) de manera opaca y apresurada la licencia para construír un cuestionado gasoducto que pasará por zonas densamente habitadas de Xalapa, la ciudad donde habito, rodeando prácticamente el fraccionamiento donde vivo y extendiéndose a otros sitios de interés como son algunas plazas comerciales y la zona universitaria.
Volviendo al caso de la poderosa dama excavadora, como se aproximaba la fecha de la audiencia constitucional del amparo contra el corrupto director de Desarrollo Urbano Municipal y en el barranco creado en el terreno de Alicia Eguía Casis había maquinaria de construcción, obreros, varillas, materiales y la actitud de estar resolviendo el problema tuve a bien desistirme de los juicios de amparo, uno contra la Juez Cuarto de lo Civil y otro contra el Director de Desarrollo Urbano. Y, ¿qué creen? La obra se detuvo, en un nivel de simulación lo bastante notorio como para que se viera que tanto la dueña del terreno como el director de Desarrollo Urbano (porque la Juez 4º no ha hecho nada) ya habían resuelto el problema, pero sin resolverlo, porque las paredes verticales del barranco siguen sin tener un muro de contención.
Me encontré a una vecina que es su amiga y que a menudo me reclama por el mal trato que le hemos dado a esta tan distinguida dama y le comenté que yo me había desistido de las demandas, pero que no estaba conforme con la falta de muros de contención. Me respondió que su amiga sigue empecinada en no construírlos, porque va a vender el terreno ¿Tienen idea Ustedes de cuándo lo va a vender? Tal vez nunca.
Para completar el cuadro, justo saliendo de los Juzgados de Distrito a finales del mes de junio o julio, a mi auto se le descompuso gravemente el sistema de cerraduras y la alarma a tal grado que no lo pudo reparar un simple cerrajero y tuve que ir a la agencia para que le hicieran una reparación a fondo. Estuvo de película: tuve que ir desde los juzgados, pasando por un destacamento de la Fuerza Civil, hasta una conocida plaza comercial, donde los guardias del lugar me miraban nerviosos, acumulando adrenalina en la sangre. Una vez aclarado que yo era el dueño, que había una falla y que iba con el cerrajero, el asunto no pasó a mayores, pero los vigilantes no dejaron de verme con suspicacia. Afortunadamente, la agencia estaba ahí cerca y arribé a ella sin algún incidente que lamentar, salvo el costo de la reparación: se llevó todas las ganacias que obtuve impartiendo el Taller de Creación de Canciones y lo que había ganado como abogado (pues tengo varias profesiones). El desastre ocasionado en Veracruz por Javier Duarte y que aún no acaba de reparar Miguel Ángel Yunes, si bien me ha perjudicado como artista, me ha beneficiado como abogado: amparos, pensiones alimenticias, divorcios y uno que otro caso penal.
Pero la cereza del pastel fue que, al poco, mi padre, que ya casi cumplía 90 años a la fecha, como padece arritmia cardiaca y le gustaba realizar caminatas alrededor de su casa, sufrió una parálisis en una pierna, se cayó, se golpeó la cabeza contra la banqueta, seguramente perdió el conocimiento un rato, despertó en el suelo, ensangrentado, pidió auxilio y un par de vecinos lo rescataron. Todo esto, en la Ciudad de México. La amenaza era que tuviese una hemorragia interna en el cerebro. Afortunadamente, no. Pero mi madre (que ya tiene 88 años cumplidos) se afligió tanto que empezó a vomitar hasta que se deshidrató y, para colmo, ella y una hermana que es minusválida pescaron una infección que se movía de un órgano a otro, pero básicamente hacia los pulmones, hasta que acabaron en terapia intermedia y ahí sí me hablaron los parientes del ex-defectuoso para solicitarme auxilio.
Estuve unos cinco días ahí, apoyándolos como Dios me dió a entender (No me confían lo difícil porque dicen que soy muy coyón. No es cierto, hago gestos pero enfrento los problemas con mucha valentía).
Regresé a Xalapa y yo mismo pesqué otra infección en las vías respiratorias; pero, como escenario, tras las vacaciones y el inicio de la temporada escolar, como es habitual en Xalapa, mis negocios se fueron a la baja, pues los afligidos padres de familia, tras empeñar el televisor y otros enseres en el Monte de Piedad y otros agiotistas para pagar lo que se gastaron en las vacaciones, ahora tenían que pagar las colegiaturas, los uniformes y los útiles escolares. Además, algunos juzgados seguían de vacaciones.
La infección me sacó de la jugada. Ya la libré, pero fué muy molesta. Y, como la cereza del pastel, nuestra gatita más antigua, quien ya tiene 16 años (o sea, en términos humanos ya rebasaría los ochenta) también pescó una pulmonía. Le encanta jugar a I singing in the rain cuando llueve. Pero a causa de su edad ya no está para esos trotes. Así que pescó una tos que cuando estornudaba, se oía como el rechinido de un mueble arrastrado por alguna superficie. Así que también la tuvimos que mandar a terapia y parece que la está librando.
Estaba contento porque uno de los huracanes le cayó a los tejanos y no a nosotros "es un castigo divino, el Tajín (el Dios del Huracán entre los Totonacas) quiere que los norteamericanos sacrifiquen a Donald Trump, por racista y antiecologista". El problema es que el huracán Katia se desvió hacia mi ciudad. Para colmo, hace unas horas, apenas empezada la media noche, estando yo en pijama amarrando el sueño, oí gritos en la planta baja de mi casa "¡¡Está temblando!!". En esos casos, siempre dirijo la mirada a los cuadros o a algún objeto colgante y sí, en efecto, estaba temblando. Yo cometí el error de ponerme en el quicio de la puerta. Me acabo de enterar que si se cae la edificación, si cae de una manera y estás ahí, te apachurra. Y si cae de la otra manera, te parte en dos. Un piadoso amigo me envió la información después del terremoto. Yo pensé que gracias a las intensas lluvias y el barranco de la señora Alicia Eguía estaban ocurriendo deslaves en mi terreno y mi casa estaba como un mexicano en esquís sobre Los Alpes. Después me enteré que no, que el terremoto se sintió en todo el país, que tuvo una intensidad de 8.1 en la escala de Richter y después se aclaró que era de 8.4. Afortunadamente, fue un terremoto oscilante y no trepidatorio. En mi celular apareció un meme que decía "Terremotos, huracanes, lluvias, el mensaje es claro, los Dioses exigen el sacrificio de Peña Nieto". Me dió mucha risa, porque en la ópera Oedipus Rex de Stravisnsky, al inicio hay una gran escena apocalítptica y cuando consultan al oráculo, éste revela que los dioses exigen el sacrificio del Rey Edipo.
La verdad es que a los italianos un terremoto de 5.6 les tira todo. Que incluso los terremotos de años recientes en Haití y Chile fueron de menor intensidad que el que acabamos de padecer en México. Los mexicanos tenemos que agradecer a Dios (perdón si a los chairos y los ateos esta frase les molesta) que los daños fueron mínimos. En lo personal, yo agradezco que mi casa no haya acabado en el terreno de la dama excavadora. Pues durante los dos minutos de sacudida, en lo único que pensaba era "Dios mío. No pude vencer a los corruptos, pero tú sabes que luché con todo y de buena fé, no permitas que mi casa se derrumbe". Pues creí que Dios me castigaba por haberme desistido de los amparos y de no haber iniciado un nuevo juicio para resolver el problema de una vez por todas. Dios oyó mis plegarías. Alabado sea Dios y que me dé más fuerza e inteligencia para seguir combatiendo a los corruptos y a la impunidad.