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martes, 18 de junio de 2019

Apóyame respondiendo esa encuesta para un taller de creación de canciones

Hola, hace unos años impartí
un taller de creación de canciones desde la letra hasta la música. Hubo personas que en cinco días parendieron hicieron su canción y la cantaron, sin ser profesionales de la música. Si te gustaria hacer lo mismo, te pedimos que llenes la siguiente encuesta para poder ofrecerte el mejor servicio:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdBXViTCdsPyDm5tLoplfgBNz7d-03uCXWIPHdAXrxymjAHlQ/viewform?fbclid=IwAR1CB54bX3aWcTm2TRVwBXn_b8JksDKED45VxWe8eawfa71rdqPd45YlXg8https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdBXViTCdsPyDm5tLoplfgBNz7d-03uCXWIPHdAXrxymjAHlQ/viewform?fbclid=IwAR1CB54bX3aWcTm2TRVwBXn_b8JksDKED45VxWe8eawfa71rdqPd45YlXg8

viernes, 7 de junio de 2019

ANDROCAX (CUENTO)

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ANDROCAX

Por Francisco González Christen


   Trabajaba en la Secretaría de Desarrollo Social. Era un hombre de honor. Tenía que mantener una familia y por su edad ya no le era fácil conseguir trabajo. De modo que pactó con un ex Gobernador de triste memoria a fin de poder tener con qué responder a su progenie.  Androcax tenía la capacidad de analizar las estadísticas y emitir pronósticos muy certeros. El ex Gobernador aprovechaba sus análisis para jugar en Las Vegas y recuperar el dinero que había tomado prestado de las arcas públicas. Pero, cuando lo reintegraba, desviaba grandes cantidades de éste en empresas fantasma y sólo pagaba una cantidad mínima de todo lo que debía. El ex Gobernador, complacido con los análisis certeros de su subordinado, le ofreció ser Secretario de Planeación y Finanzas del Estado, a cambio de seguir  compartiéndole sus predicciones en el hipódromo, en Las Vegas, en la Lotería y en los pronósticos deportivos. Androcax sabía que de seguir por esa línea los dos acabarían muy mal, de modo que rehusó el cargo. El ex Gobernador hizo un gran coraje y lo despidió del trabajo. Lo boletinó en todas las dependencias de gobierno y en cuanta empresa tenía influencia alguna. De modo que Androcax no volvió a trabajar más. Sabía que de todas maneras acabaría en la ruina, pero que era preferible hacerlo con dignidad.

   Las administraciones cambiaron, pero los nuevos inquilinos del Palacio de Gobierno no creían ni en la honorabilidad de Androcax, ni en la certeza de sus predicciones. El haber colaborado con aquel ex Gobernador lo había convertido en un apestado. Ocurría lo mismo en las empresas de la iniciativa privada. De modo que salió a pedir dinero a las calles. Hacia creer a sus potenciales donadores que estaba pasando por una situación temporal ocasionada por la crisis de cambio de Gobierno. No era así. El cambio era definitivo. Lo que le aportaban los conductores de automóvil que abordaba era insuficiente para sostener a su esposa e hijos. Se convirtió en un bicho raro, hediondo y parasitario. Su estirpe renegó de él. Prefirió dejar el nido e irse a vivir a los puentes. Siempre tratando de conservar su dignidad, sus ropas limpias que lo acreditaban como gente de bien, como gente que ha estudiado y que está pasando por una mala racha temporal.

   Se trasladó a la estación de ferrocarriles. Esperó a que llegara la noche. Se subió al vagón de un tren de carga. Compartió el sitio con algunos emigrantes centroamericanos. Les predijo el futuro.

   –¿Para qué quieres ir a Estados Unidos? Te espera un frío muro que no podrás cruzar.

    No le creían. Con gran tristeza veía su futuro. Algunos hasta perdían la vida o algún familiar querido. Pero ya no estaba en la oficina, con las estadísticas en la mano. No tenía credibilidad. En la Ciudad de México no lo conocían. Tal vez ahí podría abrirse paso: si tan sólo lograse mejorar su retórica, para hacer más creíbles sus predicciones.

   El tren llegó a la Estación de Buena Vista. Caminó algún tiempo, hasta que llegó al Hipódromo de Las Américas. En el trayecto, había juntado algunas monedas con las que compró unos folletines que hablaban sobre los caballos, los jinetes, los entrenadores. Las revistas traían estadísticas. Con eso, un pedazo de papel cuadriculado, un lápiz y una goma tenía más que suficiente. Vendería sus pronósticos a los apostadores. Él no podía apostar con frecuencia, pues el ganar una y otra vez despertaría sospechas. O lo haría un blanco fácil para la delincuencia organizada: podrían secuestrarlo para pedir un rescate; y, como la familia se había olvidado de él, nadie lo pagaría. Era preciso actuar con bajo perfil.

   Sus ropas se habían deteriorado, pero aún se percibía que eran de buena marca. Sobretodo le ayudaba su porte: podría ser un actor de cine, teatro o televisión venido a menos, pero con dignidad. Algunas veces la diferencia entre un artista y un clochard es la actitud ante la vida, pues mientras uno es creativo y está a la espera de un golpe de suerte que lo saque de la pobreza, el clochard ya no espera nada. Más que la creatividad o la sabiduría es la esperanza la que hace la diferencia. Porque los clochard son hombres sabios que pueden predecir el futuro y los artistas no siempre. Aunque muchos artistas también son visionarios que anticipan el futuro y nadie les hace caso.

  Androcax deambulaba por las gradas del hipódromo con sus documentos. Cuando nadie se fijaba en él, compraba una quiniela y ganaba algún dinero para sobrevivir, pero con cantidades que por su discreción no podían despertar sospecha alguna sobre él. El peligro de dejarse llevar por la ambición era grande: la policía podría creer que tenía vínculos con las mafias de apostadores en tanto que los malandros creerían que tenía una familia a quién extorsionar.

   Pese a ganar algunas apuestas difíciles, pocos eran los que confiaban en sus predicciones. Y a veces lo único que había que decirle a los apostadores era que no lo hiciesen. Apostarle al desconocido es un albur, apostarle al favorito no sirve para nada, porque al apostar todos por él la ganancia es mínima.

  En el hipódromo ésta era una tarea bien difícil: después de una apuesta fallida, muchos acaban desplumados y aunque necesitaban de un pronóstico certero, no tenían con qué pagarlo. Androcax  lo sabía. Ésta, era una tendencia definitiva.  Ya nada había que hacer en el hipódromo. De modo que llegó el momento en que por no haber vendido un solo pronóstico, Androcax decidió solicitar donativos para sobrevivir. Lo esperaba un semáforo en el cruce de Amores con Avenida Félix Cuevas. A algunos donantes les predecía el futuro. A ellos les parecía divertido, pues pensaban que estaba loco o drogado. Más les valdría hacerle caso, pues al rato llegaban a la funeraria metidos en una caja. Él les informaba cuál era el peligro, quién los quería matar e incluso quién podría protegerlos. Algunos le tenían miedo, pues pensaban que era un “Halcón” de algún grupo criminal y cerraban la ventanilla del auto. Uno de ellos estuvo a punto de cercenarle los dedos.

   Había un escritor que pasaba con frecuencia por ahí y lo observaba, dado que su porte era distinguido y llevaba con dignidad sus canas. No era un clochard cualquiera. Su ropa comprada hacía dos décadas había sido de lujo. Ahora se notaba demasiado lavada. Era una paradoja, se notaba demasiado lavada a la vez que se advertía que no había sido lavada en mucho tiempo. O por ser lavada en la fuente de algún parque público estaba percudida. Androcax se limitaba a pedirle un donativo, en tanto que el escritor lo observaba. Le parecía conocido ¿Quién era? ¿Acaso un artista de teatro que perdió la razón y por consiguiente el trabajo? ¿Un coreógrafo? ¿Un biólogo? ¿Un economista? Era un poco de todos y ninguno a la vez.

   Pasó el tiempo y el escritor dejó de ver al clochard por una temporada. Hasta que el destino los volvió a reunir. El artista lo observó, como de costumbre. El clochard le devolvió la mirada escrutadora. El artista sacó una moneda de la bolsita que llevaba adherida al cinturón. Era una moneda grande. Se arrepintió. La quiso guardar y tomar otra. Pero el tacto le advirtió que las otras monedas eran de mayor valor, de modo que retomó la moneda de cinco pesos y se la entregó. El clochard vio esto y no se pudo aguantar. En vez de agradecer la moneda le dijo:

   –Pídale protección a Joaquín Torres. Él lo podrá ayudar en estos tiempos difíciles. Ya sabe cómo está la situación del país. Hay demasiados malandros. Yo lo envidio a Usted, señorito. Pero cuídese, se parece a un familiar de Carlos Slim.

   La luz verde se colocó en el semáforo. El artista tenía que reiniciar su marcha. Los automovilistas de atrás hacían sonar sus bocinas de manera majadera y desesperada.

   –Por favor, retírese de la ventana, voy a mover el auto y no quiero lastimarlo.
  –No quiero–. Dijo el clochard y se aferró al vidrio de la ventanilla.

   El artista aceleró suavemente, el clochard insistió un poco más. Los otros automovilistas aumentaron la presión sonora que emitían desde la bocina de su claxon. El clochard soltó por fin la ventana y el artista se alejó de ahí, pensando en que la miseria prolongada había enloquecido al pobre hombre, quien merecía un destino mejor sin imaginar que quien lo merecía era él mismo.

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viernes, 17 de mayo de 2019

The Game Thrones ¿Realmente quién enloqueció?

Hace tiempo que he estado viendo la serie The Game of Thrones con gran alegría, desde que me fue recomendada por amigos y parientes. Mi interés ha sido tal que, para ponerme al corriente o repasar algunas temporadas, me compré las primeras seis temporadas en discos Blue-Ray. Llegué incluso a comentar con mi profesor de Shakespeare que la serie británica le debía algo al autor de Hamlet y Macbeth. Él me respondió que, en efecto, había mucho de eso y le andaban de cerca con  la calidad de las tramas. 

Tal era mi interés que el domingo pasado me regresé apresuradamente de la Ciudad de México con idea de ver el penúltimo capítulo. Tras una odisea por haber comprado un boleto en AU por razones económicas, llegué a casa recién iniciado el capítulo en la transmisión de las 22 horas.

Daeneris Targarian es un personaje que me atraía mucho, no sólo por la belleza física de la actriz, quien proyecta una especie de ingenuidad femenina juvenil, de dulzura, sino porque es un personaje que había evolucionado de manera clara y coherente: su hermano la vende, se convierte en reina de los Dolraki, libera uno y otro pueblo, gobierna de una manera amable y justa. Lucha constantemente y ¡Zas! en el penúltimo capítulo ocurre un Deus ex machine inverso sin mayor justificación que "una moneda al aire" ¿La gente se vuelve loca nada más porque un guionista tira una moneda al aire? Pues por lo visto sí, cuando el guionista es chafa (o sea, de muy bajo nivel). Cuando Daeneris hace un gesto y mira hacia la torre donde está Cersei, me pareció que se iba a ir directo a ella para acabar con su odiada rival, lo cual sí sería muy lógico, pues tenía razones de más para ajustar cuentas con ella pero ¿En lugar de eso ordena a su dragón a quemar a gente inocente que ya se había rendido? ¡Por favor! Está bien que la lucha por el poder enloquece: acá en México recientemente hemos tenido bastantes casos lamentables. El Rey Lear de Sjakespeare enloquece, pero su locura está justificada por la demencia que suele ocurrir a personajes de su edad y ésta se manifiesta desde el inicio de la obra. Macbeth desde que inicia su historia se las trae, pues anda viendo brujas ¿Se le aparecieron de verdad o es que alucinaba? Lo cierto es que se le aparecen al inicio de la obra.

Los publicistas de la serie han subido una serie de videos y publicaciones para indicar que ese capítulo fue en exitazo, pero han aparecido otros, independientes, que tienen que ver con el "boca en boca" (la publicidad más letal o efectiva) que indican que la serie perdió hasta un 30% de preferencias entre sus seguidores. Si la decisión de echar a perder una obra artística estaba basada en una interpretación de las investigaciones de mercado, no cabe duda de que fue una interpretación fallida. Como que ya es hora de acabar con esos supuestos dictados del mercado que obligan a los artistas a crear porquerías porque "de otra manera su trabajo no se va a vender". Game of Thrones es una serie que se ganó sus altos niveles de audiencia gracias a su elevado nivel artístico, a su originalidad, a la calidad de su trama y la hundieron por interpretar mecánicamente una estadística. Recuerdo con un profesor que nos dió clase en Realia, Instituto para la Cultura y las Artes, en la Maestría en Producción Artística y Marketing Cultural, el profesor Pirsch, quien nos dijo que "las estadísiticas son mentiras con rayitas" ¡Quien le dijo a los productores de El Juego de Tronos que había que sacrificar la calidad de la serie para ganar mayores niveles de audiencia les mintió! Y el resultado fue adverso, como ha ocurrido muchas veces en la vida real en materia de predicciones políticas: el no a la paz en Colombia, el Brexit, la reciente derrota del PAN en Veracruz y muchos otros.

Lo peor del caso es la carga ideológica que supongo se proyecta de manera involuntaria "El apellido de Daeneris es 'Targarian', o sea, turco, armenio o ruso. Por lo tanto es comunista o islámica. Terrorista. Los libertadores son locos, violentos y traicioneros". Mi finado suegro Don Prisciliano Ramírez decía "piensa mal y acertarás" ¿A poco no encaja perfectamente esta interpretación comunistoide? Lenin decía "Averigua a quién beneficia un hecho y darás con el criminal". Otra interpretación indeseable que se desprende, porque está latente todo el tiempo, es que Daeneris se parece a la Reina de Inglaterra (Dicho ésto con todo el respeto hacia Su Majestad Isabel II, pues líneas arriba he dicho que Daeneris es un personaje hermoso interpretado por una actriz muy bella y que no es justo que se le haya maltratado de esa manera al final de la serie), debido al contexto casi shakespieriano de la serie y al tipo de decisiones que tiene que tomar. Y entonces parecería que se le está justificando que lance a sus spitfire a quemar gente inocente (musulmanes) nada más por un desajuste emocional.
El caso es que me han compartido videos de blogueros que están irritadísimos con este final, y es gente que habla con conocimiento de causa, que sabe de literatura y de guionismo. Incluso hasta me llegó una petición de change.org: http://chng.it/8WhD5MR6 la cual ya firmé y compartí. La intrusión de las estadísticas y los supuestos dictados del mercado que obligan al artista a sacrificar la calidad de su obra so pena de ser invisibilizados, se debe de acabar. Se sabe que ahora para que los industriales de la cultura y el entretenimiento acepten promover y comercializar una obra, la pasan por la computadora y si ésta no se parece a algo previo, la deshechan. Es decir, atentan contra la libertad y originalidad del artista. Por esta razón el asunto del Game of Thrones es algo que va más allá de la calidad y el éxito o fracaso comercial de una serie. 

En resumen, los que enloquecieron en el penúltimo capítulo fueron los productores y los guionistas de la serie en comento. Vamos a ver con que Deus ex machine salen en el último capítulo para tratar de enderezar su imagen. Quiero ayudarles: lean Salambó de Flaubert, esa novela termina con un Deus ex machine magistral. Pero dudo que los guionistas aquí multicitados tengan el nivel del autor de Madame Bovary. Hasta la próxima. Si te gustó, dame like y comparte, por favor. P.D. No es de caballeros tratar así a una dama tan hermosa como Danaeris Targarian.

martes, 7 de mayo de 2019

A la memoria de Saúl Ramírez Huerta

   A Saúl, al fin estudioso de las Leyes, le gustaba hacer bromas empleando la jerga jurídica. Hoy me viene a la mente una, pero no en plan de bromas entre amigos, como solíamos hacerlo, sino por un hecho muy doloroso. "No hay plazo que no se cumpla". Sí, nuestro estimado Saúl se nos adelantó en el viaje al más allá.
   Es el primero de los compañeros que tuve en la Facultad de Derecho que lo hace. Era más joven que yo. Siempre duele hablar de estos temas, pero tarde o temprano hay que hacerlo. Saúl era un profundo conocedor de las leyes, pero no le gustaba litigar. Su misión era otra, también muy importante. No fue un gran magistrado ni un poderoso juez federal. Fue algo mejor: fue un gran amigo, una persona que te entregaba su amistad sin condiciones ni intereses adicionales. Que te ayudaba en lo que podía hacer. Su charla siempre fue amena y era un hombre entregado a repartir bendiciones entre amigos y familiares, al grado de que a veces me sentía mal por no corresponder a tantos buenos deseos en la medida en que él me los otorgaba. La última vez que lo ví fue en una de esas reuniones que de cuando en cuando hacemos los excompañeros de la Facultad. Lamentablemente, en esa ocasión hubo poco "quorum", pero nos la pasamos muy bien. Las últimas palabras que me escribió fueron, tras enviar una imagen con bendiciones, "Buen inicio de semana, y felices vacaciones" seguida de un emoticón sonriente. Esto fue el 15 de abril pasado. Si bien Saúl ya no se presentaba a nuestras reuniones quizá a causa de su afección cardiaca, la verdad es que pocos de nosotros nos imaginábamos que ya estaba con un pie en el más allá.

   Ayer abrí de manera tardía el Whatsapp de los excompañeros de Leyes. Estoy en varios grupos similares y tengo amigos y familiares que ellos mismos publican la misma cantidad de mensajes que un grupo. A veces se me juntan las ocupaciones, pese a estar jubilado. El caso es que abrí los mensajes de los compañeros de Leyes como a las cuatro y media y ahí me enteré de que Saúl había sufrido un derrame cerebral. Varias compañeras pidieron rezar por él. Yo no me sé muchos rezos, así que inicié un Padre Nuestro y como a la mitad de la oración explotó el foco del techo de la habitación donde yo estaba. La tormenta aún no entraba, todavía estaba despejado el cielo. Fue sin duda un mal presagio ¿Coincidencia? ¿Un mensaje del más allá? A medida que somos jóvenes nos volvemos ateos y a medida que envejecemos volvemos a creer en Dios ¿Qué pasó? ¿La tormenta estaba cerca de Xalapa y una sobrecarga hizo que el foco saliera disparado como tapón de sidra? Nunca me había sucedido eso. El caso es que la oración quedó a la mitad, porque llegó la persona con la que tenía un asunto que atender. En la noche una compañera me sugirió que fuese a visitarlo, para despedirme de él. No pensé que el deceso fuese a ocurrir tan rápido y desoí el consejo de mi abuela "nunca dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". Me preparé para visitarlo hoy, hacia las nueve y media de la mañana. Estaba en la clínica 11 del IMSS. Sólo llegué para enterarme de que su cuerpo ya no estaba en la cama 10. Ahora sólo espero que los amigos me informen en dónde lo van a velar. Descansa en paz, estimado amigo Saúl.

miércoles, 1 de mayo de 2019

¿QUIÉN PUEDE SER ESCRITOR?

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¿Cualquier hijo de vecindario puede ser escritor? O, por el contrario, ¿sólo una pequeña élite de iluminados puede acceder a las cumbres de la Literatura? A ambas preguntas se puede responde “sí y no”. Decir que cualquiera puede ser escritor ofendería a quienes se han consagrado tras una ardua lucha contra el destino. Afirmar lo contrario sería desdeñar los estudios de psicólogos y pedagogos que afirman que cualquier ser humano normal (es decir, sin taras graves), no solamente puede llegar a ser un gran escritor, sino bailarín, actor, cantante, científico, abogado, hombre de negocios, compositor, pintor, karateka, etc. Los que niegan esta posibilidad, los “apocalípticos” (Umberto Eco dixit) dirán que esto depende del entorno familiar y social que le toque vivir sobre todo en sus primeros seis años de vida y que el que nace para maceta hasta la tierra le llueve  del cielo y el que no aprovechó el momento se condenó para siempre.


   La verdad es que sólo unos cuántos llegan a la cúspide de sus carreras, y también es cierto que a muchos les favoreció el ambiente donde transcurrió su primera infancia: es un lugar común en el ámbito cultural que Mozart fue un gran genio musical pues estaba dotado de habilidades casi sobrenaturales. Pero también es verdad que su padre Leopold era un músico y compositor profesional con grandes habilidades pedagógicas y una bien dotada visión de negocios ¿¿W. A. Mozart habría dado el mismo rendimiento si hubiese nacido en México hacia 1995? La pregunta vale lo mismo si hubiese nacido en un barrio pobre con padres ignorantes que en la colonia Polanco con padres ausentes. Mozart no era un Beethoven que luchaba contra el destino armado con su gran fuerza de voluntad, aunque se sabe que probablemente no tuvo infancia por estar estudiando música todo el tiempo.

   A Mozart, además del entorno familiar le tocó una época en que sólo se escuchaban dos tipos de música: el barroco que ya iba de salida y el clasicismo que ya hacía su aparición, de modo que no tuvo mayores problemas para definir su estilo; si, además de nacer en México 1995, su oído fuese sometido al reguetón, la cumbia, todas las modalidades del rock, el jazz y la música clásica, los boleros y la música tropical, la música para películas, etc. ¿Se había concentrado en un solo estilo para alcanzar la cima como lo hizo en el siglo XVIII? Podría decirse que el “hubiera” no existe y que el que es gallo donde quiera canta. Pues ya mencioné a Beethoven, quien pese a estar sordo y haber tenido un padre borracho y violento, pudo hacer una obra monumental. En la política puedo citar a Benito Juárez y recientemente, en el cine, a Yalitza Aparicio. Pero incluso estos personajes, en algún momento tuvieron algo o alguien que les permitió estar en el lugar adecuado en el momento más oportuno.

   Quizá Mozart ahora sería un reguetonero millonario, o un rock star, o un atleta sobresaliente; o, por el contrario, tal vez andaría manejando un taxi o despachando hamburguesas en un Mcdonalds. Como diría un personaje del actor Héctor Suárez “eso no sabemos”. Pero lo que sí tienen en común esas celebridades de ayer y hoy es que alguien los estimuló y apoyó durante alguna etapa de su vida, sobre todo en la infancia.

   Richard Wagner y el ajedrecista Anatoli Karpov quedaron huérfanos a tierna edad pero tuvieron tíos que los adoptaron y los apoyaron con eficacia durante su formación. Benito Juárez se escapó del hogar paterno y el patrón de su hermana se encargó de su primera educación.

   Grandes científicos y deportistas se prepararon bajo la tutela estatal de la desaparecida U.R.S.S. en tanto que otros triunfaron  a temprana edad gracias a un éxito comercial dentro del capitalismo y acabaron en una de dos: consumiendo drogas y entrando al club de los 27 (artistas muertos a los 27 años de edad) o más viejos que Matusalén, convertidos en multimillonarios, como Paul McCartney, Caballero del Imperio Británico, a quien debe darse el tratamiento de “Sir”.

   ¿Qué conclusiones podemos atrevernos a establecer? Que el refrán que dice “el que es gallo donde quiera canta” no está tan equivocado, pero que a una persona con buena disposición para hacer alguna actividad no le viene mal el apoyo de un padre, tío, amigo, el gobierno, un empresario o hasta un sacerdote, sobre todo si este apoyo se recibe en la infancia. A los Millennials les encantan los videos de pintores que carecen de los dos brazos o de octogenarios que hacen gimnasia. Por eso a mí me da mucha tristeza cuando algún padre de familia tiene el impulso de llevar a sus hijos a adquirir o desarrollar alguna  actividad y que no obstante ésta haría feliz al niño, el padre lo traiciona porque en cuanto calcula el costo monetario que habrá de pagarse al profesor o la distancia entre la casa o la escuela prefiere ahorrarse el dinero o el viaje.

   La otra cuestión de la que quiero hablar ahora es que si uno, ya siendo adulto, quiere apoyar a su niño interior y se decide a aprender un arte u oficio diferente al que ya domina ¿Es posible? ¿Es buena idea? La respuesta es que si se tiene fuerza de voluntad y las facultades propias no están deterioradas, puede hacerse este aprendizaje y es benéfico. Federico García Lorca y E.T. A. Hofmann además de ser escritores componían música de buen nivel. Félix Mendelsohnn pintaba, en tanto que Richard Wagner escribía sus propios libretos. Albert Einstein tocaba el violín y Paganini la guitarra, pues es sabido que durante mucho se olvidó del violín a causa de este instrumento.

   Para desmentir la frase “Zapatero a tus zapatos” citaré una curiosa anécdota: hubo alguien quien dijo “mi zapatero sabe más contrapunto que Haendel”. Es enorme el número de personas que reconocen la melodía del “Aleluya” de “El Mesías” que año tras año se escucha en diciembre por todo Occidente, en tanto que pocas personas podrían decirme  que ellos sí han oído alguna composición del zapatero en comento. Tal vez un musicólogo de la talla del Doctor Ricardo Miranda algún día me la pueda mostrar; porque, la verdad sea dicha de paso, yo ignoro hasta el nombre del zapatero contrapuntista.

   La bailarina de la época de oro de la danza mexicana Rocío Sagaón se convirtió en una ceramista muy respetada a una edad avanzada. Hay quien aprendió a tocar piano a los cincuenta años de edad. Claro que son garbanzos de a libra, pero los hay.

   También quiero poner en duda la creencia de que si no has compuesto 41 sinfonías, 50 sonatas para piano y otras tantas para grupos de cámara, 20 óperas, 27 conciertos para piano, 7 para violín y tu propio Requiem a los 27 años de edad, estás perdido. En el siglo XVIII, cuando el promedio de vida oscilaba entre los 30 y 40 años de edad, tenía sentido esa recomendación. Hoy no, porque el promedio de vida se ha prolongado y las condiciones en que uno puede llevar su madurez han mejorado gracias a los avances de la ciencia. Entonces, menospreciar en la actualidad la actividad de un artista que empezó tardíamente  o es mayor de 30 años puede ser de una gran frivolidad y la causa de un gran desperdicio ¿Dónde está escrito que si eres mayor de 30 años ya no puedes hacer bien las cosas?

   No hay duda de que en la actualidad siguen surgiendo muchos niños prodigio: me viene a la mente el caso del ajedrecista Magnus Carlsen, quien seguramente se apoyó en la cibernética para alcanzar su título de Gran Maestro en tiempo récord. Pero la historia también abunda en anécdotas de niños prodigio vencidos por gente menos prodigiosa: Clementi le ganó a Mozart en un certamen de piano y Alekhine le arrebató el Campeonato del Mundo a Raúl Capablanca. De modo que si tienes más de tres décadas encima y quieres probar a hacer algo diferente a tu rutina diaria no te reprimas. Te tengo una buena noticia: aprender algo de lo que no tienes ni idea es una gran vacuna contra diversas enfermedades degenerativas de la mente. De modo que si ya aplicas para el INAPAM y quieres aprender escribir novelas en chino, no te desanimes y hazlo. Es por tu bien. Sólo necesitas una fuerte dosis de fuerza de voluntad, constancia y amor por la investigación. Lo demás será conseguir un buen maestro, libros de texto, viajar a China o buscar material en You Tube. En conclusión, tú puedes ser escritor, si te lo propones. Te recomiendo que leas los libros “Teorías de aprendizaje para maestros” de Morris L. Bigge publicado por la Editorial Trillas, y “¡Úselo o piérdalo! Cómo prevenir e invertir la decadencia de la memoria con la edad” de Allen D. Bragdon y David Gamon, Ph. D., publicado por Grupo Editorial Tomo, S.A. de C.V., México.

jueves, 18 de abril de 2019

Periódico viejo

   Apareció una mancha de aceite al borde de una escalera. Para absorver el exceso tomé una plana de un periodico viejo. Concretamente, era la sección que El Universal y el Diario Az de Xalapa tienen en común.
   Se trata de la versión del día 10 de febrero del año 2015. Que yo sepa, no es un día patrio ni una fecha especial en la vida de mi familia. Simplemente se me ocurrió ver algunos encabezados: "Buscan distanciar al Ejercito del pueblo", declaración del General Cienfuegos, entonces secretario de la Defensa Nacional, quien aseguró que "eso no será posible". En posición destacada aparece "Toma CNTE Reforma". Podrá uno criticar lo que sea a los de la CNTE, pero cuando los tienes de aliados en las manifestaciones contra cualquier mal gobierno (los malos gobiernos abundan como hongos en tiempos de humedad) cambias por completo tu percepción y les agradeces su beligerancia. Se trataba de "cerca de cinco mil maestros de la sección 22 del CNTE" quienes "instalaron un platón en la avenida Reforma, afectando la vialidad y dejando millonarias pérdidas económicas en los comercios de la zona..." Me llama la atención que la manifestación fuese en la avenida Reforma para protestar contra la Reforma Educativa, la cual, según el actual presidente "no es educativa sino laboral" y que, en general, ha provocado efectos desastrosos para la nación. El asunto es que para abrogarla no es suficiente un memorándum, porque esta reforma es "el derecho constitucional a joderle la vida a profesores, alumnos y padres de familia con las consecuencias que esto trae para la sociedad". Hay quienes se quieren agarrar de una pifia del presidente ya para desaforarlo. Pero yo me pregunto ¿Qué pasará si lo consiguen? ¿La CNTE y la mayoría de los que votaron por MORENA se lo van a agradecer? ¿Está contento el pueblo de México con los precios de las gasolinas más altos que en EU y Guatemala? ¿Brinca de gusto cada vez que tiene que pagar altos intereses (prácticamente impagables) a las SOFOM? ¿Igual alegría le produce pagar la telefonía, el agua, la luz y la cascada de impuestos?
   
   Otro encabezado: "Suma México 15 años de bajas calificaciones" en la OCDE "porque mantiene un modelo educativo 'deficiente', en cuyo interior gobiernan 'relaciones perversas', coinciden investigadores". ¡Qué chulada de país! Y hay quien quiere hasta destituír al actual presidente por tratar de cancelar ese modelo educativo perverso y nocivo. A la izquierda de este artículo aparece "Bufón: el traficante de niños" donde se narra cómo un tal Mario merodeaba secundarias para engancharlos ofreciéndoles $200 pesos. A la derecha, "Oaxaca: sumido en pobreza y rezago, pero con políticos ricos" y arriba de este artículo "Murat vende en un mdd su avión". Sin comentarios. Más arriba el profesor Jirafales se queja de que La Chilindrina y Quico son unos "malagradecidos". ¿Lo habrán entrevistado en el plantón de la avenida Reforma? (ja ja). Y a la izquierda, hasta arriba "Netflix llega a Cuba". O sea, Netflix es más poderosa que el gobierno de los Estados Unidos y se pasó por el rabo el bloqueo a la isla caribeña comunista.

   En la página 6, la de la misma sección se desarrolla ampliamente el artículo de "Oaxaca: un estado pobre pero con políticos ricos". Por cierto que un estado que aporta muchos militantes de la CNTE que se destacan por su beligerancia es Oaxaca. Como que hay una correlación entre la pobreza de unos cuantos billones de ciudadanos y una pléyade de políticos millonarios y corruptos. Ah, pero creen que ya atraparon al Peje por lo de su memorandum por encima de la Constitución e iniciaron el proceso para desaforarlo, como cuando era gobernador de la CDMX. Aquella vez lo consiguieron, pero el tiro les salió por la culata. Hoy el PRI es como el verso de "La Llorona": "Ayer maravilla fuí y ahora ni sombra soy". Si las elecciones fuesen hoy, según un sondeo reciente cuya cita no recuerdo, el 9% de los mexicanos votarían por el PRI. El PAN tiene un poco más, tal vez, el 24 o 26%. El prd es una broma. Se sabe que el pueblo de México votó por Andrés Manuel y por MORENA porque espera que se cancele el horario de verano, que baje el precio de la gasolina, el agua, la luz, la telefonía, los intereses de las SOFOM, la cascada de impuestos y que en su lugar se mejore substancialmente el poder adquisitivo de los salarios y se reactive en general la economía. Y se sabe que fue la última opción democrática, porque los otros partidos fracasaron lamentablemente cuando estuvieron en el poder. Por esa razón MORENA no le debe fallar al pueblo de México ni sus opositores hacer fracasar cualquier intento de mejorar la situación de la mayoría de los mexicanos, y mucho menos dar un golpe de Estado o un madruguete jurídico. AMLO, a su vez, debería tener un buen asesor jurídico para no poner en peligro su misión como presidente. Pues el pueblo de México le ha hecho un encargo muy importante. Y eso que mi periódico viejo no abordó en estas planas el tema de la seguridad. Las notas rojas locales y nacionales seguramente le servirían de bolsita a Drácula para preparar su té, por la cantidad de sangre que contienen. Como hasta la fecha.

   El último encabezado de la página 6 dice "Jalisco. Arrestan a ex funcionario... por segunda vez" y el bajante dice "Fiscalía del Estado acusa a Octavio Pérez de presunto enriquecimiento ilícito". Creo que es suficiente con estas noticias para mostrar que el pueblo no se va a tragar las fantasías de que "estamos ante una emergencia nacional" porque AMLO "Quiere convertir a México en Venezuela". Pero si logran hacer algo grueso, seguro que se va a desatar el tigre, como dijo Don Porfirio Díaz poco tiempo antes de que estallara la Revolución Mexicana de 1810. Por favor, que haya cordura en la clase política mexicana, tanto entre los chairos como entre los derechairos.

martes, 16 de abril de 2019

Notre Dame en llamas

   No quisiera hablar de esto, pero tengo que hacerlo. Ayer una triste y lamentable noticia sacudió al mundo. Yo pensé que era una broma o un truco publicitario. No. La iglesia de Notre Dame ardía en llamas, como en una película de acción norteamericana.
   Esta iglesia tiene historia. Dijo Heráclito que "todo cambia" y esa iglesia que había sobrevivido desde el final de la Edad Media hasta nuestros días a eventos como la Revolución Francesa y las dos guerras mundiales ayer quedó reducida en llamas a causa de la estupidez humana. La cual, como dijo Einstein, es infinita. Sólamente puedo catalogarla en dos tipos: estupidez simple y estupidez fundamentalista. Al parecer, en este caso fue un accidente, debido al mal manejo de alguna sustancia o equipo de trabajo. No obstante, es alrededor de Semana Santa y las sospechas de un ataque terrorista son inevitables. Supe que poco antes hubo un incendio mortal en el municipio de Saint Denis. Y que, a la hora en que se consumía Notre Dame, también ardía Al-Aqsa, la tercera mezquita más sagrada del Islam.

   ¿El accidente pudo borrar a Notre Dame de la memoria? Yo creo que no. Más que haber estado ahí, yo tuve la suerte de entrar a esta magnífica catedral en el año 2000: el ritual era encontrarse con varios siglos de historia, tanto religiosa como social y artística. Me gané la vida durante más de treinta años hablando de historia de la música, de Leoninus, Perotinus y Guillaume De Machaut. También disfruté de la lectura de El jorobado de Notre Dame de Victor Hugo (personaje que esta vez estuvo ausente) o de oír y tocar el preludio La catedral sumergida de Debussy, así como admirar innumerables cuadros de pintores impresionistas y de otras escuelas, como Chagall y Picasso.

   Hago la siguiente pregunta retórica ¿Se pierden siglos de historia artística? ¿O se hizo tanto que es imposible borrarla de la memoria? Escritores, compositores, pintores, cineastas, directores de orquesta, coros, organistas, orquestas sinfónicas, todos ellos hicieron perdurable su memoria. Y ahora lo harán los arquitectos, los ingenieros, los obreros de la construcción, los curadores y todos los donadores altruístas de fondos financieros que generosamente están aportando los recursos para reconstruírla. Simplemente ya no se olerá la madera antigua. Se olerá la nueva. Yo no voy a misa todos los domingos. Soy, o más bien, "no soy digno". Pero me impactó y entristeció la noticia. Sé que la parte material será reconstruída, pero la memoria nunca fue afectada.
 

domingo, 14 de abril de 2019

Caperucita y Masha a la hoguera

   Quiero criticar la decisión de censurar al cuento de La Caperucita Roja y en general a muchos tipos de literatura. Desde luego que lo haré vía la reducción al absurdo empleando la ironía. Tengo que explicar las metáforas porque hay quien se toma en serio mis ironías y luego me interpreta al revés. No voy a decir nombres, porque ahora el pleito no es con ellos.

Antes de proceder con el relato irónico, quiero manifestar mi desacuerdo con que se censure a todos los cuentos clásicos y en general a toda la literatura crítica (por ejemplo, la filosofía). También quiero manifestar mi posición frente a la corrección política, esa frase tan de moda hoy en día. Cuando Javier Duarte de Ochoa estaba en campaña electoral, yo estaba ahí y quise saludarlo desde su lado izquierdo. Un amigo, que en paz descanse, me regañó y me enseñó el protocolo políticamente correcto: A Javier Duarte había que saludarlo desde su lado derecho. Si leen entradas más antiguas de este blog, particularmente entre 2013 y 2016, entenderán cómo se desarrolló mi relación con el ex gobernador y porqué desde entonces trato de ser políticamente incorrecto por sistema. Así que ahí va el ensayo:

   Dije que quiero criticar la decisión de censurar al cuento de La Caperucita Roja y en general a todos los cuentos clásicos, así como a toda la literatura crítica, incómoda, políticamente incorrecta (desde Dostoyevsky hasta las novelas de su humilde servidor). Desde luego esto incluye a las obras de Marx, Sartre, Boldieu y Foucoult, por citar algunos cuantos.

   Se trata de combatir con esta censura a una doble moral instaurando otra de sentido inverso, de prohibir cuentos "machistas" como La Caperucita Roja que pueden traer buenos consejos para reducir la tasa de feminicidios en México a la par que se difunden masivamente canciones banales que lo fomentan (y se invisibiliza a otro tipo de música, en especial a la culta de creación reciente, porque es demasiado compleja y que puede hacer pensar a la gente).

   Veamos: de entrada el emblema de la protagonista del cuento de marras es rojo, el color de los bolcheviques; eso, ante todo, es un argumento definitivo no sólo para invisibilizar a este subversivo cuento, sino para quemarlo en la plaza pública junto a Pulgarcito, La Cenicienta, Pinocho, La Bella Durmiente usando como combustible a las obras de Platón, Aristóteles, Galileo, Freud, Marx, Sartre, Boldieu, Foucoult y otras tantas que harían una lista muy farragosa para citar aquí, entre las que están las novelas del autor de estas líneas (¿En qué momento atacan a la mujer? No sé, pero por si las dudas se les debe incluír en la lista negra, más vale prevenir que lamentar). 

   Además, a quien se sorprenda leyendo en voz baja o alta La Caperucita Roja, los cuentos de Anderssen u otros cuentos similares, así como los cuentos y leyendas de culturas modernas y antiguas de Europa Central, China, Rusia, África, Oceanía y América, deberán imponérseles ocho años de prisión y una multa de dos mil quinietos euros o su equivalente en moneda catalana. Bastará con que alguien, desde el anonimato, haga una acusación en cualquier red social para que se le apliquen estas sanciones, sin que se le oiga en juicio y sin que la parte acusadora ofrezca pruebas de su dicho.

   Pero hay más razones para implementar estas urgentes medidas: La Caperucita Roja habla de una niña y una anciana muy descuidadas por parte de la mamá; esto es, la niña no fue abortada como dictan los cánones de la moralidad moderna y en su lugar la trajeron a sufrir a este valle de lágrimas. En vez de haberla abortado, la dejaron vivir y la enviaron a la casa de la abuela, una vieja estorbosa e inútil a la que han tenido que hacerla vivir en lo más apartado del bosque (en lugar de tenerla en una casa de asistencia, donde recibiría atención médica, psicológica, medicinas, comida, entretenimiento y hasta agua caliente para bañarse).

   Hay algo en este cuento que ofende mucho a la moralidad moderna: en este cuento se dice que el lobo es malo. Es un pervertido que se traviste. Esto es sin duda otra prueba del machismo del cuento: dice que los travestis son malos. Encima de ser probolchevique, misógino y antiaborto, ahora resulta que La Caperucita Roja es un cuento que fomenta la homofobia. Claro que el hecho –señalado por Sigmund Freud– de que al lobo se le castiga abriéndole la panza para llenársela de piedras y cosérsela para que se vea como una loba embarazada, debe pasarse por alto pues es un intento del psicoanalista vienés (famoso por su misoginia) de congraciarse con las feminizais. No es sincero el intento de hacerle sentir al lobo lo que sufre una mujer embarazada, todo es un constructo hipócrita del heteropatriarcalismo.

   Para reforzar las medidas anteriormente propuestas, se deben prohibir otro tipo de panfletos como Masha y el Oso, donde si bien se dice que los lobos y los osos son buenos, esto se hace no por fines ecológicos sino porque son figuras masculinas en tanto que se insinúa que la verdadera peligrosa es Masha, la niña, dicho esto en el colmo de la misoginia. Por éstas y otras razones deben prohibirse esta clase de libelos y dejar de decir que los lobos, los osos, las cobras, los tigres, los leones, las anacondas y otros animales similares son peligrosos. En cambio, se debe permitir que los niños menores de seis años jueguen con ellos en campo abierto y fomentar que sus papás los manden al bosque y a otros sitios igualmente inofensivos (por ejemplo, un terreno baldío en un barrio urbano reconocido por su alta tasa de criminalidad) sin la compañía de otro adulto. Esto, para controlar la explosión demográfica. Herodes estaría orgulloso de estas políticas. Por cierto que La Biblia también tendría que estar entre los libros vetados por las feminazis: además de haber sido escrito por judíos, es un libro patriarcalista por excelencia, al igual que lo son El Talmud y El Corán. Lo mejor, de plano, sería quemar todos los libros, empezando por Fahrenheit 451, libro que le podría dar ideas a los defensores de la literatura heteropatriarcal-machista.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Perdonar y disculparse

Gran revuelo ha desatado la desafortunada invitación que nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hiciera al Rey de España para disculparse por las atrocidades que los españoles cometieron durante La Conquista y La Colonia.

Yo consiero que fue desafortunada, pues el único mandatario que vino a la toma de posesión de AMLO  fue el Rey de España y las relaciones podría decirse que eran cordiales y ahora se crisparon sin necesidad, salvo que el verdadero objetivo fuese volver a convertir a AMLO en trendtopic.

Pero creo que también es desafortunado que algunos españoles se sientan ofendidos y ofendan no sólo a nuestro presidente sino a todos los mexicanos. La verdad es incómoda, pero no pecadora ¿Que nos civilizaron? ¿Quién civilizó a quién? Es verdad que los aztecas practicaban sacrificios rituales y ésto visto a la luz de la cultura moderna es una barbarie. En eso tienen razón los hispanos que dicen que no se puede juzgar La Conquista en base a consideraciones modernas, pues entonces habría que hacer lo mismo con esas prácticas religiosas; sin embargo, los mayas eran mejores matemáticos y astrónomos que los europeos, quienes aprendieron a manejar el cero gracias a los árabes y no lo descubrieron por cuenta propia. Para ilustrar el caso, no resisto citar a mi escritor favorito (Augusto Monterroso): 

"Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.
-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén.
Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles." http://recursosdidacticos.es/textos/texto.php?id=101

En resumen, los sacerdotes mayas dijeron "si el eclipse ocurriese mañana o pasado sí sería un milagro, pero como es hoy, pueden sacrificar al gachupín con toda confianza" y como al pobre sacerdote cristiano le  falló la estrategia acabó sacrificado. Viéndolo bien, son escalofriantes las religiones de los pueblos originarios de América, como en su momento lo fueron las de los habitantes del mal llamado "antiguo continente" ¿No sacrifiacron a Dyonisios, a Baco y a Cristo? ¿Qué me pueden decir del dios Baal o de Moloch? ¿Que le pasó a Ifigenia, la hija de Agamenón?

Por su parte, el Santo Papa, a quien también se le hizo la petición, dijo que no era necesario disculparse porque "ya lo había hecho en 2015"; es decir, ya se disculpó y fue más inteligente. Perdonar es una de las grandes aportaciones del cristianismo. Y ser perdonado es un alivio. Nada le costaba al Rey de España conceder las tan cacareadas disculpas. Total, está de moda pedir perdón por situaciones similares: los alemanes a los judíos, los judíos a los cristianos, los cristianos a todo el mundo; en su lugar, el Rey de España ha quedado como un hombre arrogante y probablemente está cayendo en el juego de AMLO, quien es muy bueno para jugar el rol de víctima. Pero entiendo al soberano ibérico, pues yo mismo sólo me disculparía de actos propios y no de actos ajenos, aunque el victimario haya sido mi tatarabuelo.

Yo tengo genes hispanos, pero soy de esos que nos llaman "indianos", porque toda la vida hemos vivido de este lado del Atlántico y sé que entre muchos mexicanos la herida provocada por la conquista sigue abierta. Ya deberíamos de haberlo superado, pero no es así. Los "gachupines" son mal vistos en varios sectores de nuestra patria. Me consta, pues aunque no soy gachupín sino "descendiente de refugiado" y he sentido en carne viva ese desdén. Beatriz Müller, escritora y esposa de AMLO, ya dijo que no dijo que muchos mexicanos odian a los españoles. Pero yo lo digo de primera mano: es verdad, en muchos sectores se odia más a los españoles que a los norteamericanos, quienes nos quitaron la mitad del país en 1847 y probablemente extraen en la actualidad más riquezas de México que los ibéricos. A mí si me avergüenza lo que hicieron los paisanos de mis antepasados peninsulares, pues no sólo esclavizaron a los pueblos originarios de América, sino a los africanos que trajeron para acá. En la catedral de Sevilla se pueden ver algunos de los tesoros que fueron producto del saqueo. Incluso, el penacho de Moctezuma está en un museo austriaco.

Tengo, además de la sangre española, algo de sangre francesa, norteamericana, alemana, tlaxcalteca, africana y probablemente hasta azteca ¿Le debo pedir perdón a los tlaxcaltecas por los abusos que cometieron los aztecas y a los aztecas por la supuesta "traición" de los tlaxcaltecas? (Aztecas y Tlaxcaltecas eran enemigos ¿Dónde está la traición?) ¿Mi parte norteamericana le tiene que pedir perdón a mi parte mexicana por lo de la anexión a Texas? OK Francisco, te pido disculpas por las barbaries cometidas por los gringos en tu país en 1847. De acuerdo Francisco, yo te perdono. Puedes estar en paz contigo mismo. Oye ¿Y no hay que pedirle disculpas al Rey de Arabia Saudita por los cinco siglos de ocupación en el sur de España? Digo, porque muchos mexicanos, quizá la mayoría, tenemos genes españoles. Hay un refrán que le dice al mexicano "sacúdete el polvo y quedará un gachupín". Explicación de la metáfora: "parece que eres moreno. Lávate la cara y aparecerá tu verdadera identidad."

Los últimos invasores de largo alcance en estas tierras  fueron los norteamericanos (los franceses del siglo XIX sólo duraron 6 años). Los penúltimos fueron los españoles y los antepenúltimos los aztecas, quienes vinieron del norte. De modo que los aztecas también eran invasores y también "tenían para su gasto", por eso los otros pueblos originarios se unieron gustosamente a los conquistadores para derrotarlos ¿O a poco una invasión de 1200 soldados era una invasión seria? ¡Sólo a un gallego se le ocurre desafiar a un imperio con tan pocos soldados! En México "gallego" no sólo es sinónimo de "español", sino de "tonto". Dice otro refrán que la conquista la hicieron los indígenas y la independencia los criollos. Y que el colmo de los vascos es haber independizado todo el terriotorio de América Latina y no poder lograr la independendencia de su país. (Checar apellidos de "libertadores": Bolívar, Iturbide, Allende, Aldama, San Martín, etc...)

Es verdad que es más humana una religión donde el último sacrificio humano fué el del propio redentor que sacrificar a miles de seres humanos cada año o cada mes. Pero también es verdciertoad que los pueblos originarios de América hicieron muchas aportaciones a la cultura universal, a la vez que acá se aprendieron bastantes novedades que llegaron de Europa, Asia y África. Incluso en materia de enfermedades hubo intercambios. Los españoles trajeron unas y se llevaron de otras regreso. La verdad es que el México moderno no se entendería sin la aportación de los españoles, ni España sería grande sin las aportaciones de México. Lo mejor es darle vuelta a la hoja, independientemente de si se disculpa o no el soberano español.

lunes, 18 de febrero de 2019

El germen de la autodestrucción (probadita)

Hola. ahora les comparto el primer capítulo de mi novela "El germen de la autodestrucción". Es una novela un poco diferente. Se trata de una bildung roman que se gestó hacia 1971 y desde entonces ha venido madurando. Es una novela setentera (El cronotopo ocurre en la Ciudad de México entre 1971-1974, con escapadas a algunas provincias)
NOTA:
En caso de que les guste y quieran adquirir la novela completa; entrar a este sitio: https://www.amazon.com/El-germen-autodestrucci%C3%B3n-peligrosos-desamor-ebook/dp/B07MJWDCGP/ref=sr_1_fkmrnull_1?keywords=El+germen+de+la+autodestrucci%C3%B3n&qid=1550509432&s=gateway&sr=8-1-fkmrnull

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CAPÍTULO I.


Víctor Castelán, al buscar las causas de sus conflictos interiores, se daba cuenta de sus carencias teóricas, pues creía que con el materialismo dialéctico podría resolver cualquier clase de problema, incluídos los psicológicos y la búsqueda del amor. “He leído literatura revolucionaria,” pensaba. “Pero no la parte teórica y básica del socialismo científico”. Él y los de la brigada salieron a entrevistar a muchos conductores del transporte público. Los resultados fueron desalentadores: los choferes parecían mostrarse conformistas; o, de plano, recelosos y pesimistas. Raquel creía que se debía a que no estaban bien hechas las entrevistas, pero Víctor no podía más. Sentía que su personalidad se derrumbaba y se desmoronaba sin ver salida alguna. Cuando trataba de resolver sus conflictos interiores, lo único que hacía era cometer un error tras otro. No encontraba la salida; lo único que cosechaba, era la desilusionante conclusión de que los obreros desconfiaban de los estudiantes sin preocuparse por ocultar su recelo.  No podía resolver sus problemas y empezaba a considerar la posibilidad de retirarse de la brigada; Julián, su amigo, también estaba en una crisis similar: pertenecía a una acaudalada familia de la colonia Polanco, vivía en constantes fricciones con ella, se negaba a llegar temprano a casa, a no escuchar Radio Habana y a dejar de leer. Su madre lo amenazó con sacarlo por medio de la policía si volvía a llegar entrada la noche.

Víctor estaba nervioso, pues el día anterior, en el coche de Raquel, Carlos le había dicho que iban a juzgar a unos líderes del movimiento estudiantil del 68. Eran los que unían al grupo de Víctor Rico Galán, un famoso periodista izquierdista, con el funesto 2 de octubre del 68. Víctor Castelán portaba unos lentes de arillo metálico, hexagonal y de cristales verdes, para verse a la John Lennon, pues estaba un poco acomplejado por saberse mestizo. Siempre vestía con pantalones acampanados y ropa de color chillante. Envidiaba las barbas de Fidel Castro, pues a él sólo le crecía una incipiente piochita. Rondaba los veinte años de edad, en tanto que Raquel era una mujer joven, de veinticinco años, delgada y de ojos rasgados con los que podría pasar por una agente de la China comunista.

Pero las cosas no se revolucionaban con la rapidez que él deseaba; y, aun así, todo cambiaba: las actividades de la brigada tarde o temprano se reanudaron. San Pedro Xalostoc era el objetivo. Cercano al Distrito Federal, este polvoso pueblo estaba lleno de fábricas, chimeneas humeantes y un montón de fierros oxidados. Las calles eran de terracería; cuando llovía, se convertían en unos lodazales repulsivos, y cuando no, era el polvo y el humo lo que se respiraba en ese lugar. Ahí estaba Raquel, charlando con unos obreros, escogidos casi al azar. Era persuasiva. Consiguió el nombre y domicilio de Monleón, un chofer que pronto estaría reclutado al movimiento. Este hecho reanimó no sólo a Víctor, sino a Julián, a Rosa y a todos los miembros de la brigada. Parecía que al fin estaban rompiendo el hielo que existía entre la clase trabajadora y los estudiantes.

Los de la brigada se reunieron en el parque “Hundido” del Distrito Federal. Era un día luminoso, por la mañana. Las tórtolas enriquecían el ruido ambiental con sus cánticos, que alternaban con el rumor de los neumáticos y las hojas de los árboles mecidas por el aire de la otrora región más transparente del mismo. Bueno, ya está suave, dijo Pedro, vamos a empezar de una vez. Raquel se colocó sus lentes.

–Orden del día –dijo Raquel.

Se entabló una larga polémica, sobre si debía iniciar Raquel, o si ya se estaba burocratizando la brigada, que si había que votar por alguno de los otros «ponentes», que si someter a votación el tema era democrático o una práctica pequeño-burguesa, etc., etc. «Por eso la teoría de la huelga de masas de Rosa Luxemburgo no condujo a nada» pensaba Julián. «No hay duda de que el método vertical de Stalin era mucho más eficiente». Tras de una hora de discutir el tema, se acordó por mayoría de votos que Raquel leyera su orden del día, la cual estaba estructurada en una serie de puntos. Apenas dijo una frase y se detonó otra discusión de largos vuelos. Se debatía cuál debía ser el primer punto. Me parece absurdo discutir eso ahora, interrumpió Emilio el debate. Es un problema epistemológico que lleva discutiéndose hace dos mil años y no creo que puedan resolverlo aquí y ahora. Y aunque la discusión la ganara Pedro ¿Cómo vamos a saber qué es lo general? ¿La huelga de Xalostoc? ¿O el asunto de Vìctor Galán? Por eso creo que es mejor empezar con los asuntos tal y como los trae Raquel, dijo Víctor ¿Pero cómo no vas a saberlo? Dijo Pedro. La información es lo general.

–Oye –le preguntó Rosa a Emilio –¿Cómo dijiste que se llamaba el problema?

Rosa no parecía ser hermana de Raquel. «Rosa» era su alias. Su nombre verdadero, Julián, Mauro y Víctor nunca lo supieron. El seudónimo había sido elegido en honor a Rosa Luxemburgo.

–Epistemológico –Respondió Emilio, con gran autosuficiencia.
–Gi, gí –¡Cada palabra que inventas! –Dijo Rosa–. Pues yo creo que Pedro y Víctor no están de acuerdo con el método, pero veo que están de acuerdo en que se comience por la información.

¿Es necesario seguir boteando en los camiones? Lanzó Raquel la inquietante pregunta. Se informó que Mauro estuvo a punto de ser detenido por la policía: cuando arengaba a los pasajeros de un camión, un agente del orden lo tomó del brazo. El camión del servicio urbano estaba repleto de pasajeros. Era una hora pico. Venga conmigo joven, ¡jálele! Dijo un policía, sujetando con fuerza a Mauro por el brazo ¡Suélteme! Mauro movió el brazo de arriba hacia abajo varias veces hasta zafarse y saltó del camión en plena marcha. El chofer cerró la puerta cuando el policía iba a saltar y no frenó, a pesar de los timbrazos del oficial, hasta que había transcurrido un kilómetro y así abortó la persecución.

Se llegó al acuerdo, dijo Raquel, que los trabajadores debían botear, pues así los estudiantes podremos organizarlos mejor y ponerlos en contacto con otros grupos de obreros en lucha. Es un acto de cobardía pequeño-burguesa que ellos se expongan y que nosotros nos limitemos a dirigirlos, protestó Carlos. «Desgraciadamente», respondió Raquel, «nosotros somos la conciencia de la clase obrera. Ellos están enajenados, no están conscientes de su situación. No podemos darnos el lujo de que la policía nos capture. Pero necesitamos del dinero del boteo para mover la organización».

“Botear” era un verbo acuñado para describir la actividad de realizar una arenga pública contra el sistema y pedir una colaboración económica para poder enfrentar al aparato de Estado. El dinero se depositaba en unas latas de leche en polvo vacías, la tapa tenía una ranura, a modo de alcancía. Los brigadistas a menudo se sorprendían por la cantidad de gente que cooperaba con ellos: ancianas, amas de casa, burócratas, niños, obreros. Era evidente el malestar de la población con el gobierno en turno. A menudo las ancianas les daban unas escasas monedas acompañadas de muchas recomendaciones y apoyo espiritual.

–Cuídense mucho jóvenes, y que la virgen los proteja– dijo una viejecita al otorgar su cooperación, acompañando su donación con una temblorosa persignada. A Emilio le parecía más valioso este gesto que los pocos centavos otorgados por la mujer octogenaria.

Tras otro largo y difícil debate en pro y en contra, donde brillaban discursos tanto de los duros como de los moderados, Raquel avanzó un poco más en su programa. El tercer punto, dijo la muchacha, mirando a todos desde sus lentes de lechuza, se trata de una crítica a una asamblea a la que asistieron Carlos, Julián y Víctor.

Los aludidos, por primera vez, permanecieron quietos, sin debatir. Estaba genial la música de fondo, recordó Carlos, rompiendo el silencio. Sí, dijo Julián. Me parece que era el Bolero de Ravel. El auditorio donde se llevó a cabo esa asamblea era el de un conocido sindicato de electricistas. Estaba alumbrado casi en penumbras, un tanto sucio y abarrotado de todo tipo de proletarios, excepto un señor de lentes de arillo metálico dorado, bien peinado y vestido con una camisa de rayas blancas y azules verticales, planchada con pulcritud; sin duda, era rico y estaba fuera de lugar. La música del célebre compositor francés había sido puesta como un reiterado fondo musical, mientras llegaban a la palestra Valentín Campa, Demetrio Vallejo, los líderes del SNTE y del Sindicato Mexicano de Electricistas. Una bailarina danzaba sobre el escenario. Era una líder estudiantil del 68 excarcelada. Luis Echeverría la liberó al tomar posesión como Presidente de la República. Sus piernas estaban algo rollizas y aclaró que le engordaron durante la prisión, lo cual era un duro castigo para ella. La mujer giraba a modo de que el vestido volara y dejase ver sus muslos. Un orador había recomendado que los espectadores prestaran atención a sus piernas, pues estaban marcadas con las cicatrices que los torturadores le habían provocado.

Carlos tomó la palabra, para informarnos de lo que le hacían los malvados patrones a los pobrecitos obreros y dijo que el primer orador se la pasó tres horas hablando, que no propuso ningún medio de lucha y que por eso la asamblea se desmanteló. De por sí, ya estaban aburridos de oír el Bolero de Ravel una y otra vez. Es una lástima, pues ahí se iba a concertar una alianza entre camioneros, ferrocarrileros, una tendencia democrática del SNTE, los electricistas independientes, los estudiantes y los obreros concientizados; por cierto, el otro error fue dejar hablar al líder de los maestros antes que a Valentín Campa, pues lo único que hizo fue darse golpes de pecho y ya no quedó nadie. La sala se vació. Es verdad, dijo Víctor. Ninguno de los brigadistas oyó a Campa. Tuvimos que retirarnos, aburridos de tanto sentimentalismo. Cuando Julián me estaba sugiriendo que nos retiráramos una voz gritó «¡Un policía! ¡Un policía!» Alguno de los oradores identificó al hombre de la camisa de rayas azules como un soplón del gobierno y se armó un tumulto. En eso, dijo Julián al oírse aludido, uno de los líderes tomó la palabra y pidió calma. Dijo que se trataba de un acto de sabotaje. Otra voz pidió linchar al supuesto delator.

–¡Es un provocador! –Arengaba un orador– ¡No caigamos en la tentación de maltratarlo! ¡Eso es lo que están esperando para entrar a reprimirnos!

Campa hizo que se suspendiera la asamblea hasta que se calmaran los ánimos, dijo Julián. Como nos pusieron de nuevo el Bolero, y el intermedio se hacía cada vez más largo, les dije que nos fuéramos. Víctor quería seguir oyendo el Bolero y tuvimos que esperarnos hasta que se acabó. Ya ni la friega. Sí manito, ya ni la chingas, dijo Carlos, dándole un pequeño golpe a Víctor.

–Ja, ja, ja –Rieron a coro todos los brigadistas.

El penúltimo punto de Raquel giraba en torno a Monleón, un chofer que no sabían si era de los suyos o un infiltrado. No lo podemos «cortar» pues es dice ser nuestro más fiel seguidor, dijo. Al menos, en apariencia ¿Qué hacemos con él? Yo pienso que nos está saboteando, intervino Julián ¡No hay tiempo para pensar! Dijo Raquel, afligida porque llevaba varias horas exponiendo los puntos de su orden del día. Bueno, ahora pasemos al tema de la Comisión de Seguridad ¡Pero ya, porque ya me quiero ir! ¿Comisión de seguridad de qué? ¡Hay que analizar! Dijo Pedro. Si analizamos nunca vamos a salir de aquí, protestó Raquel.

La comisión es para los seudónimos, dijo Víctor. Para que no nos reconozcan «los tiras» y para la coartada si nos agarran ¡Exacto! Dijo Raquel ¿Alguno ha pensado qué nos pasará si caemos en manos de la policía? N’ombre ¡Quién se va a fijar en nosotros! Si estuvieramos haciendo guerrilla, estaría de acuerdo, dijo Pedro.

La sesión concluyó. Nadie se resistió a preguntarle a Pedro porqué hablaba como cubano si era de Sonora. La explicación que dió es que estuvo como voluntario en Cuba cortando caña por más de dos años. Y se le pegó el acento. Los brigadistas de los niveles inferiores estaban deslumbrados. Al principio de los setenta eso deba mucho prestigio; algunos, incluso hasta secuestraban aviones para poder asilarse en la isla caribeña.

Víctor, por su parte, quería meditar más y más sobre lo que ahí había pasado. Sentía que se estaba quedando al margen de los acontecimientos. Se despidieron. Él, Mauro y Julián se fueron en grupo a visitar a la profesora Ruth. Fue en el departamento de ella donde se conocieron Julián y Víctor. Ambos buscaban afiliarse a un movimiento socialista hasta que Ruth los citó a una reunión, por la noche. Era un sábado de 1971 y fue en ese lugar que conocieron a Iñaki, a Josefina, a Max y a Lolita.

Josefina y Víctor ya se conocían desde la infancia. Pero sólo fueron amigos durante un año. Josefina se fue a vivir a otra ciudad. La soledad invadía a Víctor, quien creyó que al reencontrarse con su antigua amiga podría encontrar el amor. Hacía unos meses atrás que la había visitado, con el pretexto de ir en busca del movimiento socialista. El reencuentro fue bastante descorazonador para Víctor. Josefina era la pareja de Iñaki; al menos, éste parecía ser su novio, pues aunque ni se abrazaban, ni se besaban, ni se tomaban de la mano, sí dormían juntos, lo cual no dejaba lugar a dudas respecto al nivel de relación íntima que sostenían. Iñaki era un poco pedante, pero deslumbraba a todos narrando un cuento, fruto de su inspiración. La historia iba bien, hasta que de pronto, decayó su calidad y Max estalló en risas.

–Ahí estaba la puta, frente al bidé, abierta de piernas –decía Iñaki, sin poder concluir su relato, a causa de las risas.

La señora Ruth, en cambio, no sonreía, y con la lengua, hacía ruidos de reprobación. Iñaki no pudo concluir su relato porque estaba muerto de la risa. A ruego de Josefina, narraron, o más bien, actuaron un chiste que duró media hora. A pesar de su larga duración, el relato no dejaba distraerse a nadie, y hacía reír todo el tiempo a la concurrencia.

–Me caes muy bien –le dijo Julián a Iñaki, cuando éste terminó su relato–. Deberíamos reunirnos más seguido.
–Me parece buena idea –respondió Iñaki– ¿Qué te parece si intercambiamos direcciones?

De esta manera, los nuevos amigos iniciaron una serie de visitas a la señora Ruth, todos los sábados, por la noche. Junto a las creaciones literarias de ese curioso par, sonaba la cuarta sinfonía de Mahler y la profesora los agasajaba con varios litros de té de jazmín.

Iñaki encontró a un gran amigo en Julián y aceptó ingresar a la brigada. Asistió a las reuniones de «praxis política» y escuchó a Monleón, un chofer. Las relaciones de la brigada con los trabajadores le dejaron una sensación de insatisfacción. Puso el dedo en la llaga: insistió en que la brigada debía prepararse en el campo de la teoría. Esto trajo consigo ríspidas discusiones con Raquel, quien tenía una mentalidad pragmática. Para sorpresa de Víctor, Emilio entró a la discusión apoyando a Raquel. Porque Emilio estaba consciente de las carencias teóricas de los demás brigadistas y a menudo hacía hincapié en la necesidad de hacer ciertas lecturas, como los libros de Althusser. El debate fue uno de los más reñidos en la historia de la brigada. Pasaron las horas y la balanza no se inclinaba por ningún lado, hasta que Emilio decidió tomar una decisión draconiana.

–De seguir así –dijo, enojado–, la brigada tendrá que dividirse en un grupo teórico y en otro práctico.

Como Julián estaba deslumbrado por Iñaki, lo obedecía cada vez más y dejaba de asistir a la brigada, para sorpresa de Mauro y de Víctor, los brigadistas más afines a él. Llegó el momento en que la madre de Julián le prohibió a su hijo salir a cualquier lugar que no fuese la escuela. Estaba becado y le faltaba un año para ingresar a la universidad. Trató de seguir como becario, pero desobedeció las duras reglas impuestas por su madre, quien, en un arrebato de ira y para castigarlo, logró que le quitaran el estipendio, pero no consiguió doblegarlo: Julián se fue a dormir al departamento de Iñaki mientras que éste hacía cada vez más atractivas las reuniones en casa de la profesora Ruth; ella, con su hospitalidad, contribuía a que las sesiones se alargaran hasta la media noche: les servía café colombiano, té de jazmín, galletas y una multitud de platillos deliciosos, servidos en vajilla de porcelana china.

En uno de los muros de la pequeña sala, había un poster que tenía un eslogan: «Los setenta, ¡qué suerte de vivirlos!» Contrastaba la belleza de la frase con la imagen de un soldado norteamericano encañonando por la sien a una anciana vietnamita y llorosa. Fue cuando Víctor conoció a Lolita, la hermana menor de Max. No se parecía en nada a la Lolita de Nabokov, salvo en que era rubia y menor de edad. Ella era casi enana, tenía cuerpo de niña y vestía a la usanza hippie, casi como Janis Joplin; su hermano, en cambio, vestía de saco sport de pana y fumaba pipa con tabaco aromático. Lolita se moría de ganas por ir al festival de rock de Avándaro y todos la trataban con indiferencia. Sin pensarlo mucho, invitó a Víctor, pensando que él sería su cómplice en tal aventura.

–Oye maextro –dijo Lolita –¿Te pasa el rock?
–Bueno, sí. Me gusta –respondió Víctor, con toda la diplomacia que pudo proyectar.

La verdad es que los gustos rockeros de Víctor eran anticuados. El último acetato que había oído con interés era el primer disco de los Doors. Ni siquiera había escuchado con atención las producciones posteriores de este afamado grupo. La música de Janis Joplin, Led Zeppelin o de Jimmy Hendrix le parecía una verdadera tortura auditiva. Tal vez la estancia en la facultad le había modificado los gustos.
–Los toquines de Hendrix son verdaderas manifestaciones contra Ronald Reagan, maextro –le decía Lolita a Víctor.
–Vámonos a Avándaro –decía Lolita–. Además del festival de rock va haber una carrera de motos, es buena onda.

“La mesa está servida” pensó Víctor. “No puede ser verdad tanta dicha. Esta chava está liberada y me está invitando sin cohibirse a la aventura. Puedo llegar muy lejos. Lo que no me gusta es su estatura. Se me hace que es una niña y si es así, me voy a meter en muchos líos si le sigo la corriente”. Órale, llégale maextro y nos vamos aunque sea tú y yo solos. Pero… es que apenas te acabo de conocer y no sé ni qué onda. Ya vas, te vas a arrepentir. Ella se ofendió, pero Víctor no le dio mayor importancia al incidente.

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