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jueves, 29 de septiembre de 2016

El costo de la corrupción

"No soy monedita de oro, para caerle bien a todos", dice un verso cantado por el inmortal Cuco Sánchez. Lo que voy a decir incrementará mis índices de impopularidad, que son altos. En primer lugar, en las esferas de gobierno prísitas, donde casi toda la vida he estado algo así como vetado (salvo muy honrosas excepciones).
Pero también le voy a caer como patada en ayunas a ciertos sectores pseudoizquierdistas (chairos, pues), quienes me han señalado como "oportunista" (olvidando que Lenin, a quién deben de estarle agradecidos y reconocerle su talento, era un gran oportunista). Por eso es que me afilié a los hashtags #YoSoyOportunista y #YoSoyImpopular, los cuales quise crear pero seguro que antes de mí ya hay otros que pasaron por situaciones similares y ya los iniciaron.
Hace muchas décadas, cuando tenía tiempo para hacerlo, yo era lector de El Capital de Carlos Marx (obra que nunca terminé de leer) y en un capítulo (no recuerdo cual) me llamó la atención un párrafo donde el sabio alemán decía que los ingleses, nación que se adelantó un siglo a otras europeas que se pasaron al capitalismo, se dieron cuenta de que la corrupción si bien servía para documentar casos de enriquecimiento aislados, en nada favorecía al desarrollo del sistema capitalista, sino todo lo contrario, le estorbaba. Porque la corrupción tiene un costo muy alto para las sociedades que las practican. La erradicaron y se convirtieron en la potencia económica que aún siguen siendo.
Alguna vez, en algún cuerpo colegiado, debo haber citado esta afirmación de Marx, a lo que me respondieron solemnemente "Marx murió hace 100 años". Lo que implicaba "En México encontramos teorías mejores, con las cuales podemos vivir con la corrupción y desarrollar al capitalismo". Y la corrupción se siguió practicando en todos los niveles.
Si bien la corrupción es causa de muchos males actuales, hay teóricos y/o investigadores (una vez más pido disculpas por no tener los datos de la cita a la mano porque lo leí en algún periódico que ya tiré a la basura) que afirman que la causa de la corrupción es la impunidad. Al acabarse la impunidad, el costo de la corrupción sería para quienes la practican y no para la sociedad en su conjunto.
El problema es que las leyes mexicanas están diseñadas para cubrir con un manto de impunidad a cierto tipo de servidores públicos. Un caso emblemático es el del aún desgobernador de Veracruz, javier duarte de ochoa, quien ha sido elegido como una especie de puerco expiatorio (los chivos tienen que ser inocentes) al que se sacrificará (si es que se sacrifica) para limpiar la imagen de un partido político célebre por generar, imponer y defender a servidores públicos que se han distinguido por ser corruptos, violentos e impunes. Tal imagen no quedará limpia hasta que la ciudadanía vea que no se trató de un montaje para ir sobre los corruptos de otros partidos y que al fin de cuentas el puerco expiatorio no fue sacrificado.
En Veracruz ¿Cuál ha sido el costo de la impunidad y de la corrupción? No sólo en 82 años de priísmo, sino en los últimos seis años: las finanzas públicas están quebradas, las manifestaciones de protesta por los impagos incurridos son cotidianas, ya se producen fricciones entre los manifestantes y la ciudadanía inocente y ajena a los desvíos de dinero. Se está en peligro de que sectores como los transportistas o un simple ciudadano afectados por los bloqueos tomen las armas, maten a uno o varios manifestantes y éstos a su vez lo linchen.
¿Porqué muchos sectores sociales prefieren manifestarse y tomar a la ciudadanía como rehenes? Porque saben que los juzgados están podridos. Que toda la administración pública está infectada y que, aunque hay casos honrosos de honestidad, caminar por la administración pública confiadamente es como caminar sobre un campo minado. Si no das tu "mochada" (soborno) corres el riesgo de que tu asunto se malogre aunque la razón jurídica esté de tu lado.
Claro está que ésto sucede más en los juzgados de bajo nivel que entre los juzgados federales de Distrito o la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Recuerdo un libro de teoría del proceso donde se explicaba que en los juzgados civiles el juez, los secretarios y demás personal recibían sueldos bajísimos y que por esa razón eran blanco fácil para el soborno. En cambio, recuerdo otro artículo periodístico que comparaba el sueldo del Rey de España (que ya quisiera tenerlo yo) con el del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México. El sueldo del presidente de la Suprema Corte de la Nación de México supera casi dos a uno al del Rey de España. Su cargo es casi vitalicio ¿Creen que se va a exponer a perderlo por un soborno de quinientos pesos? ¿O por un cañonazo de cincuenta mil, como decía el general Álvaro Obregón? De ahí que los tribunales más confiables de la República Mexicana sean los juzgados federales.
Hablando de Derechos Humanos, así como el Derecho a una Vida Digna es un Derecho Humano, también lo debería ser el Derecho a una Defensa Jurídica Adecuada. Me cuesta mucho trabajo entender que el segundo derecho no sea un derecho y que su violación contribuya a mejorar el Derecho a una Vida Digna. Porque los chairos eso es lo que creen.
El hecho es que los grandes cambios sociales se han hecho por una de dos vías: a) un cambio pacífico ganando las elecciones dentro de la legalidad y b) Mediante una revolución armada. Pero nunca se han logrado únicamente con manifestaciones. No estoy haciendo apología de la violencia, porque siempre lo he dicho: "La violencia sólo engendra más violencia" y "El que a hierro mata, a hierro muere". Aunque, hablando de Teoría del Derecho, hace ya varios siglos el padre Victoria estableció que "el tiranicido está plenamente justificado". Esto me viene a la mente porque hoy en la mañana escuché una conversación entre un comunicador televisivo y un vocero de normalistas de Michoacán, de esos de los llamados Pueblos Originarios (de los que han estado aquí antes que los europeos y los mestizos). El vocero decía que el derecho a linchar al policía era el de "responder al fuego con el fuego". Y se refería a que los policías de aquellos lugares golpeaban, mataban secuestraban y de paso violaban a las mujeres. No se entendían: el comunicador le decía "destruír el autobús de otra persona (por cierto ajena al conflicto) y linchar al policía son delitos" y el otro no acertaba a decir lo que el padre Victoria dijo claramente. El hecho es que si el Estado viola derechos humanos (como en Ayotzinapa, 2014), mata, roba, viola y secuestra, está iniciando una escalada de violencia a la que tarde o temprano alguien le responderá. Y esta respuesta, a su vez, generará otra respuesta más violenta por parte del Estado. Y se iniciará una espiral de violencia que podrá despertar el México Bárbaro.
Lo ideal es que tanto la sociedad como los individuos arreglen sus conflictos de interés pacíficamente y dentro de la legalidad. Pero cuando el árbitro se aparta de la justicia por recibir una dádiva o un favor, lo que se consuma es la injusticia. La injusticia es una forma de violencia legaloide que se traduce en psicológica y a veces en hechos de armas. De cuando en cuando un abogado traicionero es ejecutado por el agraviado o por un familiar de él.
El hecho es que muchos estados del país están saturados de manifestaciones, las cuales a su vez impactan en la economía de terceros: por ejemplo, la de los transportistas. Ya se sabe que cuando un sector de la sociedad deja de recibir el pago del fruto de su trabajo de manera prolongada o permanente, deja de adquirir ciertas mercancías o servicios, con lo cual otro productor o comerciante también tiene pérdidas económicas permanentes y como resultado despide personal, tira a la basura la mercancía, etcétera. Es una bola de nieve tipo alud que detectó el economista Lord Keynes.
¿Y que sucede cuando el principal encargado de gobernar y aplicar justicia es un ratero impune? Su impunidad y el tamaño de la fortuna malhabida son una apología del delito. Porque queda claro que es el camino para enriquecerse de la noche de la mañana e impedir que quien trabaja honestamente pueda recibir una justa retribución por su trabajo. El que trabaja honradamente queda como un tonto.
Veracruz era un estado turístico, cultural y productor de bienes agrícolas e industriales, un sitio donde se podía transitar a la una, dos o tres de la madrugada sin temor alguno. Era un paraíso. Ahora, hay regiones que hasta de día los transeúntes pueden ser secuestrados y desaparecidos, destazados o incinerados.
Maestros, jubilados, constructores, burócratas, muchos sectores salen a la calle a reclamar el pago puntual al producto de su trabajo, en tanto que el gobernador está señalado por desvíos de recursos públicos, desfalcos, enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, defraudación fiscal y muchas otras lindezas y nadie le hace nada. Los juicios, por otra parte, son interminables, no son una solución inmediata a los conflictos de interés de los ciudadanos. En resumen, impunidad, corrupción, manifestaciones, crisis económica, violencia, desempleo y otros problemas forman parte de un círculo vicioso del que no se saldrá si no se ataca con firmeza y honradez a las principales causas de todo esto: la impunidad. Si se acaba la impunidad, la corrupción seguirá sus pasos. Y si las finanzas públicas se administran con honradez, eficiencia y prontitud, seguro que la situación de la ciudadanía cambiará para bien. Aún es tiempo de recomponer pacíficamente el tejido social.

viernes, 16 de septiembre de 2016

El Papo contraataca ¿Y qué hará la COPIPEV?

Enrique Levet Gorozpe, es dirigente del FESAPAUV y miembro del Consejo Directivo del Instituto de Pensiones del Estado de Veracruz (el IPE). Además pariente de Carlos Enrique Levet Rivera, defensor de "los intereses del IPE" (léase el subtexto: más bien "de los intereses de los que gobiernan al IPE").
El día 15 de septiembre de 2016 salieron en los periódicos locales y en las respectivas redes sociales los comentarios de Enrique Levet Gorozpe (alias "El Papo") en torno a la desesperante situación de los jubilados y pensionados del IPE que estamos bajo amenaza de pasar una amarga Navidad sin aguinaldo y también bajo la amenaza de ser macaneados y electrocutados de nueva cuenta por las fuerzas del orden. Claro, esta vez estrenando gobernador. En lo personal, no creo ni deseo que Miguel Ángel Yunes Linares sea capaz de cometer tal infamia, pero me atengo a lo dicho por El Papo: "IPE, sin dinero para pagar aguinaldo a jubilados" (Diario de Xalapa, primera plana, 15 de septiembre de 2016). https://www.diariodexalapa.com.mx/veracruz/ipe-sin-dinero-para-pagar-aguinaldo-a-jubilados-levet-gorozpe.
"Gobierno entrante deberá resolver la situación", continúa diciendo Levet Gorozpe. En resumen, el IPE está pasando por una situación crítica y multifactorial, porque permanentemente trabaja en números rojos. "Espero que se deje el dinero para que el próximo gobierno no tenga que resolver todo". ¿El gobierno de duarte? ja. Más abajito, en la página 3A del citado Diario de Xalapa hay dos encabezados "Debe gobierno al SETSE $20 millones de cuotas sindicales" y "En Veracruz Puerto realizan paro de trabajadores de vectores; les adeudan dos meses".
Volviendo a los comentarios de El Papo, "Debería de haber por lo menos diez trabajadores en activo por un jubilado y en el IPE hay solamente 3.5 trabajadores en activo por jubilado". Esto se planeó con precisión de relojería suiza décadas atrás y se sigue haciendo. Por ejemplo, la Universidad Veracruzana, a cuyos trabajadores académicos atiende el FESAPAUV, por años se negó a otorgar plazas de base, y se dedicó a atomizar las plazas de tiempo completo en interinatos de 4 u 8 horas para que los académicos no pudiesen adquirir derechos de jubilación y otras prestaciones. Política incongruente, toda vez que anualmente egresan miles de nuevos profesionistas de esta universidad, la cual a su vez deja a miles de estudiantes sin derecho a cursar una carrera en una universidad pública, puesto que la mayoría son rechazados. Entonces, podría haber 20 trabajadores activos por cada pensionado y se podría atender a un mayor número de alumnos, en vez de forzarlos a estudiar en costosas universidades privadas.
Pero el comentario de El Papo que más me interesa es el siguiente: "En el IPE sólo hay 3.5 trabajadores en activo por jubilado; se habla de saqueos, pero yo no sé por qué se dice eso, nadie ha presentado una prueba de que se esté desviando el dinero de los jubilados"http://www.alcalorpolitico.com/informacion/ipe-no-pagara-aguinaldos-de-pensionados-y-jubilados-este-anio-levet-gorozpe-213152.html#.V9wNSIX7rTM
Léase el subtexto: "yo sé que la COPIPEV nos ha denunciado a mí y al resto del Consejo Directivo del IPE, pero como están asesorados por Adrián Mendieta, un chairo pintorcillo ignorante de las leyes cuya voz pesa más que los conocedores del Derecho, hicieron la acusación sin ofrecer pruebas y ante una autoridad cuyo dirigente es amigo personal de duarte; en consecuencia, ya les rompí el espinazo y me van a hacer lo que el viento le hizo a Juarez y se van a pasar una amarga Navidad. Y si se les ocurre manifestarse como lo hicieron el 23 de diciembre del año pasado, confío en que el nuevo gobernador les echará encima a los granaderos otra vez".
Lamentable. Para ponerse a temblar, en caso de ser jubilado o pensionado del IPE. Y más considerando que tanto Levet como la COPIPEV prometen defender "adecuadamente" los intereses de los jubilados y pensionados. Como decía el viejo Pedro Ferríz, "ya no sabe uno si ponerse a reír, a llorar o a rezar".


sábado, 3 de septiembre de 2016

Juan Gabriel, los chairos y los esnobs.

A Juanga hay algunos que ni muerto le perdonan su éxito. A veces coincide en una persona ser chairo y esnob; pero para ser esnob no se requiere ser de izquierda; basta con que lleves la dirección contraria a la corriente principal por lucimiento personal o como estrategia para ganar una posición de autoridad o superioridad cultural para que caigas en situaciones de esnobismo, aún si estás asociado a empresas como Televisa, que en el imaginario de los chairos es la irreconciliable enemiga número uno de la izquierda.
No cuestiono el legítimo derecho a no ser partidario de tal o cual estilo de música, pues en materia de gustos no hay nada escrito. A mí, por ejemplo, el reggaeton me produce cólicos. Pero no por su origen popular o comercial. Simplemente no me gusta. Lo que si me molesta es que a un artista popular se le regatée su calidad o se le desconozcan sus méritos por ser de origen popular o por haber tenido un gran éxito comercial.
Juan Gabriel es un artísta de origen popular y creador de música popular en el amplio sentido de la palabra y de un indudable éxito comercial.
También es cierto que la política, que de acuerdo a las teorías de Carlos Marx, forma parte de la superestructura social y por efecto de una relación dialéctica también se vuelve determinante de los otros elementos de esta superestructura (en este caso la obra de Juan Gabriel); digo, también es cierto que la política determina la suerte del artista y su obra, para bien y para mal.
Durante la etapa final de la hegemonía priísta (1976-2000) la carrera de Juan Gabriel ascendió y se mantuvo en la cúspide hasta que entraron en escena los gobiernos "de la alternancia" y el astro solar de la obra de Juanga se vió eclipsado momentáneamente por la sombra de una luna política no afín a sus filiaciones partidarias. Después regresó el PRI a Los Pinos y la luz solar de Juan Gabriel volvió a brillar con intensidad... pero no le duró el gustó por mucho tiempo, porque físicamente, se murió. El cuerpo de Juan Gabriel falleció, pero su obra artística no.
El punto que quiero abordar aquí es que las relaciones de la economía y la política con la obra artística, siguiendo la teoría marxista, son determinantes en última instancia. Lo cual quiere decir que sí la afecta, pero casi siempre más dejando cicatrices que alimentándola.
El que algunas industrias culturales como Televisa se hayan encontrado con el tesoro del fenómeno Juan Gabriel y le hayan sacado provecho económico o que algún partido político también haya sacado un beneficio tangible o intangible de la obra de Juan Gabriel no demerita su calidad artística. Tampoco es válido negarle esta calidad debido al origen y éxito popular precisamente por ser popular. Entre ciertos sectores de la intelectualidad (independientemente de que sean chairos o derechairos) existe el dogma de que si una manifestación artística es popular, por definición no tiene suficiente calidad. Esto es una falacia. Según el gran compositor norteamericano Aaron Copland quien sabe escuchar música, sabe reconocer su calidad, independientemente del estilo, origen, nacionalidad o época. Lo mismo disfruta de un cuarteto de cuerdas de Mozart que de un disco de Duke Ellignton.
En resumen, la calidad de una obra artística no se mide por la popularidad o por la falta de la misma. La popularidad es una variable, la calidad una constante. Me voy al extremo opuesto: la obra de Juan Sebastián Bach (s. XVIII) fue muy impopular hasta que Félix Mendeslohnn demostró lo contrario en el siglo XIX. En cambio, la obra de de W.A. Mozart ha sido popular desde que este artista empezó a componer (en la infancia) hasta nuestros días. Su rival Salieri era muy famoso, su estrella decayó y ahora se está revalorando.
Basta escuchar la canción Amor Eterno en voz de Rocío Durcal https://www.youtube.com/watch?v=7QuXKirNX3I para darse cuenta de que tiene una línea melódica impecable; y que el texto, si bien habla de una emoción primaria como lo es el amor, también habla de cómo enfrentar la pérdida de un ser querido y lo hace de una manera sincera, sencilla en apariencia, directa y un tanto ingenua, con lo cual su efecto es demoledor. Sólamente a los espíritus insensibles no se les asoman las lágrimas en los ojos cuando la escuchan. Su tema no es un tema banal: es un tema vital.
Cuando la obra de un artista es sólida, los ataques en su contra se vuelven contra quien los lanza, a modo de un boomerang fatal. En el caso de Juanga, ya han rodado las cabezas de algunos esnobs que metieron la pata con él.

Los chairos, Marx y Lenin

Carlos Marx fue un genio que penetró en las entrañas del sistema capitalista y dedujo una serie de leyes tanto del pensamiento científico como de la economía y la política que siguen siendo vigentes pese a haber sido emitidas hace ya más de cien años.
Lenin, otro genio, las entendió bastante bien, aunque no del todo, y con su espíritu oportunista cambió el curso de la historia. De modo que cuando un chairo pretende insultarte diciendo que "eres un oportunista", en realidad te está reconociendo una cualidad, más que un defecto. Pero en su obstusa mente ser "oportunista" es algo malo.
 Para Carlos Marx la infraestructura económica determina "en última instancia" la superestructura social y ésta está constituida por las demás actividades del ser humano, como son la política, la ciencia, la religión, el arte, el deporte y cuanta actividad humana venga a la mente; como, por ejemplo, la guerra.
Esta idea no es exclusiva de Marx. Simplemente se ha expresado de manera más elegante que el refrán popular que dice "con dinero baila el perro". A las críticas idealistas populares que dicen "el dinero no es la vida", los materialistas populares dicen "Sí. Pero calma los nervios"; es decir, el amor no se compra con dinero, pero cuando la pobreza entra por la puerta, a menudo el amor huye por la ventana. En este caso el factor económico influye de manera negativa y determinante sobre una emoción pura y vital para la preservación de la especie humana.
Alfonso Quiróz Cuarón en su libro Medicina Forense, cita una estadística en la cual se observa un aumento de los delitos contra el patrimonio (robo, fraude) o contra la libertad personal (secuestro) cuando hay una fuerte crisis económica, en tanto que éstos descienden (y aumentan los crímenes pasionales) cuando hay un periodo de superavit económico. Tanto los delitos contra el patrimonio como los secuestros se comenten con idea de obtener un lucro indebido y su incidencia aumenta cuando la economía está mal.
Lenin, por su parte, emitió la frase que dice "la cadena se rompe por el eslabón más débil, pero sólo se rompe una vez". Se refiere a lo que Walt Whitman dijo citando la sentencia latina Carpae diem: "Cosecha las semillas de día". Se refiere a lo que decía mi abuelita materna:"No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", porque sólo se vive una vez, y la vida te da oportunidades, pero éstas pueden ser únicas. Si no haces el amor cuando eres joven, a los ochenta años, cuando lo quieras hacer, lo único que harás es el ridículo. En resumen Lenin era un "oportunista", y hay quien dice que yo también lo soy. Agradezco el elogio, aunque no creo estar a la altura de Lenin.
Ser oportunista es saber dar golpes tácticos cuando hay que darlos. El ajedrez es 95% de táctica y 5% de estrategia. Kasparov dice que "un estratega es como el director técnico de un equipo de futbol que dice 'contra tal rival vamos a jugar en formación 4-4-2, dando pases y evitando lucimientos personales', en tanto que el táctico es el extremo izquierdo que llega con el balón al área del enemigo, ve que su centro delantero está marcado y que el portero rival resbala; por consiguiente, en vez de dar pase, dispara y mete gol".
Carlos Marx también dijo que las revoluciones no se hacen "por voluntad de los individuos". Esto lo entendió muy bien Mao Tse Tung quien dijo, con un estilo indudablemente chino: "Cuando la hierba está seca, una sola chispa puede incendiar la pradera". Pero esto es muy difícil de hilar para un simple chairo, quien quiere hacer una revolución cuando las condiciones no están dadas, o quiere hacerlas con medios inadecuados cuando estas condiciones están presentes debido a que su líder le dijo que las manos de los seres humanos tienen tres o cuatro dedos en lugar de cinco. Obedecen ciegamente a su lider, aunque éste los encamine al cadalso. Y, desde lugo, llaman "oportunista" al que disiente, con idea de sacarlo de la jugada. Son tercos como una mula y se guían por dogmas, que en su caso son las líneas que les tiran sus líderes.
Los derechairos son la misma cosa, pero con otra ideología; de hecho, ambos se necesitan mutuamente para crear conflictos interminables que sólo destruyen la obra de terceros inocentes.