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martes, 15 de mayo de 2012

Más sobre las redes totalitarias

Me da risa que los capitalistas se rasgan las vestiduras y se dan golpes de pecho cuando hablan del comunismo o del nazismo y sus políticas son dignas de un burócrata Stalinista linea Kim Il Sung.
Por ejemplo ¿saben porqué no he monetizado este blog? Porque se me ocurrió primero monetizar el blog de mi esposa. Estamos casados por bienes separados y cada quien tiene su blog con públicos meta bastante diferentes. Pero, como vivimos en el mismo domicilio, se han negado a autorizarme a monetizar mi blog. Me dicen ¡¡que tengo que cancelar el de mi esposa para poder monetizar el mío!! ¿Realmente son hombres de negocios? ¿Acaso son norteamericanos que aman la libertad? Vuelvo a Stephen Covey. El empresario ideal es el que permite ganar-ganar. Es decir, basa su ganancia en un acuerdo que permite al otro ganar. Aquí, google ad-sense, ante la evidencia de que he apoyado algunas causas sociales y he denunciado en algún lugar prácticas abusivas de grandes corporativos como COTSCO y Banca Santander, o he escrito por otro lado novelas que se burlan de la corrupción política y denuncian la narco-violencia de mi país (y las ineficacia de quienes se dicen llamados a combatirla, quienes, a su vez, señalan a sus adversarios políticos como cómplices), al igual que hotmail y otros sitios, ha decidido no permitirme progresar económicamente, orillándome a hacer actos cobardes y poco caballerosos, como es el caso de cerrar la cuenta de mi esposa para poder intentar monetizar la mía. Kim Il Sung y Hitler estarían orgullosos de esas políticas.

Acá se nos habla de libertad, de libertad de expresión de ideas y libertad de comercio. Puras pamplinas. Si fuera nada más un sitio donde por alguna razón tuviera un bloqueo, creería que es un error técnico. Pero cuando TODOS mis intentos honestos son bloqueados sistemáticamente, en base a argumentos ridículos pero totalitarios, el único subtexto que leo es: "te bloqueamos porque eres un ser pensante y crítico, eres incómodo para el sistema y tienes que ser exterminado en los medios de comunicación". (Mi computadora, aliada de los grandes corporativos, insistió en que escribiera "mesiánicamente", en lugar de una palabra relativa a medios de comunicación, pues no me dejó escribir: "m e d i á t i c a m e n t e". La tuve que escribir así para evitar que la "corrigiera").

Es decir, si no tuviera una pensión por jubilación y tuviera que vivir de esto, me estarían condenando a morir de hambre y en el anonimato. ¿Eso es libertad? No. Es un totalitarismo tan cruel como los otros.
Desde luego que no soy un Mesías ni un profeta, simplemente soy una variedad de indignado. Y no me gusta estar indignando. Es muy molesto estar así. Yo preferiría estar creando Arte y vendiendo mis obras por internet, sabiendo que puedo promoverlas de alguna manera.

Por supuesto que no he clausurado la monetización de la cuenta de mi esposa ni lo haré. Sin embargo, mientras google no me permita monetizar mi cuenta sin obligarme a clausurar la de mi esposa, los grandes corporativos que se podrían anunciar en mi blog, no lo harán. Y si lo hacen sin mi permiso, simplemente eliminaré mi blog y todos perderemos. No entiendo la lógica de las redes sociales: ante la falta de espacios físicos donde poner un cartel o un anuncio espectacular, el internet se ha convertido en un espacio muy oportuno para anunciar: muchos sitios se mantienen gracias a la publicidad que ahí se oferta: por x números de clics, el dueño del sitio recibe un dinero. Y los empresarios anuncian sus productos y/o sus bienes y servicios. Entonces ¿porqué restringirnos a mí y a mi esposa? Serían dos blogs con públicos diferentes: ganaría google, ganarían las empresas y corporativos ahí anunciados, y ganaríamos mi esposa y yo. ¿Qué tiene de ilícito? Sólo una mente totalitaria y paranoica puede anticipar un peligro otorgando tal permiso. No piensan que si tengo restricciones económicas, estoy de mal humor y que, si estoy limitado a publicar gratuitamente mis ideas, estoy proclive a quejarme contra el sistema.
Una cosa es que yo escriba algo y desee compartirlo gratuitamente de manera voluntaria y otra cosa es que se me obligue a regalar mi trabajo cuando no quiero hacerlo. Ese es el punto.

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