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jueves, 10 de julio de 2014

Nuestro folclore, un tesoro.

En el periódico La Jornada del Viernes 4 de julio del 2014, salió en la sección de cultura un interesante artículo de Ángel Vargas, en torno a una iniciativa del Maestro Arturo Márquez: 
"Se anunció un concurso de composición con el nombre del autor de Danzón número 2, cuya convocatoria cierra el primero de octubre.
Es tiempo de acabar con el desprecio de lo popular en la música de concierto en México, urge Arturo Márquez (Álamos, 1950), uno de los compositores nacionales más prominentes en el plano internacional contemporáneo.
Habemos muchos músicos mexicanos de la música académica que amamos realmente la música popular. Puede ser por distintas razones, en algunos casos porque forma parte de nosotros, explica el autor del Danzón número 2, uno de los símbolos sonoros de nuestra patria ante el mundo entero.
Pero sí siento que hay cierto desprecio hacia la música popular hasta la fecha, por mucha gente. Especialmente, dentro de la música de concierto sí hay cierto desprecio o, más que desprecio, falta de comprensión; no se entiende, no es su mundo.
Entrevistado con motivo de un concurso con su nombre que fue dado a conocer este jueves, el compositor atribuye tal reticencia al desconocimiento que existe en el ámbito académico de la riqueza y la valía cultural de las expresiones tradicionales, en las que México es tan vasto y diverso.
Parte de nuestras raíces
En nuestros países (América Latina) la música forma parte de todos, de nuestras raíces. Básicamente falta entendimiento, porque (los músicos de concierto) están en un ámbito distinto y no han tenido la oportunidad de entender la parte social, la parte filosófica, incluso, que tiene la música popular dentro de nuestra cultura. Es lo que nos da color.
De acuerdo con Arturo Márquez, hasta hace menos de tres décadas eran mal vistos en el país aquellos compositores que basaban o incluían en su quehacer elementos de las músicas tradicionales mexicanas, como es su caso.
Incluso, recordó que en ese entonces dejó de participar en concursos, no sólo por cuestiones de edad, sino porque su obra era tomada a mal desde el principio por ser tonal y oler a folclor.
El primer Concurso de Composición Arturo Márquez para Orquesta de Cámara, presentado en conferencia de prensa, es convocado por el Patronato del Centro Cultural Roberto Cantoral y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), por conducto del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Con él, sus organizadores buscan reconocer la trayectoria artística del creador sonorense, uno de los compositores mexicanos con mayor solidez y proyección nacional e internacional, cuya obra valora y enaltece las formas y estilos musicales tradicionales y populares.
El propósito del certamen,  dotado con tres premios de 50 mil pesos cada uno, y cuya convocatoria cierra el primero de octubre próximo, consiste en apoyar a los jóvenes compositores de música mexicana de concierto menores de 40 años e incentivar la estrecha conjunción que históricamente ha existido entre las músicas de concierto, la popular y la tradicional, elementos que acrisola la obra de Arturo Márquez, dijo la directora de Enlace de dicho patronato, María Luisa Arcaraz.
Al respecto, el autor sonorense destacó que no recordaba un premio similar en México, y consideró que se trata de una gran oportunidad para que las obras que conjugan los mundos clásico y popular sean cada vez mejor recibidas y aceptadas: Es un concurso que está abriendo realmente las puertas a una nueva creación de la música en México, a que continuemos.
Reconoció que poco a poco, en las dos décadas más recientes, han comenzando a vencerse las resistencias contra lo popular en la música académica en el país. Sin embargó, estimó que es mucho lo que todavía puede hacerse y darse en ese sentido.
Siento que le debemos a esta tierra que pisamos que la música que hacemos tenga que ver con nosotros. Es muy importante la experimentación, todos participamos en ella, pero también debe ser parte de nuestra tierra y el mundo académico, agregó.
Lejos de nacionalismos
“No estoy hablando de nacionalismos. Hacer este tipo de música debería ser una forma más natural; debe permitírsele al compositor abrir su corazón hacia esas fusiones.
Lo que hemos vivido en los 20 o 25 años pasados es una transformación de la música. Siento que ya no le debemos nada a nadie en la cuestión de la música europea o centroeuropea. Que ya podemos ser nosotros mismos.
De acuerdo con los organizadores, el premio Arturo Márquez se efectuará de forma anual y, en el caso de esta primera versión, las obras ganadoras serán interpretadas en un concierto que tendrá lugar en diciembre, como parte del tercer Festival Artístico de Otoño del Centro Cultural Roberto Cantoral.
A ese mismo lugar (Real de Mayorazgo 129, colonia Xoco) deben ser enviadas o entregadas las obras participantes".
En mi opinión, me parece que el Maestro Márquez tiene toda la razón del mundo. A
estas alturas del milenio, en plena globalización, las fronteras se
han diluido y ya no se puede hablar de una cultura hegemónica y pura.
También sorprende que después de la Revolución Mexicana, la obra de
Manuel M. Ponce, Silvestre Revueltas y Carlos Chavez (así como la de
Alberto Ginastera, Astor Piazzolla y Héctor Villalobos en Sudamérica)
se siga menospreciando a los tesoros populares.
Es verdad que la academia nos aleja de lo mexicano, tanto de lo
popular como de lo que antes se llamaba "de alta cultura". La academia
actual, que ha mal interpretado la globalización en favor de una
cultura mainstream extranjera, sólo enseña a tocar música extranjera:
clásica centroeuropea en los conservatorios, comercial, rock,
afrolatina (mas no mexicana) en las escuelas de música "con ideas
modernas".
Nuestras raíces son un tesoro que nos dan identidad en el mundo y, por
consiguiente, "diferenciación", cosa que en la cultura "al revés" de
la actualidad, se valora mucho. Entonces ¿porqué tratar de ser iguales
a los centroeuropeos clásicos o a los mainstream de los medios de
comunicaciónactuales?
Sin embargo, tenemos que enfrentar barreras de entrada muy poderosas
(por si no fuera poco con la falta de interés de los músicos, hay que vivir con a de
políticos culturales, mercadólogos, comunicólogos y público en
general). Tal vez hay una cuestión de racismo solapado que yo he
venido señalando en mi este blog en varias ocasiones.

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